Capitulo 26

¡¡¿Qué fue lo que habias hecho?!! ¡¡le habias dicho que si!! ¡le habías dicho que te ibas a casar con el! ¡¡¿Qué mierda te pasaba?!!, miraste el anillo una vez mas mientras iban caminando nuevamente hacia el departamento, sentias ganas de llorar, pero no de felicidad como pensaba Mauricio, sino de rabia, de vergüenza, por haber sido tan estúpida.

Mauricio te tomo de la mano una vez mas y abrio la puerta principal del edificio, para luego dirigirte hacia el ascensor, el te metió dentro y te miro a los ojos para luego darte un beso…beso que no pudiste responder. El te miro frunciendo el ceño.

-¿Qué pasa Paula?, desde hoy estas asi, ¿Qué pasa?—repitio una vez mas y lo miraste para luego negar con la cabeza—

-nada gordo, me duele la cabeza…pero ahora cuando me de una ducha se me va a pasar—dijiste y el asintió no muy convencido, para regalarte una sonrisa y besar tu mejilla—

-okey…entonces, el sello de este compromiso va a tener que esperar, ¿verdad?—dijo el, y tu piel se puso de gallina, habias intentado evitarlo desde que llegaste de viaje, pusiste mil y una excusas, algunas convincentes, otras no tanto, pero…ahora que habias aceptado ser su esposa, ya tendrías que ir pensando en que las excusas debían terminarse—

El ascensor llego a destino y Mauricio te detuvo para darte un beso, le respondiste cerrando con fuerza los ojos y rezando para que se acabara lo mas pronto posible, y cuando eso paso, le sonreíste y besaste su mejilla para luego buscar las llaves en tu cartera y entrar rápido.

-me voy a dar un baño gordo—dijiste y el asintió—

-¿no puedo hacerte compañía?—pregunto  haciendo una mueca, y le sonreíste—

-Nop, le voy a echar mis sales al agua y las odias, asi que no—dijiste riendo, esperando a que no dijera que por vos iba a aguantar, querias estar sola, necesitabas aclarar tus pensamientos…necesitabas odiarte sola por un rato—

-okey…te dejo en paz entonces—dijo acercándose nuevamente y dándote un beso en los labios—

Vos suspiraste una vez que le diste la espalda, y caminaste rígida hacia tu habitación. Buscaste tu ropa lenta y suavemente, no querias apurarte, necesitabas tiempo….otra vez tu mirada se dirigio al anillo y cerraste tus ojos, ¿Por qué lo hiciste Paula? ¿Por qué?...y la verdad era que ni vos misma lo sabias.

Una vez con tu ropa interior y tu pijama te dirigiste al baño, cerraste la puerta detrás tuyo y cerraste con llave, de verdad necesitabas estar sola.

Abriste los grifos del agua y dejaste que la bañera comenzara a llenarse, luego comenzaste a desvestirte para luego ponerte la bata de baño mientras esperabas. Te pusiste de pie frente al espejo y miraste tus ojos fijamente….y otra vez la misma pregunta, ¿Qué fue lo que habias hecho?, suspiraste profundamente y tus ojos se llenaron de lagrimas, no querias lastimar a nadie, aunque prácticamente lo hubieras hecho, sin que tu novio lo supiera pero en fin, lo habías hecho.

¿Cuándo fue que dejaste de plantearte un futuro sin Mauricio? ¿Cuándo fue que dejaste de verlo como el padre de tus hijos? ¿Cuándo fue que dejaste de verlo como el hombre que querias a tu lado el resto de tu vida?, las lagrimas comenzaron a caer…¿Cuándo fue que tus sueños comenzaron a tener un nombre y apellido distinto al que tenias a tu lado en tu cama? ¿Cuándo fue que Pedro se metio en tu piel y en tu mente sin intenciones de salir? Y por ultimo…¿Cuándo fue que comenzaste a imaginarte que Pedro era el padre de tus hijos?

Eras una bola de pensamientos…ese viaje habia sido un error, la entrada a un callejón sin salida. 

Secaste las lagrimas que caian por tus mejillas, y te diste la vuelta para apagar los grifos, y echar las sales. Respiraste una vez mas, antes de quitarte la bata y meterte dentro de la bañera, tu cuerpo comenzó a relajarse, pero tu mente no…al contrario, puso primera y comenzó a maquinar. El ruido de la puerta llamo tu atención.

-gorda…me voy con los chicos, voy a contarles la noticia, te llamo cuando llegue, te amo—dijo y sin esperar respuesta tuya, se fue.

Miraste el anillo una vez mas, y luego levantaste tu otra mano para ver el que Pedro te habia dado, tu corazón se apretó…como hubieras deseado que fuera el quien te lo hubiese dado y no Mauricio, pero tu realidad era otra, y ahora tenias que hacerle frente, porque vos misma habías tomado aquella decisión…vos te habías metido en ese embrollo, en ese quilombo.

Nuevamente tus ojos se llenaron de lagrimas…¿Qué ibas a hacer ahora?, ya habias dado el si, ya habias aceptado ser su esposa. En ese momento, muy en el fondo habias pensado en decirle que tenias que pensarlo, por una parte, solo estarías confirmando sus sospechas, lo de que “algo” habia pasado en ese viaje, ese “algo” que le hiciste creer que no existió…ese “algo” que estaba grabado a fuego sobre tu piel. Y por otra, ¿Por qué tendrías dudas?, vivian juntos, se querian…habían dado un paso tan importante, para dar paso a otro, y sin dudas era el matrimonio, pero, ¡¿Por qué tenia que suceder ahora?! ¡¿Por qué cuando tu cabeza era un desastre?! ¡¿Por qué cuando Pedro se habia metido bajo tu piel?!

Saliste del baño casi una hora y media despues, cuando tu piel estaba arrugada y el agua fría. Ya vestida, marcaste el numero de Maia, la misma que al pedirle que viniera, se presento a los veinte minutos.

Maia te escucho atentamente…y te miraba fijamente, tus ojos seguían derramando lagrimas y lo único que fuiste capaz de hacer fue echarte en sus brazos.

-No se que hacer gorda—dijiste entre sollozos—no lo quiero lastimar, no puedo decirle que estuve con otro hombre—dijiste y ella te acariciaba el cabello—

-pero Pau—dijo suspirando—no tuviste que haberle dicho que si, tendrías que haberlo pensado bien—dijo ella—

-ya lo se, pero…no supe que hacer, decirle que no significaba confirmar que algo paso en el viaje, y si le decía que tenia dudas, ¿Por qué sigo a su lado? ¿entendes?...estoy entre la espada y la pared—dijiste—

-todo esto depende de vos gorda…tu cabeza esta en otra persona—dijo ella y suspiraste—

-otra persona que tiene una vida hecha, una vida con otra…solo acepte ser su juguete por unos días—dijiste—

-quizas para el no fue asi…no por nada te hablo—dijo ella—

-quiere sacarse las ganas una vez mas…pero no lo voy a permitir, no para que siga atormentando mi cabeza, para que siga confundiendo mis sentimientos—dijiste sorbiendo tu nariz—

Maia te abrazo hasta que te pudiste calmar un poco …ella seguía en su posición y vos tambien….y sin embargo, estabas mas perdida que antes.

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Hola hola!!!!! presente aqui, cumpliendo con ustedes. Espero que les guste la novela y que comenten.

ya saben (MAS de 12 comentarios con nombre de twitter y mañana me tienen nuevamente)