miércoles, 30 de noviembre de 2016

Capítulo 97




<Paula>


Finalmente y cuando llegaste al departamento lo único que hiciste fue tirar el tuper con la comida que le habías llevado y encerrarte en tu habitación para tirarte en la cama y desahogarte. Hace tanto tiempo no llorabas de esa forma y es que tu corazón dolía como nunca había dolido por amor. Tu cabeza no paraba de imaginar todo tipo de historias, pero sin embargo tu corazón te pedía por favor que esperaras alguna explicación porque de seguro la había y vos no hacías más que volverte loca.



Pedro llegó a casa casi tres horas después de que habías vuelto, y tu corazón se apretó en cuanto lo escuchaste entrar. Ni siquiera tuviste el valor para enfrentarlo, pero si que reaccionaste cuando se acercó a la cama.



Sus ojos demostraban verdadera confusión pero nada se comparaba con lo que sentías en tu interior. Por supuesto que te encargaste de reprocharle su tardanza y el solo escucharlo te ponía peor.





-¡¿ni siquiera vas a preguntarme donde mierda estuve antes de sacar conclusiones por vos misma?!-- dijo el, gritando enojado y  cuando lo miraste a los ojos los mismos se le  llenaron de lagrimas. Tu corazón se apretó--

-No lo necesito... Creo que está historia se está repitiendo nuevamente-- dijista con toda la bronca y el dolor del mundo. Viste a Pedro secarse una lágrima que resbalaba por su mejilla Y luego lo viste sacar unas llaves de su bolsillo, el no te devolvió ninguna mirada y simplemente tiro el juego de llaves encima de la cama--

-no te imaginas cuánto me duele que pienses esas cosas de mi...y acepto que tuve antecedentes que no me favorecen, pero a vos te entregué mi vida. Quizás me merezco esta desconfianza de tu parte pero desde el fondo de mi alma te digo que te amo como nunca amé a nadie-- lo escuchaste decir, podías notar angustia en su voz y eso te hacía querer gritar y llorar al mismo tiempo. El no dijo nada más, y te dio la espalda para salir del cuarto, pocos segundos después, escuchaste el ruido de la puerta. El se había ido.





Nuevas lágrimas nublaron tu vista y el nudo que tenías en la garganta de repente se hizo enorme. Tu ojos se desviaron hacia las llaves que Pedro había tirado sobre la cama, las miraste por unos instantes y luego te moviste para agarrarlas. En el llavero había una pequeña inscripción, donde pudiste ver que se trataba de la dirección, la misma no quedaba muy lejos de allí, ¿Pero para que querías unas llaves?

Tardaste al menos una hora en tomar valor para levantarte de la cama e ir a descubrirlo por vos misma, antes revisaste tu celular para verificar que no hubiera ningún mensaje de Pedro y en efecto no había absolutamente nada.


Las ganas de llorar aumentaban cuando recordabas que no sabías a dónde podía haber ido, pero no querías hablar con el, estabas dolida, así como al parecer el también lo estaba, pero en este caso quien tenía la razón eras vos...¿verdad?.



Acariciaste tu vientre mientras bajabas en el ascensor intentando que tu bebé te diera las fuerzas necesarias para afrontar esta situación. Como lo habías supuesto, la dirección no quedaba tan lejos, por lo que caminaste las pocas cuadras que te separaban. Frunciste el ceño mientras caminabas buscando la altura de la calle que indicaba la inscripción, pero lo único que había allí eran casas y más casas. Te quedaste parada frente a una casa blanca, la misma tenía sobre la pared el número de la dirección. Tu corazón comenzó a latir con fuerza...te acercaste lentamente hacia la puerta y pusiste la llave en la cerradura. A los pocos segundos abriste la puerta y pusiste entrar, tus ojos se llenaron de lágrimas al ver una foto de ustedes dos colgada en una pared, tragaste con fuerza y comenzaste a caminar mirando a tu alrededor. Recorriste lentamente cada centímetro de la casa y llegaste a las escaleras subiste y te encontraste con un pequeño pasillo...tu corazón dejo de latir por completo cuando ingresaste en uno de los cuartos, uno pintado de rosa y que en una de las paredes figuraba el nombre de 'Olivia', tapaste tu boca con tus manos y rompiste en llanto.



La realidad se te había caído encima como un balde de agua fría... Rápidamente el recuerdo de la cara de Pedro mirándote con lágrimas en los ojos ocupó tus pensamientos...habías dudado de el, de su amor. Tus piernas perdieron firmeza y quedaste sentada en el piso alfombrado, abrazando tus rodillas y odiándote cada segundo un poco mas. La habías cagado a lo grande y vos eras la única culpable de todo.
 Tomaste tu celular y marcaste su número para llamarlo, pero había apagado su teléfono, era lógico. Ni siquiera te atreviste a escucharlo y ahora pretendías que atendiera tus llamadas. Lo habías juzgado cuando lo unico que había estado haciendo era darle forma a una casa, una casa en la que el los imaginó siendo una familia.
Volviste a romper en llanto y te levantaste para seguir inspeccionando todos los rincones, Pedro era increíble...pero más increíble era que lo hubieras lastimado de la manera en que lo hiciste, cuando te demostró hasta el cansancio que su amor por vos era verdadero y genuino.



Suspiraste y te obligaste a salir de la casa, pero no porque no quisieras quedarte allí, sino porque tenías que hacer algo para que ese hombre te perdonará.

Llamaste a tu mejor amiga y ella se encargo perfectamente de decirte cuánto estúpida habias sido al actuar de esa forma, si bien estaba perfecto que te lo dijera, más importante era para vos encontrarlo.

Llamaste a la oficina para preguntar si había vuelto allí pero la respuesta fue negativa, llamaste a uno de sus amigos, al cual habías conocido hace poco tiempo pero tampoco obtuviste respuestas de el, sin embargo el te prometió averiguar su paradero y mientras llegabas al departamento recibiste una respuesta de su amigo. El mismo te dijo que se había alojado en un hotel y que se encontraba a las afueras de la ciudad...suspiraste y te sentiste culpable. Vos habías provocado esto y vos tendrías que solucionarlo.


Si bien sabías cual era el hotel, no sabías exactamente su ubicación, por lo que llamaste a un taxiy y te dirigirte hasta allí, rezando en el camino para que al menos quisiera escucharte.



Una vez que llegaste al hotel, te dirigirte a la recepción donde tuviste que sobornar un poco al encargado para que pudiera ayudarte. Finalmente conseguiste lo que querías y estabas a punto de entrar a la habitación, abriste suavemente la puerta con una de las llaves de repuesto y entraste...todo se encontraba en absoluto silencio. Tu corazón se apretó al verlo durmiendo sobre la enorme cama con la ropa del trabajo puesta... Tus ojos se llenaron de lágrimas y te acercaste a el suavemente, acariciaste su cabello y besaste su mejilla, el se removió y finalmente abrió sus ojos.



-Hola-- fue lo único que  te animaste a decir--



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Hola hola!!!!!! presente aqui como lo habia prometido. Espero que les vaya gustando la historia, por favor, COMENTEN....

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13 comentarios:

  1. Ay Dios esto es demasiado en serio, soy adicta a tu novela..
    @natiamorporpepe

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  2. excelente amo esta historia
    @pedropaulaoyb4

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  3. Ayyyyyyyyyyyy, cómo me gustó este cap jajajaja. Ya quiero leer el de mañana!!!!!

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  4. Que linda novela!!!! Ojalá puedan reconciliarse pronto!!! Amé y odié este capítulo! Jajajaja

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  5. Esta novela es una de las mejores que leí.

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  6. Nooo podes dejar el capitulo hacia cuanta maldad jajaja...

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  7. A ver si se me ponen a comentar necesito otro capítulo de esto... @natiamorporpepe

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  8. A remar Pauli eso pasa x no preguntar pero bueno ojalá Pepe la perdone rápido. ������

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  9. Me encanta la novela. Es increible lo bien que describis situaciones y climas
    Soy fan absoluta!!!!

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  10. Pobre Pepe y pobre Pau... Ojalá se reconcilien y puedan disfrutar de SU casa.

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