Capitulo 35

El ascensor se detuvo y junto con él, tu corazón también lo hizo, porque cuando las puertas se abrieron, Pedro apareció allí frente a vos. No supiste que hacer, tu mente se habia quedado en blanco.

-Pense que no ibas a venir mas—dijo el, rascándose la nuca. Quisiste sonreir, en el poco tiempo que habían pasado juntos, pudiste descubrir que ese gesto era de nerviosismo—

-yo tambien lo pensé—dijiste, y por supuesto que el habia imaginado que vos habias pensado en no venir, pero la verdad era, que estuviste pensándolo a raíz del trafico—¿nos vamos a quedar aca?—preguntaste y el te miro—

-ay, perdón—dijo riendo nervioso—no me di cuenta, veni, vamos—dijo el, acercándose y tomando tu mano para dirigirte a la habitación, saco la llave de su jean y luego abrio la puerta para dejarte pasar

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-Hola…creo que no nos saludamos—dijiste y el se dio la vuelta luego de cerrar la puerta—

-ahora iba a hacerlo, no te preocupes—dijo el, sonriéndote, haciendo que tus piernas comenzaran a temblar nuevamente, y no sabias porque te sorprendia, era el efecto que te causaba estar cerca de el, y no solo  eso, sino que te dedicara sus sonrisas tambien—hola hermosa—dijo el, acercándose a vos, y poniendo sus manos en tu cintura para luego besar la comisura de tus labios, muy sentidamente…cerraste los ojos al sentir el contacto de sus labios—

-Hola—dijiste un poco bastante afectada—

-espero que tengas hambre…aunque la comida ya se enfrio bastante—dijo el, caminando hasta la mesa un poco apenado. Vos te sentiste mal, no habia sido para nada tu intención llegar tarde, el trafico te lo habia impedido—

-disculpame por llegar tarde….es que—dijiste y el te miro—

-no importa…entiendo que fui un poco desubicado al decirte que vinieras simplemente, se que tenes tu vida pero—dijo el y lo miraste—

-el trafico no me dejo llegar a tiempo—dijiste y el cerro su boca para mirarte con un atisbo de sonrisa—

-pense que no sabias si venir o no…ya cuando vi la hora, me dije que ya no tenia sentido seguir esperándote—dijo el, encogiéndose de hombros, y te mato imaginarte a el, caminando por la habitación y acomodando todo mientras te esperaba—

-tambien me paso algo de eso…pero tenia que venir, creo que vos y yo no debemos una charla—dijiste suspirando y el asintió—

-supongo que nos debemos una charla…pero ojala que eso pueda esperar, porque estuve muriendo por verte—dijo el y tu corazon dio un pequeño saltito. Vos tambien habias querido verlo—

-vemos—dijiste sonriendo—quiero comer—dijiste y el sonrio—

-espero que esto sea comible, no quiero que te caiga mal—dijo el, y mordiste tu labio inferior. Con lo que menos problemas tenias era con la comida—

-seguro que esta bien—dijiste—

-bueno, veni…sentate que te sirvo—dijo el, corriendo la silla para que pudieras sentarte, y luego la arrimo para vos nuevamente—

-gracias—dijiste, y el se acerco para besar tu mejilla. Vos sonreíste—

Pedro se encargo de servir la cena, y minutos despues ambos estaban comiendo. La verdad que la comida habia estado mejor de lo que esperabas, pero de hecho, era porque estabas como hipnotizada viendo cada uno de sus movimientos, a tal punto de que ni te dabas cuenta de si tragabas o no la comida, o de si estaba rico.

Cuando terminaron de comer, el te invito a ir al balcón, donde habia una especie de diván en el balcón, uno que dejaba disfrutar de la hermosa vista de la ciudad. Vos tomaste asiento y el lo hizo a tu lado junto con dos copas de vino, y una de ellas para vos.

-¿de que querias hablar?—pregunto el, de repente, vos te cruzaste de piernas y fijaste tu vista en al frente—

-de lo que esta pasando—dijiste, encogiéndote de hombros. Ni siquiera sabias de que querias hablar, suponías que habia sido una excusa de tu inconsciente para verlo una vez mas—

-¿y que es lo que esta pasando?—pregunto el—

-¿un engaño?—dijiste girando la cabeza para mirarlo. El tambien lo hizo y lo escuchaste suspirar—

-creo que una vez te respondi a eso…pero no le encuentro nada malo cuando estoy con vos—dijo el, y tu piel se puso de gallina. Por supuesto que te pasaba lo mismo, pero eso era algo que ibas a guardarte para vos—

-¿y cuando volves a la realidad?—preguntaste—

-pienso en todas las cosas que me faltaron por hacerte—dijo el, acercándose un poco, hasta posar su mano en tu pierna izquierda, vos te pusiste alerta…no tenias que dejar que te afectara, o por lo menos, no por un rato—

-Pedro…conocí a tu mujer—dijo el, y lo sentiste tensarse—

-No me lo recuerdes….y vos te vas a casar—dijo apretando su mandíbula, pudiste verlo claramente—

¿Cuándo fue?—pregunto el de repente, vos lo miraste con el ceño fruncido—

-¿Cuándo fue que?—preguntaste—

-¿cuando te lo pidió?—pregunto el—

-hace un par de semanas—dijiste y el asintió—

-¿y querés hacerlo?—pregunto de repente, y notaste en su voz un atisbo de preocupación, o eso fue lo que pudiste percibir—

-¿como que si quiero hacerlo?—dijiste vos en respuesta, era algo muy estúpido, pero no sabias si estabas segura de querer responder a aquello—

-si estas segura de querer casarte con el—dijo el, diciendo esto ultimo casi en un susurro—

-si…si—dijiste, diciendo ese ultimo “si”, intentando convencerte a vos misma de eso—

-no te creo…vos no sos feliz—dijo el, poniéndose de pie y caminando hasta la baranda del balcón, al cual se aferro con fuerza. Vos aun estabas sorprendida al escucharlo decir eso…pero era estúpido hacerlo cuando sabias muy en el fondo, que quizás tenia un poco de razon—

-¿y como sabes eso?—te animaste a preguntar, por mas que estuvieras consiente de tus dudas—

-porque lo veo en tus ojos Paula—dijo el, todavía dándote la espalda. Te habias quedado muda…no podias refutar eso, ¿o si?—

-no es una respuesta eso—dijiste y el se dio la vuelta para fijar sus ojos en los tuyos—

-si es una respuesta, porque vi tu expresión en el restaurante, tus ojos no brillaban y tu sonrisa tampoco, no como lo hacían en Cuba, cuando estábamos juntos, cuando estabas conmigo y entre mis brazos….vos sos la Paula de la foto, esa misma que saque yo…y la Paula que estaba en el restaurante estaba lejos de ser esa—dijo el y vos lo miraste, el sonrio, haciéndote sentir escalofríos—me miras asi porque sabes que tengo razon—dijo el y desviaste la mirada—

-No sabes lo que decis—te atreviste a decir—

-claro que lo se…y te aseguro que te lo puedo demostrar—dijo el, acercándose a vos—solo yo se como hacer brillar esos ojos y esa sonrisa…y pienso hacerlo toda esta noche—dijo el, muy seguro--

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Hola hola!!!!! presente aqui cumpliendo con ustedes, espero que les vaya gustando la historia y por supuesto que comenten

Ya saben, (MAS de 12 comentarios CON NOMBRE DE TWITTER y mañana me tienen de nuevo)