martes, 23 de agosto de 2016

Capitulo 36





-claro que lo se…y te aseguro que te lo puedo demostrar—dijo el, acercándose a vos—solo yo se como hacer brillar esos ojos y esa sonrisa…y pienso hacerlo toda esta noche—dijo el, muy seguro—






Por supuesto que te quedaste muda ante semejantes dichos, pero igualmente, tu corazón latía frenéticamente en tu interior, y por más que quisieras negarlo, muy en el fondo sabias que tenía razón. Pedro se acercó un poco mas y rodeo con sus brazos tu cintura, estrechándote contra su cuerpo, haciendo que sus torsos quedaran completamente pegados, junto su frente con la tuya y te miro a los ojos.






-ahora mismo estan brillando—dijo el, con una sonrisa que hizo que tus piernas flaquearan—sos hermosa—dijo el, muy cerquita de tus labios, casi rozándolos—estoy que muero por volver a hacerte mia—dijo sobre tus labios aun—

-Pedro—dijiste, conteniendo la respiración. Efectivamente ya no llevabas el control de la situación, sin querer queriendo habías soltado las riendas de todo y al parecer, las había tomado el. Toda la poca fuerza de voluntad que te quedaba, desapareció en cuanto pego sus labios con los tuyos, para luego formar un beso, uno cargado de intensidad.







Pensabas que hasta ahí habia llegado tu cordura, porque a los pocos segundos comenzaste a responder a ese beso, como si de eso dependiera tu vida, y es que en ese momento parecia asi. 

Rodeaste su cuello con tus brazos y ambos profundizaron el beso, si es que podia decirse, porque hacerse no era posible, ambos estaban comiéndose mutuamente.

La respiración de el era totalmente irregular, sentias sus manos pasar por tu cuerpo, haciendo un camino hacia abajo, suavemente, despacio…hasta con cuidado. Estabas segura de que el temia que lo detuvieras, pero la realidad era que no te creías capaz de detenerlo, no cuando estabas a un segundo de avanzar todo lo que el no.

Sentiste que te empujaba hacia atrás, y supiste que habían llegado a destino cuando caíste sentada en la cama y tuviste que despegarte de sus labios. Mordiste tu labio inferior, el estaba de pie, respirando con dificultad.






-por favor…no hagas que pare…por favor—repitio, en susurros. Vos simplemente asentiste, no creías poder responder otra cosa, y menos cuando el estaba mirándote de esa forma, como si fueras la única en el mundo. Y otra vez tu corazon volvia a latir con fuerza ante su mirada, porque cada vez que lo hacia, te sentias hermosa…y única, como ahora.








Pedro volvió a acercarse, y se puso de rodillas frente a vos, dejo un beso en cada una de tus piernas para luego bajar sus manos hasta tus tobillos  y comenzar a desabrochar tus sandalias. Todo lo hizo sin despegar sus ojos de los tuyos, el sonrio y se levantó un poco para darte un beso, vos cerraste tus ojos y te armaste de valor, para luego levantar tus manos, ponerlas sobre sus hombros y bajarlas hacia los botones. Poco a poco los fuiste desprendiendo, hasta quitársela y dejar su torso desnudo. Tu respiración se corto y el se separo de tus labios.







-tus manos me queman—dijo acercándose a tu oído, y tomo tus manos para besar tus palmas. Vos 
sonreíste, el tomo tus piernas para ponerlas sobre la cama y luego acomodarse encima de tu cuerpo, aplastándote con su peso. Llevaste tus manos a su espalda y comenzaste a acariciarla en toda su extensión, podias sentir como se tensaba con tus caricias, y por mucho que lo negaras, te encantaba saber que le provocabas al menos un poco de todas las lamiles de revoluciones que el lograba en vos.








Pedro se separo y se arrodillo en la cama, para ponerte boca abajo. Lo sentiste bajar el cierre de tu vestido, al mismo tiempo que dejaba beso en el camino. Sentias unas ganas terribles de gritar, sus labios en  tu piel era la octava maravilla del mundo. Despacio te lo fue quitando, hasta dejarte en ropa interior y volver a comenzar un camino de besos que terminaban en lugares que no habían sido besados nunca…al menos, no por Mauricio, porque recordabas que en Cuba, no hubo ningún rincón de tu cuerpo que Pedro hubiera dejado sin besar.

Sin que el te diera permiso, te diste la vuelta y lo empujaste hasta que quedaste sobre su cuerpo, dejándolo sorprendido y con una sonrisa traviesa en su cara. Mordiste tu labio inferior y te acercaste a su boca para darle un beso. Su boca era algo sensacional, algo increíble…su sabor era de otro mundo. 


Abriste tus ojos en medio del beso, verlo con sus ojos cerrados disfrutándolo te provoco un escalofrio que te recorrio todo el cuerpo, desde la cabeza hasta la punta de los pies.

Te separaste de a poco y terminaste por desnudarlo. Ahora faltabas vos, y  no quisiste esperar mucho. 

La poca ropa que te separaba de el, desapareció segundos después.



Esta vez, quisiste tomar la iniciativa, querias tener el control. Querias que el fuera tuyo…te costaba creer que ese hombre tan hermoso estaba a tu merced, asi como tampoco podias creer que eras vos quien estaba haciéndolo disfrutar.


Podias ver como apretaba sus ojos, como  mordia su labio inferior y dejaba escapar algunos suspiros. 



De repente abrio los ojos y te descubrió mirándolo, el sonrio e hizo un poco de fuerza para quedar sentado. Ahora estaban mas cerca, sus frentes estaban pegadas, y podias sentir su aliento rozando tus labios.



Fue ahí cuando perdiste el control…o mas bien, cuando te perdiste en sus ojos. Fue ahí cuando quizás creiste en lo que te habia dicho, en el brillo de tus ojos, porque los suyos brillaban, podias verte reflejada en ellos.







Ambos terminaron rendidos luego de semejante acto. Seguían en la misma posición, Pedro te mantenía abrazada fuertemente contra su pecho, estaban literalmente enredados. Sus frentes seguían juntas…y ambos, perdidos en el otro.



Algo en tu interior habia cambiado…algo que no sabias que era pero que igualmente estabas sintiendo. ¿Qué estaba haciendo ese hombre con vos? ¿Qué significaba esta jugada del destino?, porque nuevamente estaba haciendo de las suyas, y tenias miedo de descubrir hasta que punto queria llegar. Lo que si sabias, es que habias entrado en un laberinto, y uno sin salida…pero el detalle mas curioso de todo esto, era que dentro de ese laberinto en el que estabas atrapada, estabas acompañada por Pedro.



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Hola hola!!!!! presente aqui cumpliendo con ustedes, espero que les vaya gustando la historia y por supuesto que comenten


Ya saben, (MAS de 12  comentarios CON NOMBRE DE TWITTER y mañana me tienen de nuevo)

10 comentarios: