Capitulo 69

Finalmente y después de lo que parecieron ser catorce mil horas de vuelo en lugar de solamente trece, habían aterrizado en México. Tu cabeza latia con fuerza y no solamente en el sentido del dolor, sino del duro trabajo que le esperaba por hacer, que era encontrar una posible solución a todos tus problemas, problemas que solamente vos habías creado y que tenían una sola causa, y era Pedro Alfonso.

Ni bien tus pies tocaron tierra firme y pudiste respirar aire puro, fue que te sentiste “relajada”, pero no del todo, porque técnicamente hablando, estabas lejos del lugar donde se encontraba físicamente el origen de todos tus “quilombos”, pero por supuesto que los mismos te acompañaban a donde fueran, porque… el quilombo lo tenias en un lugar que te costaba horrores admitir, (el corazón).

Lo único que querías y buscabas, era poder aliviarte de toda esta carga emocional que llevabas a tus espaldas hace un tiempo. Una carga que era una mezcla enorme de todo, Mauricio, el casamiento con Mauricio, Pedro…la mujer de Pedro. Suspiraste y terminaste con el papeleo para luego dirigirte a las afueras del aeropuerto donde los esperaba la combi que llevaría a la tripulación del avión, al hotel de hospedaje.

Una Valeria sonriente se sento a tu lado, y por mas de que intentaste contagiarte con su sonrisa, eso no te fue posible del todo debido a que tu sonrisa no era totalmente sincera.

-¿Qué pasa que tenes esa carucha? ¡estamos en el paraíso nena!—dijo ella riendo y vos sonreíste para luego encogerte de hombros—

-ya lo se…pero tengo un terrible dolor de cabeza—dijiste—lo único que quiero hacer, es darme un baño y acostarme a dormir—dijiste y ella rodo los ojos—

-¡¡¿Qué?!!...vos estas loca, va a haber una fiesta de bienvenida—dijo ella y vos reíste para luego negar con tu cabeza—

-si…estoy loca, pero necesito dormir, mañana te acompaño a donde quieras—dijiste y ella mordio su labio inferior molesta—

-sos una aguafiestas…últimamente estas re ortiva—dijo ella y vos reíste—

-no te enojes loca…sabes todos los quilombos que tengo en la cabeza, vine para alejarme pero eso no quiere decir que no deje de pensar en todo—dijiste suspirando—

-y para que dejes de hacerlo, es necesario que no estes sola con tus pensamientos y que salgas…¿me estas jodiendo?—dijo ella ironica, vos sonreíste—

-no te prometo nada…voy a tratar de ir, depende de cuan destrozada me deje la ducha—dijiste y ella sonrio—

-okey…igual, vos tampoco te confies mucho, te voy a romper tanto las pelotas que vas a terminar aceptando por cansancio—dijo ella haciéndote reir. Recostaste tu cabeza sobre el asiento y suspiraste—hey, che…te voy a conseguir un bombon, vas a ver—dijo ella guiñándote un ojo, vos reíste—

-estas loca….ya tengo suficiente con uno—dijiste haciendo referencia a Pedro, mordiste tu labio inferior al recordar en las circunstancias en las que se habían conocido. La primera vez que lo habias visto, habia sido en un lugar parecido…sacudiste tu cabeza, otra vez no. Tenias que empezar por dejar de pensarlo un rato—

Una vez que la combi arranco, te dedicaste a ver el paisaje intentando con todas tus fuerzas poner tu atención en el dia hermoso que hacia afuera y las playas que habían alrededor. Suspiraste, ojala pudieras lograr tu cometido y dejar descansar a tu cabeza por unos días, o por un rato.

Una vez que llegaron,  caminaste junto a Valeria hacia recepción para que les dieran las llaves de sus habitaciones correspondientes. Siempre iban juntas, por lo que te acercaste y dijiste tu apellido, automáticamente te tendieron una llave. Pero eso no fue lo raro, sino que cuando Valeria se acerco a decir su apellido, le dieron otra llave. Frunciste el ceño.

-¿Vos y yo no estábamos juntas en la habitación?—preguntaste y ella se encogio de hombros para luego sonreir—

-no se…me dijeron que pidiera mi llave…capaz tenemos habitaciones individuales—dijo ella y vos abriste tus ojos con sorpresa—

-no creo…apenas nos dan habitación y justamente nos van a dar una individual, ¿me estas jodiendo?—dijiste irónica haciéndola reir—

-capaz ese milagro llego—dijo ella y vos mordiste tu labio inferior. Ambas se dirigieron hacia el ascensor—

-¿Qué habitación te toco?—preguntaste y ella te mostro su llave—712—dijiste y la miraste, ella asintió—¡¿y porque no estamos en el mismo piso?! ¡pense que si!—dijiste alterada—

-hey…tranquila loca de mierda, capaz son separaddas las habitaciones individuales, ¡¿Qué se yo?!—dijo ella—

-pero es que no entiendo boluda—dijiste exasperada—es el primer viaje en el que nos dan habitaciones separadas—dijiste y ella beso tu mejilla—

-te va a agarrar un ataque al corazon…calmate—dijo ella y sonreíste—

-estupida—dijiste golpeando su brazo—

-yo tengo que bajar aca…nos vemos, ahora subo a buscarte para ir a la fiesta de bienvenida en la 

pileta—dijo ella y rodaste tus ojos, ella bajo y vos soltaste un suspiro para seguir subiendo—

Suspiraste y tiraste tu cabeza hacia atrás…querias convencerte a vos misma de que quizás estar sola era mucho mejor, porque no tenias a nadie que te molestara. Pero por otra parte, te daba miedo estar a solas con nadie mas que con tus pensamientos.

Estabas segura de que ibas a volverte mas loca de lo que estabas…sin embargo, las cosas eran asi y no podias hacer nada para cambiarlo. Lo único que te quedaba por hacer, era seguir a Valeria en sus locuras y dejar que ella fuera quien se encargara de hacerte olvidar de tus problemas.

El ascensor llego a destino y luego de mirar el numero de la habitación en la llave, caminaste hasta la puerta correspondiente. Una vez frente a ella, la abriste e ingresaste a la habitación. Tu mandibula casi que se cae de al ver la inmensidad de esa habitación… reocrriste con la mirada toda la habitación y llegaste a la conclusión de que definitivamente esto habia sido un error por parte del hotel. Ni en tus mejores sueños pagarían esto por una empleada.

-por fin llegaste…estaba a punto de caminar por las paredes—escuchaste a tus espaldas. Tu espalda se tenso y tu piel se puso de gallina, sabias perfectamente de quien provenía esa voz…ese era el dueño de los problemas de los cuales querias alejarte.

Tu corazon se detuvo…y despues de lo que parecieron horas, fuiste capaz de darte la vuelta. Pedro estaba allí, con sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón y mirándote fijamente.

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Hola hola!!!!!! presente aqui como lo habia prometido. Espero que les vaya gustando la historia, por favor, COMENTEN....

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