Capitulo 77

<Paula>

Y finalmente tu cuento de hadas había llegado a su fin. Tenías un nudo enorme en la garganta, tu realidad te esperaba en casa aun no tenías definido como actuar. No habías avisado cuando llegabas, porque no querías que Mauricio te fuera a buscar, necesitabas ese tiempo para pensar, por más escaso que este fuera.

Tu pecho se apretó con fuerza al ver a Pedro siendo recibido por Lucía, su mujer, y te sentiste mal, vos serías la culpable de romper la felicidad de ella.

Sacudiste tu cabeza e intentaste alejar todos esos malos pensamientos y quedarte con los días tan lindos que habían pasado juntos y lo más importante, te había confesado que estaba enamorado de vos. El solo recordar su cara al decírtelo te sacaba una enorme sonrisa y hacia saltar a tu corazón.

El taxi estaba llegando a destino, sim embargo ya no podías hacer nada por alargar el tiempo, le pagaste al conductor, quien te ayudo a bajar tus cosas y tomando valor, entraste al edificio. Pensaste seriamente en subir por las escaleras pero no podías subir tu equipaje por allí.

Casi que ibas rezando mientras el ascensor subía, pero de igual manera el tiempo allí no era lo suficientemente largo, por lo que cuando te quisiste dar cuenta, ya estabas en tu piso.

Largando un suspiro, sacaste las llaves de tu bolso y arrastrarse tu valija mientras te acercabas a la puerta y la abrías. Cerraste tus ojos mientras entravas, pero como no escuchaste ningún ruido, los abriste y te encontraste con el departamento casi a oscuras si no fuera por las ventanas y en silencio. 

Dejaste tus cosas en el living y caminaste a la habitación, pensaste cuanto te gustaría que a Mauricio se le hubiera ocurrido visitar a sus padres, así tendrías más tiempo para hacerte a la idea, pero por al parecer tus deseos no fueron concedidos. Mauricio estaba durmiendo en la cama...suspiraste y entraste al baño para poder darte una ducha. Tomaste tu celular y te encontraste con un mensaje de el, las típicas mariposas comenzaron a revolotear en tu estómago.

"No te das una idea de cuánto te extraño😖"-- envio el con una carita triste que te hizo hacer un puchero al imaginártelo escribiéndote.

"Yo también bombón...acabo de llegar"-respondiste y dejaste a un lado el celular, no sabías si te iba a responder rápido, ambos habían vuelto a su vida y...tenían que ser normales.

Te quitaste la ropa y te metiste en la ducha, abriste el grifo del agua caliente  y la regulaste para poder disfrutarla un poco. 

Todos los recuerdos se agolparon en tu cabeza haciéndote soltar mil y un sonrisas...pero después te acordabas que Mauricio estaba durmiendo en el cuarto  y otra vez tenías miedo, nervios y angustia. 

Todo al mismo tiempo.  ¿Como decirle a tu novio de casi tres años que no ibas a casarte con el? ¿Que explicación le dabas? "¿Conoci a alguien mejor?" El típico, "¿no sos vos, soy yo?"... Solo esperabas encontrar las palabras justas y menos dolorosas, aunque dolerían de igual manera.

Terminaste de bañarte y saliste envuelta en una toalla, tomaste tu celular y no tenías ninguna respuesta de Pedro, tu cabeza comenzó a imaginar miles de escenas con su esposa y ninguna te gustaba, decidiste dejar de pensar en eso y quedarte con su confesión, el quería estar con vos...

Te pusiste el pijama y en ese momento, Mauricio despertó, sonrió enormemente e intentaste sonreírle también, porque te había tomado desprevenida.

-¡mi amor! ¡¡Llegaste!!-- dijo el, refregándose los ojos y levantándose para darte un abrazo-- ¿porque no me avisaste? ¡¡Te iba a buscar!!-- dijo el, tomando tu rostro con sus manos y dándote un beso, uno que por más que quisiste evitar, no te fue posible hacerlo.

-Si...aterrizamos antes, no te quise molestar. Vine con Valeria taxi--dijiste mintiendo, no querías decirle que viniste sola, porque iba a preguntarte porque, simplemente no querías darle más explicaciones--

- esta bien...una hermosa sorpresa--dijo con una sonrisa y sonreíste también--te extrañé mucho--dijo el, abrazándote por la cintura y pegándote a su cuerpo para luego besarte--

-yo también --dijiste bajando la mirada, intentando evitar que se diera cuenta de tu mentira--

-¡¡¡estas hermosa!!! Toda bronceada--dijo el, besando tu mejilla--

-si...tomé un poco de sol --dijiste, encogiéndote de hombros y tratando disimuladamente de escapar de sus brazos--

-¿tenes hambre mi amor?-- pregunto el mientras vos salias de la habitación para buscar tu bolso de mano donde tenías el peine--

-no Mauri...voy a dormir un poco--dijiste y el asintió--

-¿no me vas a contar de tu viaje?-- dijo el, acercándose por atrás y abrazándote para luego besar tu cuello. Tu piel se puso de gallina, pero porque estabas sintiéndote incómoda. Ya ni siquiera eso podías aguantar, todo el tiempo pensabas en Pedro.

-estoy cansada gordo, cuando me levanto hablamos de lo que quieras --dijiste y el beso tu mejilla--

-hablamos...y otras cositas mas-- dijo el dandote la vuelta y besando tus labios, tu estómago se revolvió al pensar en la idea de que te tocara, porque sabías a lo que se refería. Vos reiste, intentando salir de  ese inconveniente--

-estoy en mis días...al bajar del avión, bajo otra cosa conmigo también --dijiste encogiendote de hombros con una sonrisa, el suspiró. Aunque no era del todo mentira, porque antes de bajar al avión te encontraste con esa sorpresita de mujeres que era el periodo y  que en este caso te vino como anillo al dedo.

-ya vamos a encontrar el momento --dijo guiñandote un ojo, vos solo le sonreiste y lo viste desaparecer en la cocina. Suspiraste, por lo menos tenías la certeza de que no se te acercaría con segundas intenciones.

Finalmente y cuando terminaste de secarte el cabello, llevaste tus cosas a la habitación y escondiste algunos de los regalos de Pedro en tu armario, sonreíste al recordar cuan insistente se puso al querer comprarte cosas por el simple hecho de que quería que tuvieras "cosas de el".

-¿de que te reis?-- pregunto Mauricio entrando al vestidor con vos y asustándote--.

-me asustaste tarado...de nada, me acordé de algo nada más --dijiste restándole importancia--

-mm bueno, ¿vamos a la cama?-- dijo besando tu cuello-- quiero abrazarte un ratito mientras dormía --dijo y asentiste mientras terminabas de guardar algunas cosas-- después seguís con eso...vamos --dijo el y te quedaste tranquila, puesto que las cosas más importantes ya las habías guardado--

El se acostó primero y vos lo hiciste despues. Vos le diste la espalda y el te abrazo mientras besaba tu hombro, quisiste alejarte pero no querías que te dijera nada, así que guardaste silencio.

-¿sabes? en un par de dias empiezan entrenamientos importantes en las afueras de Buenos Aires, vienen de otros clubes para probarnos...estoy muy nervioso --dijo contándote felizmente--

-¡hey! Eso es genial, ¡¡te felicito gordo!!-- dijiste intentando ponerle emoción a tu voz--

-si...estoy muy feliz, porque es una oportunidad enorme --dijo y lo sentiste besar tu cuello-- pensaba en que podrías ayudarme a sacarme los nervios un poquito...pero no puedo --dijo riendo en tu oído y reiste-- también, pero por obligación--

-no es ni culpa --dijiste graciosa--

El siguió contándote algunos detalles más. En medio de los cuales te hiciste la dormida, no querías seguir escuchándolo tan feliz cuando por dentro sabías que tenías algo por decirle....algo que quizás arruinara toda su felicidad. Y nuevamente la culpa apareció haciéndote sentir la peor persona del mundo. Y recordaste las palabras de Valeria al decirte que uno no elegía de quien enamorarse...sin embargo lo hiciste, pero el precio de esto era muy caro.