lunes, 31 de octubre de 2016

Capítulo 82



<Paula>



Tu corazón no daba a basto, y lo decías en el sentido de que ya no te entraba tanta felicidad en el cuerpo.



Estabas enredada entre sus brazos, escuchando los latidos de su corazon, los cuales eran tranquilos y pausados, Pedro se había quedado dormido, y vos estabas disfrutando del privilegio que estabas teniendo, mirarlo detenidamente, apreciando sus rasgos más de cerca...enamorandote un poquito más de el.

Sonreiste al recordar las palabras dichas un rato atrás. Te había dicho que te quería...ni siquiera habías podido reaccionar en ese momento, y tampoco era que lo estabas haciendo ahora, pero simplemente no podías creerlo. Te acercaste y besaste su mejilla para luego levantarte suavemente, intentando no despertarlo.

Este día había comenzado siendo el más increíble de todos.

Llevabas unos pocos minutos dentro del baño, cuando sentiste que la puerta se abrió, era Pedro y con carita de asustado, sonreiste al verlo entrar.




-¿que pasa? -- preguntaste y el cerro la puerta detrás suyo--

-me asusté, pensé que te fuiste --dijo el y sonreiste para luego acercarte y rodear su cuello con tus brazos. Dejaste un beso en sus labios y juntaste tu frente con la suya--

-aca estoy--dijiste y el te abrazo--

-te quiero --dijo una vez más, haciendo que tu estómago se retorciera, pero de la emoción. Sin embargo, no te sentías preparada psicológicamente para darle una respuesta, pero no porque no sintieras nada, sino porque las condiciones de la situación que estabas atravesando, no eran las óptimas para dar amor sin reparos...aunque últimamente tu vida giraba en torno a él, merecía una respuesta. Le sonreiste y lo besaste con muchas ganas, demostrándole con ese beso, lo que no podías con palabras.

Luego de varios minutos y por falta de oxígeno, tuvieron que separarse, pero aún así seguían regalándose una sonrisa.

-¿que querés hacer? --preguntaste mientras acariciabas sus brazos de arriba hacia abajo. Eran las partes de su cuerpo que más te gustaban, por supuesto que habían otras, pero sus brazos podrían entrar en la lista de tus debilidades en cuanto a el.

-hacerte el amor y tenerte entre mis brazos hasta que me eches de acá--dijo el, escondiendo su cara en tu cuello, vos reiste y besaste su mejilla--

-loco-- dijiste y te separaste de el, para darle un poco de privacidad--





Una vez en la habitación, dejaste escapar un suspiro para luego sonreír, te acercaste al armario para poder sacar sábanas limpias y cambiar las de la cama. No era que estuvieran sucias, sino que estaban impregnadas con el perfume de Pedro y no querías problemas.

El salió del baño y te miro frunciendo el ceño.







-¡¿que haces?!-- pregunto el, mirandote-

-voy a cambiar las sábanas. Esas tienen tu perfume --dijiste encogiendote de hombros--

-¿y no te gusta mi perfume?-- pregunto el, haciéndote sonreír. Creías que no había absolutamente nada en el que no te gustara-

-me encanta...pero no creo que a Mauricio le guste --dijiste y el hizo una mueca--

-¿hace falta mencionarlo?-- pregunto molesto y te sentiste una estúpida--

-no. Perdón, no me di cuenta-- dijiste y le hiciste un puchero que lo hizo sonreír--

-ademas--dijo acercándose por detrás. Vos sonreiste-- no se porque las querés cambiar ahora...si todavía no terminamos de usar la cama --dijo susurrándote en el oído y abrazándote por la espalda, logrando estremecerte--

-¿ah no?...tenes planes para nosotros?-- preguntaste y comenzó a besar tu cuello. Con su barba te hacía cosquillas--

-tengo todos los planes del mundo para vos--dijo besando tu cuello. Cerraste los ojos para disfrutarlos, hasta que sentiste que su beso duraba mucho. Abriste los ojos de repente--

-¡mi amor no! ¡Chupones no!-- dijiste riendo y empujándolo con tus codos. El te abrazo más fuerte--

-¡¿que dijiste?!-- pregunto el, dandote la vuelta y pegando su frente con la tuya--,

-que no me hagas chupones...se me va a notar después -- dijiste abrazándolo y escondiendo tu cara en su cuello--

-eso no...me dijiste otra cosa --dijo el, acariciando tu espalda por debajo de su camisa, la misma que tenías puesta--

-¿otra cosa?-- preguntaste levantando la vista. El tenía una sonrisa enorme--

-me dijiste mi amor-- dijo el sonriendo y abriste los ojos con sorpresa al mismo tiempo que te sonrojabas. No te habías dado cuenta...pero si se lo habías dicho. Volviste a esconder tu cara en su cuello y te quedaste alli-- me encantó...vos también sos mi amor --dijo agachandose un poco para decírtelo al oído--





El te obligo a levantar la cabeza, ambos se miraron a los ojos y el te sonrió para luego besarte. Sonreiste entre medio de los besos y sentiste las dichosas mariposas en el estómago.

Todo comenzaba a ponerse un poco intenso hasta que de repente escucharon que tocaban la puerta. Tu corazón se detuvo y te separaste de el rápidamente.







-Pepe-- dijiste mirándolo asustado--

-esperabas a alguien?-- pregunto con la misma cara de asustado que vos. Negaste con la cabeza y tomo tu mano--tranquila...anda a ver quien es. Yo ordenó esto un poco y me escondo....anda --dijo el. Dandote un beso.






Lentamente y con miedo te acercaste hasta la puerta. Quizás Mauricio olvido algo. Mientras caminabas rezabas para que no fuera el.


Abriste la puerta lentamente y sentiste que el alma te volvió al cuerpo cuando viste a Maia frente a vos y mirándote preocupada. La abrazaste con fuerza y ella se separó totalmente confundida.







-No tengo plata para prestarte...perdóname --dijo ella y vos te separaste soltando una carcajada.

-¡¡¡estupida!!! -- dijiste golpeándola en el brazo--

-no se me ocurre el porqué de tu amor repentino--dijo ella entrando, vos cerraste la puerta y suspiraste--

-no te esperaba--dijiste--

-me dijiste que venga. ¡¿Sos idiota?!-- pregunto ella y te acordaste que le pediste que viniera a desayunar. Pero ya lo habías hecho con Pedro--

-perdon...me olvidé--dijiste y ella te miro de arriba abajo. Tenías puesta la camisa de Pedro y mordiste tu labio inferior, ella sonrió--

-¿esta acá?-- susurró y vos asentiste--con razón tu felicidad, mira si era Mauricio y vos con esa camisa que no es suya -- dijo y te encogiste de hombros, no lo habías pensado--

-no se....no me di cuenta --dijiste y ella sonrió--

-lo quiero conocer....por favor--dijo ella juntando sus manos. Vos sonreiste--

-okey...pero trata de parecer normal. Por favor --dijiste y ella río--





Caminaste hasta el cuarto otra vez y cuando entraste viste que todo estaba impecable.

Hasta las sábanas habían sido cambiadas, sonreiste y mordiste tu labio inferior. ¿Donde se había metido? Pensaste en llamarlo, y recordaste su enorme sonrisa cuando lo llamaste de esa forma cariñosa, hasta te había gustado llamarlo así.





-¿mi amor? ¿Donde estás? -- preguntaste imaginando su sonrisa al escucharte llamarlo así. Caminaste hasta la cama y te fijaste debajo, ahí no estaba. Así que cambiaste de dirección hasta el vestidor-- ¿mi amor? -- dijiste abriendo la puerta y encontrándolo totalmente vestido pero sin su camisa y con las sábanas en sus manos. Sonriendote de una forma que hacía que tus piernas temblaran--


-amo escucharte decirme así...¿quien era?-- pregunto el, saliendo del armario y robandote un beso en el camino--

-es Maia, mi mejor amiga...te quiere conocer --dijiste sonriendo--


-ah, ¿esta ahí afuera?-- pregunto y asentiste--

-veni, vamos --dijiste tomando las sábanas y llevándolas con vos para dejarlas en el lavarropas--

-Pau...mi camisa --dijo el, y te diste la vuelta para mirarlo, mordiste tu labio inferior. El pantalón de vestir que tan lindo le quedaba y el con el torso desnudo...la octava maravilla del mundo--

-uy...si, toma, no quiero que te vea asi-- dijiste desprendiéndote la camisa bajo su atenta mirada, el te miraba con los ojos abiertos y vos reiste para tirar de su mano hacia el cuarto--





Le devolviste su camisa y vos te cambiaste para luego llevarlo al living donde Maia los esperaba con los mates. Ella se quedó boquiabierta al verlo, seguramente había olvidado lo lindo que era.

Pedro y Maia habían pegado buena onda, los tres se quedaron hablando largo y tendido. Agradeciste que ella no hubiera hecho ningún comentario sobre la situación de ambos.

Estabas contenta...feliz.



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domingo, 30 de octubre de 2016

Capítulo 81


<Pedro>


Despertaste al otro día hecho una maraña de nervios. 

Primeramente porque no se te ocurría nada para hacer, pero debias sorprender a Paula.

Lucía aún seguía durmiendo, por lo que te levantaste y entraste al baño para higienizarte rápidamente.


Te sentaste frente al desayunador mientras revisabas en el celular tu agenda y al mismo tiempo pensabas en algún tipo de sorpresa para Pau, quizás podrías enviarle un ramo de flores, los jazmines que tanto le gustaban, pero eso sería caer en lo típico, y la idea era sorprenderla. Chocolates? Ropa? No, eso también era más de lo mismo.

Mientras esperabas a que algo se te ocurriera, optaste por empezar y mandarle un mensaje de buenos días, quizás ni siquiera estuviera despierta, considerando la hora que era, pero ya lo vería luego.

Terminaste de desayunar y guardaste tus cosas para luego dirigirte al trabajo, en el camino pasaste por una floreria y se te ocurrio comprarle una. 

Sonreiste, su departamento quedaba de pasada y podrías sorprenderla con ese gesto. 

Aunque no querías arriesgarte demasiado, por lo que estacionaste fuera del edificio y pensaste una y mil veces como podrías hacerle llegar esa flor, sin que Mauricio se diera cuenta.

Tu rostro se iluminó cuando lo viste salir con un enorme bolso y tomarse un taxi. Suspiraste y cuando te quisiste dar cuenta, la puerta del edificio ya estaba cerrada. Tus esperanzas de entrar se habían disipado.

Miraste tu reloj de muñeca, se te estaba haciendo un poco tarde pero no querías irte sin hacerle llegar esa flor. En ese momento, un chico de unos 20 años aproximadamente estaba a punto de entrar, quizás el podría ayudarte.





-Hola--dijiste acercándote al chico, quien te miro con cierta desconfianza-

-hola--respondio el, mirándote de arriba abajo--

-se que no nos conocemos, pero puedo ver que vivís aca-- dijiste y el asintió aún mirándote atentamente-- no te asustes, no voy a hacer nada, solo quiero pedirte un favor, si no es mucha molestia-- dijiste--

-Depende de que --dijo el, finalmente sonriendo--

-supongo que sabrás que las mujeres son un poco dificiles--dijiste y el sonrió divertido-- ayer la cagué un poco con mi novia, y me gustaría dejarle esto antes de ir a trabajar --dijiste mostrándole la flor--

-queres que te deje pasar?-- pregunto y te rascaste la nuca--

-no exactamente...va a matarme si me ve, pero me gustaría pedirte si podrías dejar esto en la puerta de su departamento....pago lo que sea por ese favor-- dijiste antes de que se negara el río--

-esta bien...no hace falta que me pagues. En que piso vive ella? -- pregunto el chico y le dijiste. Su rostro se puso pensativo y tuviste miedo de que conociera a Paula y a Mauricio-- no tengo idea de quien vive ahí, pero si. Lo hago, vivo en el piso de arriba --dijo encogiéndose de hombros-- y agarrando la flor--

-muchas gracias y me voy volando....gracias de verdad--dijiste y corriste al auto nuevamente--



Miraste tu reloj una vez más, en 5 minutos tendrías que estar en la oficina si querías llegar a tiempo. Prendiste el motor y de repente tuviste una idea, sonreiste ante tal ocurrencia. 

Tomaste tu teléfono y llamaste a la oficina, diciendo que tendrías que hacer algunos trámites y que no creías aparecer por allí.

Apagaste el auto y te pasaste las manos por la cara, en ese momento tu celular te aviso sobre la llegada de un mensaje. Sonreiste al ver que se trataba de Paula, ella estaba despierta.

Tu corazón se aceleró y ni siquiera pudiste aguantar mucho que tu inconsciente actuó por vos y llamaste a su celular, su dulce voz te hizo estremecer, estaba agradeciéndote por la flor, le había gustado ese detalle de tu parte . Ella te dijo que tendría que comprar algo para desayunar, y mientras intentabas darle charla, corriste hasta la panadería que quedaba del otro lado de la calle y compraste algunas cosas para desayunar con ella.


Con todo listo, pediste al cielo que alguien saliera y pudieras subir directamente para sorprenderla con tu presencia.

Afortunadamente una señora mayor, intentaba entrar con las compras, aprovechaste el momento para ayudarla y por supuesto para entrar también. 

La señora te agradeció amablemente y subiste con ella en el ascensor, solo que ella siguió, vos te quedaste en el piso de Paula.

Con las bolsas de la panadería en tus manos, te acercaste y tocaste la puerta suavemente, a los pocos segundos esta se abrió y unos hermosos ojos verdes aparecieron de repente. Ella se quedó inmóvil en su lugar, mirándote. Sonreiste y decidiste romper el silencio por ella.


-te sorprendí?!-- preguntaste y ella pareció reaccionar, porque rápidamente tiro hacia adentro y se colgó de tu cuello para abrazarte. De todas las bienvenidas, esta era la última, pero sin dudas, una hermosa y dulce bienvenida, ella se mostró bastante emocionada, cosa que te hizo sentir orgulloso, y agradeciste no haberlo dudado. 

Le pediste perdón incontables veces, y seguiste haciéndolo aunque ya te hubiera dicho que estabas perdonado.





-traje el desayuno --dijo el, levantando sus manos con las bolsas. Vos sonreiste y las tomaste para dejarlas encima de la mesa y correr a abrazarlo de nuevo--

-pense que estabas en el trabajo...estas loco!!-- dijiste riendo y el te abrazo por la cintura  para pegarte a su cuerpo--

-por vos estoy loco --dijo acercándose para besarte-- primero que nada....me perdonas por haberme comportado como un animal con vos?-- pregunto con un puchero que te hizo sonreír. Como no hacerlo, si había dejado su trabajo para darte esa hermosa sorpresa?!--

-mas que perdonado...no puedo creer que estés acá!! -- dijiste abrazándolo y escondiendo tu cara en su cuello--





Ella aún seguía escondida en tu cuello, sentías su respiración y también podías sentirla sonreír. 

Ambos estaban en la entrada.




-te gustó la sorpresa?-- preguntaste y ella levantó la cabeza, sus ojos brillaban y podías jurar que estaba a punto de llorar--

-me encantó, la sorpresa más linda de mi vida-- dijo ella y te besó. Cuando se separó junto su frente con la tuya y te miro a los ojos para luego sonreirte-- estoy muy contenta -- dijo feliz y te acercaste para besarla--

-yo también--dijiste apretándola en un abrazo-- traje algunas cosas para que desayunes -- dijiste besando su cabeza--

-ay! Si...me olvidé!! -- dijo ella y separándose tomó tu mano para llevarte hacia el comedor-- desayunas conmigo?  -- pregunto con una enorme sonrisa--

-ya desayuné hermosa...pero te acompaño con un café -- dijiste y ella asintió para luego ir a la cocina--





Ambos comieron algunas de las cosas que habías traído, y ahora la tenías sentada encima de tus piernas, rodeando tu cuello con sus brazos y besándote. Ella no te daba tregua, apenas te dejaba tomar un respiro, tampoco lo sentías necesario.





-Vamos a la cama --dijo ella en un susurro, para luego levantarse suavemente y tirar de tu mano hasta la habitación.


Nuevamente te apoderaste sus labios, esos a los que tan adicto te habías vuelto. Acariciaste su cuerpo por encima de su ropa y ella se encargo de hacer lo mismo con vos.

La ropa iba desapareciendo de a poco junto con caricias que lograban incendiar a ambos. 

Jamás ibas a arrepentirte de esta hermosa locura, por fin podías sentir esa magia de la que los enamorados tanto hablan al compartir algo tan íntimo como hacer el amor.  Y lo habías descubierto con ella.

Ahora estabas descansando sobre su pecho, o entre ellos, sonreiste al pensarlo. Recibías sus caricias constantemente y te sentías feliz. A su lado eras feliz.






-gracias por haber venido....no lo esperaba de verdad--dijo ella y levantaste la cabeza para sonreirle--

-que lindo haberte sorprendido entonces--dijiste volviendo a esconder tu cabeza en el hueco de su cuello, aspirando su aroma--

-estas loco para no ir al trabajo...loco, loco--dijo ella, riendo. Le habías explicado brevemente lo que había pasado mientras desayunaban--

-iba a conseguir tu perdón a toda costa --dijiste y ella te obligo a levantar la cabeza para que la miraras, sus ojos atravesaron los tuyos, tanto que te sentías vulnerable--

-te quiero Pau--dijiste en un pequeño pero audible susurro, vos sonreiste y la besaste. No esorabas una respuesta de su parte, no si no estaba lista aún. No ibas a presionarla, solo querías que supiera que la querías--




Ese beso término en otra cosa y le demostraste con acciones lo que sentías. Que ella estuviera allí, entre tus brazos, eligiendote era más que suficiente...vos querías ser suficiente para ella.


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sábado, 29 de octubre de 2016

Capítulo 80





Esa noche te fuiste a dormir muy tarde, pero con una sonrisa enorme. Tu corazón no dejaba de latir, y lo hacia de una manera tan frenética que hasta creías tener taquicardia.

Despertaste otro dia, sintiéndote feliz y relajada. Y solo esperabas que este día estuviera lleno de sonrisas, era lo único que querías.

El lado izquierdo de tu cama estaba vacío, y en un punto lo agradeciste, no tenías ganas de dar explicaciones por tu excedido estado de buen humor. Tomaste tu celular y te encontraste con un mensaje de el, tu pulso se aceleraba al ver que se trataba de la misma persona que ocupaba tus pensamientos la mayor parte del día.




"Buen día hermosa...espero que hayas dormido bien. ❤"-- envío el y mordiste tu labio inferior para luego sonreír.

"--❤--fue lo único que respondiste y dejaste el celular a un lado.




Te levantaste de la cama y te dirigiste al baño para poder higienizarte. Luego y así en pijamas como estabas, caminaste hasta la cocina para prepararte un desayuno, tu estómago reclamaba algo de alimento.


 En ese momento, escuchaste que tocaron la puerta, una sonrisa apareció en tu rostro, caminaste rápidamente y abriste la puerta, frunciste el ceño al no ver a nadie, pero tus ojos se iluminaron al ver un Jazmín en el suelo, junto con una tarjetita. Tu corazón dio un pequeño saltito en tu interior, la agarraste con suavidad y luego de oler la flor, entraste nuevamente para poder leer la notita.





"Empezando a hacer buena letra, capaz esperabas algo más, pero quería empezar con algo aunque sea. Perdón una vez más bonita" 




Te lo imaginaste escribiendo y casi te derretiste de amor. Quizás era verdad que esperabas algo más, pero por lo menos sabía que con estos pequeños detalles lograba más de lo que pueda imaginar.

 Con una enorme sonrisa volviste a la cocina y empezaste a buscar algunas cosas para tu desayuno, la sonrisa se te borró rápidamente al notar que no tenías casi nada para comer.

Tu celular comenzó a sonar y corriste para ver de quién se trataba, reiste, como si no lo supieras, no?. Lo tomaste y atendiste rápidamente.




-Hola--dijiste, mientras te apoyabas contra la pared más cercana que tenías, de lo contrario ibas a caer redonda al suelo--

-hola hermosa...Como amanecesite hoy?--pregunto el, con su voz cargada de dulzura--

-bien...con tu mensaje y con un regalito en la puerta --dijiste feliz y lo escuchaste reír mínimamente--

-te gustó? Estuvo bien para empezar al menos?--pregunto el, preocupado por que no te hubiera gustado ese gesto tan hermoso de su parte--

-fue perfecto...muchas gracias --dijiste--

-y ahora? Que estás haciendo? -- pregunto el--

-nada...me estaba por preparar el desayuno pero me di cuenta de que no hay nada--dijiste vos y lo escuchaste reír-- voy a tener que salir a comprar -- dijiste suspirando frustrada de solo pensar en ir por algo de comer--

-bueno hermosa...tengo que seguir con mi trabajo. Será que puedo hacerte una visita fugaz cuando salga de acá? -- pregunto el y mordiste tu labio inferior--

-tus visitas nunca tienen nada de fugaces, pero si...voy a estar solita hasta la noche capaz-- dijiste--

-esta bien...te llamo más tarde. Si? -- dijo el y sispiraste. Morías por verlo--

-dale...un beso Pepe--dijiste antes de cortar con la llamada--





Suspiraste para luego sonreír. Tomaste la flor nuevamente para olerla y volviste a leer la tarjeta tambien, te sentías flotar.

Estabas en una pequeña nube cuando el ruido de tu estómago te saco de tus pensamientos. Reiste porque te recordaba que tenías que ir a comprar algo si querías saciar tu hambre.


Casi que corriste a la habitación para cambiarte y salir para caminar hasta la puerta. Revisaste tu bolso antes de irte y cuando lo tuviste todo bajo control, abriste la puerta para salir.




Tu corazón dejo de latir automáticamente y tus ojos casi  llenaron de lágrimas. Pedro estaba paradito frente a vos, con dos bolsitas de la panadería de enfrente y con una sonrisa en sus labios.





-te sorprendí?-- preguntó el y mordiste tu labio para arrastrarlo adentro del departamento con vos y abrazarlo con todas tus fuerzas, hasta el punto de colgarte de el--tomo eso como un sí--dijo riendo y te apartaste para besar si mejilla reiteradas veces--

-no me lo esperaba, obvio que me sorprendiste--dijiste totalmente emocionada. Lo miraste a los ojos y el se acercó para besar tu mejilla--que linda sorpresa --dijiste con una enorme sonrisa--

-traje el desayuno --dijo el, levantando sus manos con las bolsas. Vos sonreiste y las tomaste para dejarlas encima de la mesa y correr a abrazarlo de nuevo--

-pense que estabas en el trabajo...estas loco!!-- dijiste riendo y el te abrazo por la cintura  para pegarte a su cuerpo--

-por vos estoy loco --dijo acercándose para besarte-- primero que nada....me perdonas por haberme comportado como un animal con vos?-- pregunto con un puchero que te hizo sonreír. Como no hacerlo, si había dejado su trabajo para darte esa hermosa sorpresa?!--

-mas que perdonado...no puedo creer que estés acá!! -- dijiste abrazándolo y escondiendo tu cara en su cuello--

-era la idea--dijo el y se adueño de tus labios--





Por supuesto que le correspondiste a ese beso, y no solo eso, sino que lo intentensificaste e intentaste demostrarle con el, cuanto te había encantado la sorpresa. No podías creer que estuviera allí, con vos, besándote.


Una razón más para enamorarte de el, si, enamorarte. Esos detalles que lo hacían el hombre más perfecto del mundo...

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jueves, 27 de octubre de 2016

Capitulo 79




<Paula>




Desde el día en que habías abandonado el aeropuerto, que no tuviste la oportunidad de verlo, y no porque no quisieras, sino porque Mauricio se empeñó en ser algo 'romántico' con vos y pasar tiempo juntos, porque te había extrañado.

No tuviste el corazón para decirle que no, porque no tendrías excusa para ello. Sin embargo intentaste con todas tus fuerzas, parecer a gusto con sus planes, que implicaban salir a caminar, al cine, a cenar....pequeñas cosas que uno debería disfrutar con su pareja, pero no podías hacerlo, por el simple hecho de que tu cabeza se imaginaba esas mismas cosas pero con otra persona.

Ni siquiera tuviste el tiempo para tomar el celular y dedicarle a Pedro una llamada, o tan solo intercambiar mensajes, él por supuesto debería de estar armándose una historia en su cabeza, una que no era y que ni siquiera podías detenerte a explicárselo.

Era media mañana cuando Mauricio salió a comprar algunas cosas para poder desayunar, momento que aprovechaste para llamar a Pedro. No podías creer cuanto lo habías extrañado y lo mucho que querías escuchar su voz.

Caminabas de un lado a otro en el living, esperando a que te atendiera, y cuando finalmente lo hizo, casi que explotaste de alegría.

Lo único que querías era decirle cuanto lo habías extrañado y que por fin mañana iban a poder verse. No veías la hora de poder estar entre sus brazos y disfrutar del calor y protección que te brindaban sus abrazos. A los que prácticamente los sentías tu 'hogar'.

Al parecer tu llamada había llegado en un mal momento, Pedro parecía estar de mal humor y había disparado contra vos....o quizás sentía todas las cosas que dijo, no sabías si había sido así, pero sus palabras dolieron. No querías que las cosas se enredaran de esa forma, no cuando te había prometido respetar tus tiempos y sobre todas las cosas no presionarte.

Cortaste la llamada hecha un mar de lágrimas. Porque no pudiste controlarlas y porque no sabías como reaccionar, primeramente habías imaginado que fue un chiste, pero cuando empezó a atacarte terminaste por entender que no era así. Simplemente guardaste todas las cosas que tenías para decir y en su lugar le dijiste que te llamara cuando estuviera calmado y su mal humor se hubiera ido.

En ese momento, escuchaste el ruido de la puerta, por lo que corriste al baño para lavarte la cara y borrar los restos de lágrimas de tus mejillas.

El día se pasó sin mayores problemas, o bueno si, uno solo y para vos era un enorme problema y era Pedro.

Mauricio por suerte se fue a dormir temprano y vos te quedaste 'mirando' una película, obviamente que no la miraste pero era una excelente excusa para poder  'reflexionar'.

Tu celular sonó de repente y recibiste un mensaje de el.




"Me comporte como un animal con vos está mañana. Te juro que lo que más quería era escucharte hablar, pero de solo pensar en que estés con ese tipo me pone enfermo, y si...estoy celoso, porque no veo la hora de que seas mía. Perdóname hermosa...no lo vuelvo a hacer😢'



Envío junto con una foto de él poniendo una cara triste. El solo ver esa foto te hizo volver a sonreír. Era un tarado, pero si que había actuado muy mal esta mañana.




Ni siquiera te mereces una respuesta de mi parte, pero solo porque tu foto me puede lo hago... Ni por estar celoso tenes derecho de hablarme como lo hiciste" --enviaste por un lado haciéndote la graciosa, pero por otro diciéndoselo enserio. Te habías sentido tan mal al escucharlo que no querías recordarlo--



"Tenés toda la razón...no tenía por qué, pero lo hice y te pido perdón. Espero que todavía siga en pie lo de vernos mañana, ¡soy capaz de cualquier cosa hermosa!😍"--respondió el a los pocos segundos. Y mordiste tu labio inferior al imaginártelo escribiendo.



"No sé...sorpréndeme😘" --enviaste y sonreíste mientras esperabas una respuesta--


"Perfecto señorita...no quiero quejas después "--respondió el y mordiste tu labio inferior sonriendo al mismo tiempo.





No respondiste más y dejaste el celular a un lado. Tu cabeza comenzó a maquinar rápidamente, imaginando lo que podría llegar a hacer. Era verdad, vos habías abierto la puerta a que hiciera cualquier cosa que se le ocurra, no podrías quejarte... Reíste para adentro y te preguntaste, ¿qué haría? ¿De qué forma te sorprendería? Sabías de sobra que Pedro cargaba con una locura difícil de entender, y lo del viaje a México había sido una clara prueba de ello, sin embargo no dejaba de matarte de amor.

Tu celular comenzó a sonar nuevamente, y esta vez era una llamada de él. Sonreíste y atendiste.





-¿Hola?-- dijiste mientras mirabas hacia el pasillo de la habitación para cerciorarte de que Mauricio no saliera--

-hermosa--dijo él y menos mal que estabas sentada porque de lo contrario tus piernas temblarían al escuchar su voz....te recordaba al tono que utilizaban íntimamente--

-creí que con los mensajes sería suficiente--dijiste con una sonrisa--

-me dijiste que te sorprendiera...acabo de empezar a hacerlo, porque te sorprendí, ¿verdad?-- pregunto el, haciéndote reír--

-mmm más o menos. Me imaginaba que ibas a hacerlo--dijiste y lo escuchaste reír--

-aparte de tener que sorprenderte me la vas a poner difícil, ¿no?-- dijiste y reíste--

-ajam... Te lo mereces, primero porque estuve mal toda la tarde y con ganas de llorar cuando no tenía por qué...los dos habíamos quedado en algo --dijiste y lo escuchaste suspirar--

-ya lo sé...y créeme que no me siento orgulloso de haberte hablado así, pero me puse celoso. Eso no me justifica, pero me pone loco pensar en que...en que te reclamé como suya...al fin y al cabo tiene más derechos que yo. Pero no me gusta pensarlo y por eso reaccioné así. Perdón--dijo el casi en un susurro, mordiste tu labio inferior--

-Hace tiempo que tenes más derechos que el...Pero creo que puedo llegar a entenderte, lo que no quiere decir que te haya perdonado eh...O por lo menos no todavía--dijiste y lo escuchaste reír--

-voy a hacer que me perdones...y quise empezar por desearte buenas noches, siempre lo hago pero quería que me escuches decírtelo esta vez, no siempre tengo el lujo de poder llamarte para hacerlo--dijo él y era verdad. Muy pocas veces se llamaban en las noches--

-empezaste bien entonces....también te deseo buenas noches bombón--le dijiste  y sonreíste como una tonta--

-soña conmigo --respondió el y cortaste la llamada para luego soltar  un suspiro cuando dejaste a un lado el teléfono.





En tu interior estaban surgiendo nuevos y desconocidos sentimientos. Algunos te daban miedo y otros, otros solo te llevaban a quererlo un poco más. Porque si...lo querías, querías a ese hombre con todo tu corazón.



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miércoles, 26 de octubre de 2016

Capitulo 78



<Pedro>




Tu vuelta a la realidad no había sido para nada buena, y decías esto porque te sentías incómodo hasta en tu propia casa, rodeada de tu esposa. Pero el motivo era que tu cabeza y tu corazón estaban puestos en otra persona.

Ahora mismo estabas en la oficina, intentando concentrarte en tus obligaciones, pero te era sumamente difícil. Era miércoles, y aún no habías podido ver a Paula desde que se habían despedido en el avión, tampoco habías hablado mucho con ella y eso te estaba desesperando, porque temías a la posibilidad de que se estuviera repitiendo lo mismo que había sucedido antes del viaje, que hubiera cambiado de opinión y que nuevamente decidiera alejarse de vos. El solo hecho de pensarlo te dejaba casi sin oxígeno.

Suspiraste y te pasaste las manos por la cara, en ese momento tú celular comenzó a sonar, casi que pegaste un salto para poder agarrarlo y cuando pudiste hacerlo, tu corazón volvió a latir al ver que se 
trataba de ella.





-¿Hola? -- respondiste intentando parecer relajado, pero estabas lejos de estarlo.

-Pepe--dijo ella y sonreíste al escuchar su voz--

-Hola hermosa--dijiste y volviste a sentarte en tu lugar-- ¿cómo estás?, Te extraño mucho --dijiste y la escuchaste suspirar--

-yo también...pero no puedo hacer nada, me saco a pasear por todos lados, quiere que pasemos tiempo juntos. Maia viajó y él lo sabe, no sé qué excusa poner --dijo un poco triste. Vos suspiraste, aunque eso no te parecía suficiente--

-tenía miedo de que te arrepientas, no hablamos mucho estos días --dijiste--

-¡no! No...No pienses eso. Te juro que apenas podía agarrar el celular, tenía miedo de que pudiera ver algo, entonces evité--dijo ella y el solo pensar en que tuviera que pasar tiempo con él, te daba escalofríos--

-no quiero imaginar nada--dijiste y la escuchaste reír--


-sigo siendo solo tuya...si es lo que estás imaginando--dijo ella y sonreíste mínimamente--

-te quiero ver --dijiste y suspiraste-- ya es mucho tiempo  Paula--dijiste ofuscado--

-para eso te llamo...hoy no creo, pero mañana sí--dijo ella y estabas comenzando a enojarte--

-Se supone que te ibas a separar, no que iban a estar cada vez más juntos y enamorados--dijiste molesto e irónico--

-Pedro...dijiste que no me ibas a presionar, no es fácil. Además, que yo sepa tampoco estás haciendo mucho que digamos --dijo ella-

-por lo menos no me estoy haciendo el enamorado y pasando tiempo juntos --dijiste enojado, la escuchaste suspirar--

-me parece que no te encontré con buen humor hoy...hablamos cuando tengas ganas --dijo ella y antes de que pudiera seguir, la interrumpiste--

-¡dale! Escápate como siempre-- dijiste y te pusiste de pie, comenzando a caminar en círculos--

-¿¡que decís Pedro!?-- dijo ella levantando la voz--

- lo que escuchas...ahora vas a desaparecer y vas a ignorar mis llamadas por no querer admitir la verdad--dijiste--

-estas siendo un pelotudo Pedro... Ni siquiera sé para qué carajo te llamé --dijo ella molesta---

-ah... ¡¿ahora la enojada sos vos?!--preguntaste enojado--

-¡¿qué te pasa Pedro?! No es mi culpa si tuviste un mal día en el trabajo, no te la agarres conmigo porque yo no te hice nada --dijo ella y reíste sin gracia--

- estoy hace más de tres días sin verte y diciéndote que quiero hacerlo. Pero al parecer estas ocupada con tu futuro marido--dijiste y ya no escuchaste más nada. Paula había cortado la llamada--








No hiciste más que tirar el celular encima del escritorio. Ni siquiera sabías porque habías reaccionado de esa forma cuando decías extrañarla tanto. Estabas enojado con vos mismo, al parecer el mundo estaba en tu contra, hoy no tu mejor día, era verdad, pero la razón era ella. ¿Acaso no podía entenderlo?

Intentaste volver a enfocar tu atención en el trabajo, pero si antes te costaba, ahora sí que era completamente imposible. Había sonado un poco angustiada, pero no pudiste evitarlo.

Suspiraste, habías actuado mal, muy mal. Quizás ella fuera la razón de tu mal día, pero no tenías derecho a decirle todas esas cosas, cuando habías prometido no presionarla ni tampoco apurarla. Vos mismo te habías prometido darle tiempo, porque querías estar con ella. Querías estar a su lado. Sin embargo te habías comportado como un animal posesivo, no te estaba gustando recordarte decirle todas esas cosas, cosas que ni siquiera sentías. ¡¿Y todo por un poco de atención?!...¡¿que se te había pasado por la cabeza?!


Tu celular volvió a sonar y pediste con todas tus fuerzas que fuera ella, no querías pelear, sino pedirle disculpas.  Quizás estabas un poco molesto por no haberla visto todos estos días, pero ella no tenía la culpa y no tenías ningún derecho a reclamarle nada cuando vos estabas en la misma situación que ella....a veces eras tan estúpido que te merecías unas buenas patadas.


Tomaste tu teléfono y viste que no se trataba de ella, sino de tu madre. Habías estado evitando hablar con ella desde que habías vuelto, pero ya no podías hacerlo. Era demasiado evidente. Reprimiste un suspiro y atendiste.




-ma...Hola --dijiste.

-¡al fin te dignas a contestarme Pedro!-- dijo ella muy enojada y sonreíste. Hacerla enojar era tu fuerte y tu mayor diversión-

-¿cómo estás? ¿Qué paso que llamas a cada rato?-- preguntaste divertido y reíste un poco---

-agradece a Dios que no estoy ahí para tirarte de las orejas... Sabes perfectamente porque te estoy llamando --dijo ella enojada y vos reíste--

-pero te lo conté mama--dijiste--

-¡Pedro no te hagas el gracioso! Sabes de lo que estoy hablando --dijo ella molesta---



Le contaste brevemente lo que había pasado en el viaje, por supuesto que se puso contenta al escucharte feliz, porque así estabas. Pero finalmente no pudiste evitar contarle lo que había acontecido hace un rato atrás. Habías actuado mal con ella y obviamente que tu madre se encargó de hacerte saber lo mal que habías hecho y también te dijo que las mentiras tendrían que acabarse cuanto antes, ella también estaba metida en el quilombo y sabías perfectamente que no le gustaba mentir, solo lo estaba haciendo por vos y se lo agradeciste.




-Quiero que hagas las cosas bien, Pedro, pero más que nada quiero que estés bien. Ya te dije que se nota lo feliz que sos, pero así como sos feliz, compórtate como el  adulto que sos y por respeto a tu mujer y la  educación que te dimos con tu papá, mínimo creo que tendrías que hablar con Lucía hijo--dijo ella y suspiraste--


-Lo sé ma, solo que estoy buscando el momento y las palabras justas para hacerlo.  Pero ahora que pasó esto con Paula, no puedo dejar de pensar en otra cosa, no te pido que me entiendas pero... no se--dijiste apenado--

-sí que te entiendo amor, pero no podes dejar que siga pasando el tiempo, eso va a llevar a que sea más terrible para Lucía, y más para los dos tal vez--dijo ella y asentiste como si pudiera verte--

-yo también quiero decírselo. Pero tampoco es algo que me tenga que tomar a la ligera, estamos hablando de que estoy enamorado de otra mujer que no es mi esposa--dijiste--  y Antes tengo que arreglar la cagada que me mandé hoy--dijiste intentando sonar divertido--




Tú madre soltó una risita y te dijo que ya no te metas en quilombos. Tenía toda la razón y te pusiste a pensar en todo lo que tenías que hacer.

En cómo le ibas a decir a Lucía la verdad... Y también en como ibas a pedirle perdón, debías ponerte en el lugar de Paula. No iba a ser para nada fácil.

Y con respecto a Paula, como le dijiste a tu mamá, le debías miles de disculpas. Eso era lo primero que ibas a hacer.

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Capítulo dedicado a Sheshe❤

 Hola hola!!!!!! presente aqui como lo habia prometido. Espero que les vaya gustando la historia, por favor, COMENTEN....

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