miércoles, 30 de noviembre de 2016

Capítulo 97




<Paula>


Finalmente y cuando llegaste al departamento lo único que hiciste fue tirar el tuper con la comida que le habías llevado y encerrarte en tu habitación para tirarte en la cama y desahogarte. Hace tanto tiempo no llorabas de esa forma y es que tu corazón dolía como nunca había dolido por amor. Tu cabeza no paraba de imaginar todo tipo de historias, pero sin embargo tu corazón te pedía por favor que esperaras alguna explicación porque de seguro la había y vos no hacías más que volverte loca.



Pedro llegó a casa casi tres horas después de que habías vuelto, y tu corazón se apretó en cuanto lo escuchaste entrar. Ni siquiera tuviste el valor para enfrentarlo, pero si que reaccionaste cuando se acercó a la cama.



Sus ojos demostraban verdadera confusión pero nada se comparaba con lo que sentías en tu interior. Por supuesto que te encargaste de reprocharle su tardanza y el solo escucharlo te ponía peor.





-¡¿ni siquiera vas a preguntarme donde mierda estuve antes de sacar conclusiones por vos misma?!-- dijo el, gritando enojado y  cuando lo miraste a los ojos los mismos se le  llenaron de lagrimas. Tu corazón se apretó--

-No lo necesito... Creo que está historia se está repitiendo nuevamente-- dijista con toda la bronca y el dolor del mundo. Viste a Pedro secarse una lágrima que resbalaba por su mejilla Y luego lo viste sacar unas llaves de su bolsillo, el no te devolvió ninguna mirada y simplemente tiro el juego de llaves encima de la cama--

-no te imaginas cuánto me duele que pienses esas cosas de mi...y acepto que tuve antecedentes que no me favorecen, pero a vos te entregué mi vida. Quizás me merezco esta desconfianza de tu parte pero desde el fondo de mi alma te digo que te amo como nunca amé a nadie-- lo escuchaste decir, podías notar angustia en su voz y eso te hacía querer gritar y llorar al mismo tiempo. El no dijo nada más, y te dio la espalda para salir del cuarto, pocos segundos después, escuchaste el ruido de la puerta. El se había ido.





Nuevas lágrimas nublaron tu vista y el nudo que tenías en la garganta de repente se hizo enorme. Tu ojos se desviaron hacia las llaves que Pedro había tirado sobre la cama, las miraste por unos instantes y luego te moviste para agarrarlas. En el llavero había una pequeña inscripción, donde pudiste ver que se trataba de la dirección, la misma no quedaba muy lejos de allí, ¿Pero para que querías unas llaves?

Tardaste al menos una hora en tomar valor para levantarte de la cama e ir a descubrirlo por vos misma, antes revisaste tu celular para verificar que no hubiera ningún mensaje de Pedro y en efecto no había absolutamente nada.


Las ganas de llorar aumentaban cuando recordabas que no sabías a dónde podía haber ido, pero no querías hablar con el, estabas dolida, así como al parecer el también lo estaba, pero en este caso quien tenía la razón eras vos...¿verdad?.



Acariciaste tu vientre mientras bajabas en el ascensor intentando que tu bebé te diera las fuerzas necesarias para afrontar esta situación. Como lo habías supuesto, la dirección no quedaba tan lejos, por lo que caminaste las pocas cuadras que te separaban. Frunciste el ceño mientras caminabas buscando la altura de la calle que indicaba la inscripción, pero lo único que había allí eran casas y más casas. Te quedaste parada frente a una casa blanca, la misma tenía sobre la pared el número de la dirección. Tu corazón comenzó a latir con fuerza...te acercaste lentamente hacia la puerta y pusiste la llave en la cerradura. A los pocos segundos abriste la puerta y pusiste entrar, tus ojos se llenaron de lágrimas al ver una foto de ustedes dos colgada en una pared, tragaste con fuerza y comenzaste a caminar mirando a tu alrededor. Recorriste lentamente cada centímetro de la casa y llegaste a las escaleras subiste y te encontraste con un pequeño pasillo...tu corazón dejo de latir por completo cuando ingresaste en uno de los cuartos, uno pintado de rosa y que en una de las paredes figuraba el nombre de 'Olivia', tapaste tu boca con tus manos y rompiste en llanto.



La realidad se te había caído encima como un balde de agua fría... Rápidamente el recuerdo de la cara de Pedro mirándote con lágrimas en los ojos ocupó tus pensamientos...habías dudado de el, de su amor. Tus piernas perdieron firmeza y quedaste sentada en el piso alfombrado, abrazando tus rodillas y odiándote cada segundo un poco mas. La habías cagado a lo grande y vos eras la única culpable de todo.
 Tomaste tu celular y marcaste su número para llamarlo, pero había apagado su teléfono, era lógico. Ni siquiera te atreviste a escucharlo y ahora pretendías que atendiera tus llamadas. Lo habías juzgado cuando lo unico que había estado haciendo era darle forma a una casa, una casa en la que el los imaginó siendo una familia.
Volviste a romper en llanto y te levantaste para seguir inspeccionando todos los rincones, Pedro era increíble...pero más increíble era que lo hubieras lastimado de la manera en que lo hiciste, cuando te demostró hasta el cansancio que su amor por vos era verdadero y genuino.



Suspiraste y te obligaste a salir de la casa, pero no porque no quisieras quedarte allí, sino porque tenías que hacer algo para que ese hombre te perdonará.

Llamaste a tu mejor amiga y ella se encargo perfectamente de decirte cuánto estúpida habias sido al actuar de esa forma, si bien estaba perfecto que te lo dijera, más importante era para vos encontrarlo.

Llamaste a la oficina para preguntar si había vuelto allí pero la respuesta fue negativa, llamaste a uno de sus amigos, al cual habías conocido hace poco tiempo pero tampoco obtuviste respuestas de el, sin embargo el te prometió averiguar su paradero y mientras llegabas al departamento recibiste una respuesta de su amigo. El mismo te dijo que se había alojado en un hotel y que se encontraba a las afueras de la ciudad...suspiraste y te sentiste culpable. Vos habías provocado esto y vos tendrías que solucionarlo.


Si bien sabías cual era el hotel, no sabías exactamente su ubicación, por lo que llamaste a un taxiy y te dirigirte hasta allí, rezando en el camino para que al menos quisiera escucharte.



Una vez que llegaste al hotel, te dirigirte a la recepción donde tuviste que sobornar un poco al encargado para que pudiera ayudarte. Finalmente conseguiste lo que querías y estabas a punto de entrar a la habitación, abriste suavemente la puerta con una de las llaves de repuesto y entraste...todo se encontraba en absoluto silencio. Tu corazón se apretó al verlo durmiendo sobre la enorme cama con la ropa del trabajo puesta... Tus ojos se llenaron de lágrimas y te acercaste a el suavemente, acariciaste su cabello y besaste su mejilla, el se removió y finalmente abrió sus ojos.



-Hola-- fue lo único que  te animaste a decir--



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lunes, 28 de noviembre de 2016

Capítulo 96






<Pedro>




Tu vida había dado un giro inesperado, o quizás un poco esperado porque la causante de ese giro se había metido bajo tu piel unos cuatro años atrás. Sonreiste por ello, pero así era y estabas más que feliz y con una princesita en camino. A Olivia le quedaban poco más de tres meses para llegar al mundo y tu ansiedad estaba al tope.



Ahora mismo, tu cabeza estaba metida en el futuro, en tu familia y en las cosas tan lindas que iban a venir. Suspiraste y te desperezaste en tu sillón en la oficina...estos últimos días habías estado un poco inmerso en el trabajo y por el otro lado inmerso en lo que sería tu vida con tu familia.



Te estaba costando horrores mantener en secreto tu sorpresa, y es que estabas tan feliz llevándola a cabo que necesitabas contárselo a todo el mundo, y con el mundo te referías a Paula... Habías comprado una casa, no muy lejos del departamento y muy amplia, apta para la hermosa familia que estaban comenzando formar, antes de ayer te habías decidido a darle la noticia cuanto antes. Porque no podías esperar y porque querías que vea el trabajo personal que habías hecho en el cuarto de tu hija, no era nada de otro mundo pero vos te habías ocupado especialmente de pintarla. Aún faltaban  los muebles pero eso estaba previsto para llegar  entre hoy y mañana.

Cuando tuvieras tiempo.




En ese momento tu teléfono comenzó a sonar y sonreiste al ver que se trataba de Paula, cada día la extrañabas cada vez más, y es que tus días eran eternos, entre tu nuevo hogar y el trabajo todo se trastabillaba un poco. Hablaron por unos cuantos segundos pero tuviste que cortar porque recibiste una llamada que te informaba acerca de la llegada de los muebles.



Rápidamente apagaste todo y guardaste un poco de trabajo para llevar a tu casa despues. Así que saliste disparado rápidamente hacia tu nuevo hogar, cuando ibas llegando pudiste ver el enorme camión que transportaba los nuevos muebles que habías comprado para la habitación de tu hija.



La hora se te había pasado rápidamente, tanto que faltaba poco para la hora del almuerzo y aún quedaban muchísimos muebles por bajar y cosas por hacer. Suspiraste y tomaste tu celular, avisándole a Paula que no llegarías a comer, puesto que estabas tapado de trabajo y tendrías que que quedarte en la oficina.


Dejaste el celular a un lado y te dispusiste a seguir con las indicaciones. Todo iba quedando como querías y ojalá le gustará a Paula.


Cuando terminaron lo habían hecho alrededor de las cuatro de la tarde. No podías creer que hubieran tardado tanto pero eran muchas cosas las que tenían que hacer. Faltaban unos pocos detalles pero aún así la sorpresa estaba lista.

Con el placer de haber terminado volviste a tu casa. Con tu estómago rugiendo por el hambre y con muchísimo sueño pero nada se compraba con las ganas de ver a Paula que tenías. La habías extrañado durante todo el día. Una vez que llegaste te encontraste con el departamento en absoluto silencio, frunciste el ceño, este era el horario donde Paula aprovechaba para hacer cosas de mujeres...sonreiste debía de estar mirando televisión con el aire acondicionado, hacia mucho calor y no te equivocaste. Ella estaba allí pero no estaba mirando tele como venias imaginando, estaba llorando y hecha un ovillo en la cama, tu corazón latió acelerado y comenzaste a pensar en lo peor.





-mi amor....llegué. ¿Que esta pasando? ¿por qué lloras?-- dijiste acercándote a la cama y ella se movió rápidamente--

-no te me acerques -- advirtió ella señalandote con un dedo. Frunciste el ceño--

-¿Que pasa mi amor? -- preguntaste confundido y sentándote a su lado, estiraste tu mano para tomar la suya y la corrió rápidamente--

-¡no me toques!-- grito en medio de un sollozo, vos te apartaste asustado--

-¿que esta pasando Paula?-- preguntaste una vez mas, ella sonrió mientras se secaba una lágrima--

-¿estas cansado? ¿te cansaste de trabajar?-- pregunto y frunciste el ceño una vez mas--

-Pau...¿que decís?--preguntaste y ella volvió a reir--


-¿te cansaste de revolcarte con tu amante?-- pregunto furiosa y la miraste con miedo y sorpresa. ¿Que es lo que había acabado de decir?--

-¡¿que estas diciendo Paula?!  -- preguntaste elevando tu voz también. Pero porque no podías creer que estaba pensando en esa posibilidad-

-fui a tu oficina como una estúpida para llevarte el almuerzo...pero cuando llegué me dijeron que el señorito se había ido antes del mediodía-- dijo irónicamente. No podías explicar lo que estabas sintiendo en ese momento, y ni siquiera era porque había descubierto una pequeña mentira, sino por el hecho de que estuviera pensando en que la estabas engañando...cuando tenían una bebita en camino, cuando le habías dicho hasta el cansancio cuanto la amabas....pero al parecer no era suficiente. Paula volvió a hablar y ni siquiera te atreviste a levantar la mirada...no podías creer que esos ojos estuvieran dudando de vos, quizás tenías antecedentes que demostraran lo contrario pero con ella jamás-- yo muy preocupada porque pudieras tener hambre pero me encontré con la sorpresita de que el señor tenía almuerzos de trabajo quizás. ¡No se!-- dijo volviendo a llorar--

-¡¿ni siquiera vas a preguntarme donde mierda estuve antes de sacar conclusiones por vos misma?!-- dijiste y esta vez. Fueron tus ojos los que se llenaron de lagrimas--

-No lo necesito... Creo que está historia se está repitiendo nuevamente-- dijo ella con dolor. Pero mucho más dolor sentiste vos al escucharla. Secaste una lágrima que se te había escapado y sacaste unas llaves de tu bolsillo, donde en su llavero tenía la dirección de lo que sería su nuevo hogar. Ni siquiera lo dudaste y las tiraste encima de la cama--

-no te imaginas cuánto me duele que pienses esas cosas de mi...y acepto que tuve antecedentes que no me favorecen, pero a vos te entregué mi vida. Quizás me merezco esta desconfianza de tu parte pero desde el fondo de mi alma te digo que te amo como nunca amé a nadie-- dijiste y ya no pudiste decir nada más. Las lagrimas no te dejaban hacerlo y el nudo que tenías en la garganta te impedía hablar--





Ni siquiera levantaste la vista. Lo único que hiciste fue salir de la habitacion...ni en tus peores sueños hubieses imaginado que esto pasaría, o quizás habías sido muy tonto al no haber avisado a Helena, pero no creíste que ella pudiera ir hasta tu oficina. Igualmente eso no era nada a comparación con todo lo que escuchaste, podías esperar todo de todos, menos de ella...quizás tenía sus razones, pero estaba muy equivocada.

Su relación no iría a ningún lado si no había confianza...a veces el amor no era suficiente como dicen.



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domingo, 27 de noviembre de 2016

Capítulo 95





<Paula> 


Tu vida iba acomodandose poco a poco, estabas feliz, y si bien habían algunas cosas que faltaban para poder estar completa, agradecias lo que tenías y a los que tenías a tu lado.

Pedro era un hombre increíble, un hombre con el que ni en tus mejores sueños habrías imaginado estar, pero así era, estabas con el y a punto de formar una familia. Tocaste tu vientre y sonreiste, Olivia crecía día a día y cada vez que tenia oportunidad se hacía notar... Aunque últimamente lo hacía con su papá, suspiraste con ilusión, esa nena iba a ser la perdición de Pedro.


Hablando de el, lo extrañabas, esta última semana había estado cargadisimo de trabajo, tanto que cuando terminaba de almorzar con vos, ya no se quedaba a dormir la siesta si no que volvía a la empresa, tenias entendido que estos tiempos en su trabajo eran difíciles y más porque el era quien se hacía cargo y solo. Tomaste el teléfono para llamarlo y rogaste para que pudiera atenderte, tampoco querías molestarlo.





-¿Hola?-- escuchaste su voz del otro lado y tu corazón comenzó a latir--

-mi amor...Hola -- saludaste alegremente-

-ah... Hola Pau, ¿como estás? -- pregunto el--

-bien bien...te extrañamos mucho-- dijiste con una sonrisa--

-yo también las extraño...pero ahora estoy súper ocupado gorda-- dijo el y suspiraste, sabías que podía pasar y no lo culpabas--

-solo quería escucharte un ratito...así que te dejo. Te amo mucho --dijiste--

-yo también...un beso-- dijo y luego corto la llamada--




Dejaste el teléfono con un suspiro, tus hormonas estabas totalmente revolucionadas por lo que cada cosa por mínima que sea te ponía muy sensible, así como ahora, que estabas al tanto de la situación por la que Pedro estaba pasando y sin embargo odiabas el hecho de no tener demasiado tiempo con el.



Sacudiste tu cabeza  intentando alejar esos pensamientos y empezaste a buscar cosas para preparar el almuerzo, pero resultó ser que no tenías absolutamente nada, por lo que tendrías que ir al supermercado. No tardaste mucho en cambiarte para ir.



Buscaste todo lo necesario para hacer la comida preferida de Pedro. Sonreiste, según el, cada día le gustaba más tu labor en la cocina y vos eras muy feliz con eso. Volviste  a casa y te pusiste manos a la obra en la cocina.


Estabas tan inmersa en tu trabajo que no siquiera te habías dado cuenta de que se te había pasado la hora y de que Pedro estaría por llegar en cualquier momento, intentaste apurar la comida lo más que te fue posible y luego de un rato todo estuvo listo.


Pusiste la mesa y te dispusiste a esperarlo, pero el no llegaba. Tomaste tu celular e ignoraste todas las conversaciones de WhatsApp para llamarlo, pero la llamada iba directamente al buzón de voz. Suspiraste, de seguro estaría atascado con el trabajo. Miraste la hora nuevamente y te diste cuenta que había pasado al menos una hora y media. Quizás estaba demasiado ocupado. Suspiraste y comiste rápidamente para luego poner un poco del almuerzo que habías hecho en un tupper.


Habías tenido la idea de llevarle el almuerzo con el fin de poder verlo un ratio y extrañarlo un poquito menos. Sonreiste mientras esperabas un taxi, puesto que se te complicaba un poco manejar con la panza.


Una vez que llegaste a la empresa, el guardia te saludo con una sonrisa para luego dejarte entrar. Subiste al piso correspondiente  y bajaste del ascensor para encontrarte con la recepcionista de esa planta.






-Hola Pau-- saludo ella, se llamaba Helena.

-Hola Hele...Vine a traerle el almuerzo a Pedro-- dijiste alegremente y ella frunció el ceño--

- pero Pedro se fue hace rato Pauli...antes del medio dia-- dijo ella mientras firmaba unos cuantos papeles. Tu corazón se hundió, ¿como que se había ido?--

-entonces fui yo la que no vio el teléfono y capaz me avisó-- dijiste intentando disimular tu angustia. Lo habías llamado cerca de las 11 am y te dijo que estaba tapado de trabajo-- bueno Hele...mil gracias, y te dejo trabajar-- dijiste para luego saludarla. Ni bien le diste la espalda tus ojos se humedecieron...Y es que no entendías nada--




Te miraste al espejo y notaste que las lágrimas comenzaron a salir de tus ojos. Sacaste el celular de tu bolso y lo revisaste, tenías un mensaje de Pedro, desde hace más o menos una hora.


"mi amor...no voy a llegar a almorzar. Me quedo en la oficina, te amo, las amo❤"



Tu pecho se apretó y sentías que te faltaba el aire. Tus manos comenzaron a temblar, las lágrimas comenzaron a salir sin pausa y para ese momento ya no podías ver nada.

Cuando llegaste a planta baja casi que corriste a la vereda para poder llamar a un taxi, por suerte uno paro rápidamente.

Volviste al departamento en medio de lágrimas. Y no fue hasta que pusiste un pie dentro que terminaste por desmoronarte.


Pedro estaba mintiendote...no podías creerlo, tu corazón se había hecho trizas al mismo tiempo que tu cabeza comenzó a imaginar miles de historias...Lo mismo pasaba con vos, cuando le hacía creer a Lucía lo de sus almuerzos de trabajo,  secaste tus lágrimas con bronca y soltaste un risa ironica, ¿por que iba a ser distinto con vos? ¿por que siquiera pensaste en esa estúpida posibilidad de tener un "felices por siempre"?... Eras una idiota. Una completa idiota.


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viernes, 25 de noviembre de 2016

Capítulo 94




<Pedro>



Cada día que pasaba, estabas más feliz que nunca. La felicidad es algo que se busca todo el tiempo y el único lugar en la que podias encontrarla era en Paula. En Paula y en tu hija que no dejaba de crecer en su pancita....bueno no tenía nada de 'ita' porque tu mujer casi que no podía respirar, pero estaba más hermosa que nunca.

Sonreiste al pensar en ella como tú mujer, porque así la sentías.

Estabas llegando a casa, como cada día luego de la jornada laboral, desesperado por entrar y verla, porque desde que Paula había llegado a tu vida ella era un hermoso motivo por el cual desear volver a casa...porque ella había transformado ese horrible y frío departamento en un hogar, sencillo pero lleno de amor. Obviamente que estabas pensando en algo mas grande pero eso sería una sorpresa.




Abriste la puerta con total suavidad, y viste a Valeria y Maia pegadas a tu mujer y acariciando su panza, lo primero que hiciste fue poner una cara de disgusto, lo que menos necesitabas eran visitas.







-hola mi amor--dijo ella felizmente, vos sonreiste.

-quiero que saquen sus manos asquerosas de mi mujer y de mi hija-- dijiste antes de acercarte al sillón y sentarte a su lado para besar a Paula, quien soltó una carcajada ante tu comentario--

-pero si sos la ternura en persona vos--dijo Valeria, y sonreiste. Habían aprendido a conocerse mejor, hasta la querías un poco. Es más, si no fuera por su ayuda quizás hoy no estarías así con Paula--

-hola pesadas-- las saludaste a ambas-- ¿que me cocinaron? ¿hicieron algo al menos?-- preguntaste y ellas sonrieron--

-en tus sueños...para eso está Paula--dijo Maia y vos agarraste la mano de Pau para besarla--

-yo si te cociné mi amor...estaba esperando a que llegues-- dijo ella acercándose como pudo y besando tu mejilla--

-bueno...entonces tus amigas se pueden ir yendo --dijiste poniéndote de pie y quitándote en saco para dejarlo sobre el respaldo de la silla--

-ya nos íbamos, quedate tranquilo -- dijo ella--

- más les vale que se vayan-- dijiste y ellas rieron para luego comenzar a despedirse de Paula.





Minutos después, Maia y Valeria se fueron y ustedes quedaron solos. Momento que aprovechaste para saludar a Paula como habías estado esperando toda la mañana desde que pusiste un pie fuera de la cama.






-te extrañamos-- dijo ella y sonreiste más que feliz. Ellas eran todo en lo que podias pensar-

- ustedes ni se imaginan cuanto lo hice yo-- dijiste y te agacharte para dejar un beso en su estómago. Tu hija llevaba cinco meses ahí adentro y aún faltaban cuatro más para tenerla con ustedes. No podías parar de imaginar cómo sería ese día, y si bien temias no estar preparado, sabías que harías lo que estuviera a tu alcance para ser suficiente para ellas.

-te hice pastel de papas --dijo ella y sonreiste para besarla--

-que suerte tengo de tenerte -- dijiste y ella mordió su labio inferior para luego besarte--

-te amo-- dijo ella y le sonreiste--





La ayudaste a poner la mesa y al poco tiempo sirvió la comida. Cada día te gustaba mas su comida y es que se esforzaba por lograr que te gustará todo lo que hacía. Ella era hermosa en todos los sentidos.





-mi amor-- dijo ella, mientras vos llevabas los platos a la pileta de la cocina--

-¿que pasa mi amor?-- dijiste mientras te arremangabas las mangas de tu camisa para poder lavar los platos--

-quiero que vayamos a comprarle las cosas a nuestra bebé...a penas tiene la cuna, ni siquiera tiene pintadas las paredes de su cuarto-- dijo ella haciendo un pucherito. Sonreiste porque tu sorpresa tendría éxito...una casa los esperaba en pocas semanas. Y con el cuarto de tu bebita incluido--

-ya te dije que si amor... Pero quiero que esperemos un poco para pintar las paredes, yo lo voy a hacer -- dijiste y ella se acercó para abrazarte--

-no puedo creer todo lo que estamos viviendo....es tan hermoso que me da miedo --dijo ella y vos besaste su cabeza--

-¿miedo de que?-- preguntaste pegando tu frente con la suya--

-no se...hicimos tanto mal, que me da miedo que nos vuelva todo. Y estamos tan perfectos que es como que estoy esperando a que algo salga mal-- dijo ella con sus ojos llenos de lágrimas--

-hey....no vuelvas a decir eso. Nada malo nos va a pasar, ya tuvimos suficiente también. Nada fue fácil para nosotros amor, pero acá estamos-- dijiste dejando un beso en sus labios-- y yo me voy a encargar de hacerte feliz, de hacerlas felices a las dos. Nunca nada les va a faltar...Y por sobre todas las cosas tienen un guardián que las va a proteger siempre-- dijiste y ella sonrió para luego rodear tu cuello con sus brazos y besarte--

-te amo...te amo tanto que me cuesta creer que seas real-- dijo ella y sonreiste--

-soy tan real como hace cuatro años...y tan real como ahora-- dijiste y la besaste-- te amo-- dijiste y nuevamente te adueñaste de sus labios--



Finalmente olvidaste por completo tu labor de lavar los platos, pero para reemplazarlo por besar a tu mujer, tu nueva y única adicción, una adicción de la que no ibas ni querías salir nunca.


Cada vez que ambos se entregaban al amor, era como la primera vez, porque cada encuentro tenía algo especial y sin dudas disfrutaban como nunca.


 Cada día ibas convenciéndote de que Paula era el amor de tu vida, porque estabas completamente seguro de que este amor que sentías por ella no lo ibas a encontrar en ningún lado, jamás.


Ella era lo único que necesitabas para ser feliz... Ella era lo único que necesitabas para vivir. Ella...Y Olivia. Sonreiste...tu princesa tenía nombre.



jueves, 24 de noviembre de 2016

Capítulo 93





<Paula>



Todo había ocurrido muy rápido, y tan rápido como había ocurrido apenas tenías tiempo de procesar tus emociones, porque todo sucedió junto.

Sin embargo lo último fue la reacción de tu madre, la misma que aún sentías como si hubiera sucedido hace minutos atrás.

Todavía sentías su mirada de desprecio, y no solo al haberlo llevado a Pedro con vos, sino cuando diste la noticia de tu embarazo, ni siquiera sonrió...era su primer nieto y aún así lo despreció.

Habían pasado tres semanas y todo iba acomodandose de a poquito, todo iba volviendo a su lugar y también tu cabeza, la misma que intentaba comprender todos los días un poco más que por más de que tu madre no estuviera de tu lado, tenías a miles de personas que te rodeaban y querían....Como la familia Alfonso, sonreiste al pensar en ellos, eran una hermosa familia sin dudas, y te llenaba de ilusión y orgullo saber que tu bebito crecería rodeado de amor.


 Tu piel se puso de gallina al recordar como había sido la visita a Mendoza, lo nerviosa que estabas y lo tan estúpida que te sentiste al siquiera imaginar que reaccionarían mal al verte allí, pero tu mandíbula casi se cae al ver que fue todo lo contrario, te recibieron con los brazos abiertos y felices...Y así te hubiera gustado que fuera con tu familia, pero ni habías tenido esa suerte.

Ana, la mamá de Pedro daba saltos de alegría en cuanto se enteró del embarazo, y hasta su padre, al que lo habías visto un poco más serio y duro había soltado unas lágrimas de alegría...todo había sido hermoso, tan distinto a tu casa...tan todo.

Tu teléfono comenzó a sonar en tu bolso, pues estabas llegando de trabajar y Pedro quería estar informado en todo momento sobre vos. Sonreiste y contestaste.





-hola mi amor -- dijiste mientras abrías la puerta del departamento--

-hermosa-- escuchaste su voz haciendo que aparezcan las famosas mariposas en tu estómago--¿ya llegaste a casa?-- preguntó el--

-acabo de entrar por la puerta-- -respondiste--

-no recibí ningún  'estoy yendo para casa' eh-- dijo el y reiste. Se te había olvidado por completo-

-perdon amor...se me pasó--dijiste suspirando y dejando tus cosas sobre la mesa--

- si...Y yo acá preocupadisimo--dijoy mordiste tu labio inferior--

-no me di cuenta... perdóname-- dijiste el suspiro y sabías que estaba sonriendo--

-¿la panza?-- pregunto con esa voz tan tierna que solo utilizaba para hablar de su bebé--

-perfecta...las náuseas están desapareciendo-- dijiste mientras caminabas hasta la cocina y abrías la heladera para pensar en un posible almuerzo-

-me alegro mi amor-- dijo el--

-¿Almorzamos juntos? -- --preguntaste--

-eso no se pregunta...por supuesto que sí. Solo llamaba para verificar que llegaste bien--dijo el y sonreiste--

-perdon y gracias...te esperamos Entonces-- dijiste y sonreiste. Amabas hablar en plurar-

-los amo-- dijo y tu corazón dio un saltito de alegría--



***



Mientras  te ponías manos a la obra con el almuerzo, pusiste música para poder distraerte un poco. Si bien estabas feliz con todo lo que estaba pasándote, te faltaba una parte para estar completa...Y esa era tu madre, ¿porque no podía actuar como Ana, que es capaz de morir por ver feliz a sus hijos?...suspiraste.

 En ese momento escuchaste que tocaron la puerta, frunciste el ceño porque Pedro aún no salia de la.oficina y aunque lo hubiese hecho no podría llegar tan rápido.

 Te limpiaste las manos y te acercaste para abrir. Una sonrisa enorme ocupó tu rostro cuando viste a tu suegra para frente a vos.




-¡Pauli! -- dijo ella, totalmente feliz y dandote un abrazo--

-¡Hola Anita! No la esperaba, ¿por que no me avisó? Por lo menos hubiera comprado algo más para cocina-- dijiste cerrando la puerta--

-fue un viaje fugaz...en realidad Horacio fue a Uruguay hicimos escala acá y me quise quedar --dijo ella y sonreiste para tomar su mano y llevarla a la cocina con vos--

-que linda visita Entonces....¿como está?-- preguntaste mientras volvías a tu labor de cocinera--

-Bien...a ver, déjame a mí -- dijo ella y te saco el cuchillo de la mano. Vos reiste, era más fuerte que Ella-- ¿y mi nieto? ¿como está?-- pregunto y te llevaste la mano al vientre--

-bien...se está portando bien. Mañana vamos a saber el sexo-- le dijiste emocionada--

-uy Ojalá sea nena y me lo domen a mi bebé-- dijo haciéndote reír--

-para el es una nena-- dijiste recordando aquella vez que pensó que estabas dormida y hablaba con la panza diciéndole  ' princesa'--

-las nenas lo pueden demasiado-- dijo Ana y sonreiste. En ese momento escuchaste el ruido de la puerta y su madre te guiñó un ojo-

-¡mi amor! ¡llegue!-- grito desde la puerta y caminó hasta la cocina. En cuanto te vio te tomo entre sus brazos y te besó--

-tenemos visitas--dijiste en medio de besos y el se detuvo para separarse y mirar a su madre. El exagero un suspiro de frustración--

-¿vos no tenes marido que venís a molestar a mi mujer?--  dijo el y reiste para golpear su brazo--

-yo también te quiero-- dijo Ana y Pedro se acercó para abrazarla--

-¿que me estás cocinando?...te comento que ya te superaron--dijo tomando tu mano y besándola--

-eso dolió pendejo-- dijo riendo y todos rieron también-

-todo lo que sé me lo enseñó ella así que te calmas -- dijiste y Ana comenzó a reír-



Los tres almorzaron juntos y se la pasaron charlando, hasta que Pedro las abandonó para irse a dormir una siesta.
Ambas tomaban una taza de café en el living....





-Pedro me contó que fueron a ver a familia--dijo ella y vos soltaste un suspiro--

-si...fuimos --dijiste y ella tomo tu mano--

-creo que está fue la parte más difícil ¿verdad?-- pregunto y te encogiste de hombros--


-no se si la más difícil, porque uno siempre piensa que nuestra familia nos va a apoyar siempre y en este caso las cosas no salieron como me hubiera guardado-- dijiste-- igual, no es que no lo tenga, porque de hecho tengo el apoyo de mi papá y de mi hermano...pero mi mamá me dio la espalda-- dijiste y tus ojos se llenaron de lágrimas--

-no llores mi vida... Todo va a estar bien, estoy segura de que se va arrepentir. Esta hermosura que está creciendo en tu panza va a borrar todo lo malo, vas a ver --dijo ella-- Y sino... Me tenes de cómplice a mi --dijo guiñandote un ojo y abrazándote--





Sin dudas...habías escogido bien. Porque Pedro era un hombre maravilloso y todo lo que acarreaba era mucho más hermoso todavía. Sonreiste al imaginar lo feliz que sería tu bebito o bebita, jamás le faltaría amor.



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miércoles, 23 de noviembre de 2016

Capítulo 92



<Pedro>

Podría decirse que era un día "raro", y lo era para los dos. En realidad habías catalogado de esa forma al día porque desde anoche, Paula no había dejado de pensar ni de hablar de lo que podría llegar a decir su familia cuando finalmente se enterará de las verdaderas razones por las cuales decidió suspender el casamiento. Sabías perfectamente lo importante que su familia era para ella y sobre todo lo que pudieran llegar a pensar, pero estaba preocupándose demasiado cuando existía la posibilidad de que todo saliera bien... Igual, la entendías, desde lo que pasó con Lucía ella estaba muy movilizada, vos también pero intentabas no demostrarlo, a ella no le gustaba lastimar a la gente y eso no significaba que a vos si, pero tu corazón la había elegido a ella, y era lo unico que debía importarte.




-¿estas lista?-- preguntaste entrando por quinta vez al cuarto donde la veías con otra ropa distinta nuevamente--


-creo que si...pero tengo miedo amor--dijo ella, repitiendo otra vez. Sonreiste mínimamente y te acercaste para abrazarla--

-no te voy a mentir...porque yo también tengo miedo. En algún momento tiene que pasar...Y llegó ahora-- dijiste y te agacharte un poco para dejar un beso en su panza. Levantaste la cabeza y ella sonreía mientras mordía su labio inferior-- pase lo que pase...vamos a estar juntos, los tres -- dijiste y ella asintió. Vos tomaste su mano para besarla--

-Vamos-- dijo suspirando y vos asentiste--







Todo el viaje fueron hablando sobre sus familias, en tu caso era distinto, puesto que tu madre ya lo sabía y también sabías que ya se lo había informado a tu padre, te dijo que estaba bastante disgustado pero tenía arreglo...Y lo haria cuando supiera de su nieto, sonreiste....tu madre se pondría como loca.





-Mañana tenemos turno con el médico-- dijo ella y giraste la cabeza para mirarlo--


-ahi voy a estar --dijiste besando su mano. Ella sonrió--






Unos cuantos minutos después, habían llegado a destino, podías notar que la mano de Paula estaba toda transpirada y la entendías, se trataba de su familia y estaba nerviosa. Sabías que eran un poco estrictos y rectos, pero en cuanto empezarán a juzgarla te la llevarías de ese lugar.

Ella suspiró y te miró, vos besaste su mano y le sonreiste.






-todo va a estar bien...estamos juntos--dijiste y ella sonrió-- te amo --dijiste besando su mano una vez mas--

-te amo--dijo ella y te animaste a bajar del auto para luego abrirle la puerta a ella-- le avisé a Gonzalo que ya estamos acá, debe estar por salir. Es el único que sabe todo --dijo ella y asentiste. En ese momento la puerta de entrada se abrió y seguidamente viste a un hombre con un parecido tremendo a Paula, ella corrió a abrazarlo y el la tomó entre sus brazos por un largo tiempo-- Mira...es él, mi amor este es mi hermano Gonzalo-- dijo ella y te acercaste, Gonzalo te sonrió pero antes te había mirado de arriba abajo--

-un gusto Pedro-- dijo el-

-igualmente Gonzalo-- dijiste con una sonrisa y volviste a tomar la mano de Paula-

-¿como esta el clima ahí adentro?-- pregunto Paula antes de entrar-

-y... Un poco tenso, mamá no entiende porqué terminaste con Mauricio todavía, papá se sorprendió pero sabes que nunca le cerró mucho-- dijo Gonzalo encogiéndose de hombros--

-solo espero que sepan entenderme y gracias a vos por hacerlo-- dijo ella y le sonreiste. Ella apretó tu mano y te guiñó un ojo, entendiste perfecto. Ella quería que su hermano fuera el padrino de su bebé. Asentiste con una sonrisa--

-Siemore hermanita -- dijo el, besando su cabeza--

-por eso sos el padrino de mi hijo-- dijo ella mientras seguía caminando, Gonzalo sonrió hasta que se detuvo...se quedó pensando en lo que ella había dicho--

-¿que dijiste?-- pregunto el, tomándola por la muñeca, confundido pero con una sonrisa--

-¿yo? -- pregunto haciéndose la tonta por supuesto. Vos sonreiste y Gonzalo te miró, te encogiste de hombros y Paula dejo escapar una risita y luego se tiró a tus brazos-- no grites...estoy embarazada-- dijo ella feliz de la vida y tú corazón casi se sale de tu pecho.

-¿de verdad?....no lo puedo creer. Felicitaciones hermanita-- dijo aguantando sus ganas de gritar-- y a vos también Pedro-- dijo pasándote su mano--

-entremos-- dijo Paula finalmente-- estoy que muerdo del miedo Gonza-- dijo y el apretó su mano--

-me tenes a mi....lo tenes a Pedro, y lo tenes a mi sobrino, ¿que más querés?-- pregunto sacándole una sonrisa--





Paula y Gonzalo entraron primero, su madre la recibió en un enorme abrazo, pero se separó abruptamente al verte detrás de ella. Te miro con curiosidad de arriba abajo y su padre llegó segundos después.






-Ma...pa, el es Pedro-- dijo Paula y estiro su mano para que la tomarás, por supuesto que lo hiciste y con firmeza diste un paso al frente--

-Buenos días -- dijiste con una sonrisa saludándolos. Su padre te miro algo sorprendido pero aún así te saludó--

-soy Miguel --dijo cuando se separó--

- ¿y se puede saber quién sos? -- pregunto la madre de Paula friamente--

-es mi novio mamá-- respondió Paula, sin darte tiempo a contestar-- y antes de que hagas preguntas, todas las respuestas son " si "-- dijo y tiro de tu mano mientras entraban--

- Paula...creo que necesitamos una explicación-- dijo su padre y Gonzalo fue quien contestó--

-ahi tienen la explicación...están enamorados. ¿no lo ven? -- dijo y su madre los miraba fijamente a ustedes dos--

- eso que dice Gonzalo...pero si quieren más explicaciones se las voy a dar -- dijo Paula encogiéndose de hombros-




Todo lo que pasó después se hizo en un absoluto silencio, siendo ustedes el centro de las miradas, sacando a Gonzalo quien era el único que los miraba sonriente.


El Papa de Paula sirvió el almuerzo y ella no dejaba de apretar tu mano por debajo ee la mesa, ya estaban en el baile...pero estabab juntos.







-¿como va el trabajo loca?-- pregunto su hermano--

-re bien...Bah, estot segura de que en estos días me llaman para la rotación de personal -- dijo ella y el asintió--

-¿Vos Pepe? -- preguntó--

-bien...un poco rebasado de trabajo pero excelente-- respondiste--

-Paula...¿de que se trata todo esto? De un día para el otro, suspendes un casamiento con el hombre de tu vida y ahora esto. ¡quiero que me expliques este circo!-- grito su madre. Paula soltó los cubiertos y la miro--

-no hace falta que explique mucho. Esta claro que Mauricio no era el hombre de mi vida, de lo contrario jamás hubiese suspendido nada... Por otra parte el hombre de mi vida está sentado a mi lado-- dijo ella, firme y sería, tanto que hasta daba miedo. Su madre soltó un grito de espanto--

-¿estas queriendo decir que engañaste a Mauricio? -- pregunto alterada--

- nos conocimos mucho antes, pero puede ser...en fin, estoy buscando mi propia felicidad y la encontré con el-- dijo ella--

-Paula-- dijo su padre mirándola fijamente--

- es cierto papi...mamá se horroriza por el hecho de que siempre quizo a Mauricio, incluso sobre mi...pero ahora estoy bien-- dijo ella encogiéndose de hombros--

-¡esto tiene que ser una broma de mal gusto! ¡esto no puede ser cierto hija! ¡Mauricio y vos se amaban! ¡iban a formar una hermosa familia!-- dijo y tu cuerpo se tenso al escucharla-

- es lo que te hubiese encantado...pero no fue así y me di cuenta a tiempo. Pero no importa...voy a formar una familia con Pedro, es más...estamos empezando a formarla-- dijo Paula y miraste a Gonzalo quien estaba aguantando la risa con todas sus fuerzas. Era verdad que tu querida suegra quería a Mauricio-- estoy embarazada-- dijo ella y Gonzalo se levantó para abrazarla y felicitarlos a ambos. Su padre también se levantó y la felicitó, le dijo algunas cosas al oído que no alcanzaste a escuchar pero luego lo viste besar su frente--

-cuidala mucho-- te dijo acercándose a vos y dandote un abrazo--


Paula miro a su madre, y lo único que está hizo fue levantarse de la mesa e irse. Todos se quedaron mirándola y cuando viste a Pau, pudiste ver sus ojos llorosos.


-nos tenes a nosotros mi amor-- le susurraste al oído y ella te abrazo con fuerza--





El viaje a casa había sido en absoluto silencio, Paula se encontraba pensativa y angustiada la reacción de su madre había sido inesperada, o quizás no tanto....pero lo que no imaginó había sido la mirada de desprecio que le regaló antes de levantarse de la mesa.

Intentarías poner lo mejor de vos...Y esperabas poder lograrlo.



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martes, 22 de noviembre de 2016

Capítulo 91


<Paula>



Finalmente todo estaba poniéndose en su lugar...quizás no tanto como te hubiera gustado, porque lastimaste mucho anuna persona que en todo momento pensó en vos, pero de todas formas. El amor estaba esperandote en otro lado y en otro hombre.



Abriste los ojos y si bien tu vista no era óptima, sonreiste al sentir ese aroma varonil y a hombre que solo podía pertenecerle a Pedro...acá estaban todos tus sueños haciéndose realidad, sin mentiras de por medio, sin tener un reloj que estuviera diciéndote que tenías que despedirte. Suspiraste y levantaste la mirada para verlo, el dormía plácidamente y hasta con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios, tu corazón latió con fuerza al recordar el final feliz del día anterior, donde Pedro se enteró por fin de que iba a ser papá...la piel se te puso de gallina cuando las imágenes de el derramando lágrimas de felicidad se agolparon en tu cabeza, su reacción había sido mucho más de lo que esperaste, pero sin dudas fue uno de los momentos más hermosos de toda tu vida.


Pedro tenía tu mano sujeta sobre su pecho, había tomado esa costumbre hacia un tiempo atrás y te encantaba, y otra vez tu imaginación comenzaba a volar, porque veías tu futuro desde otro punto de vista...porque ahora sabías lo que era el amor, porque eras realmente feliz con ese hombre que dormía a tu lado, con el Papa de tu hijo...tu hijo, sonreiste al pensar en esa palabra y en qué pronto tendrían un bebito con ustedes. Pedro se removió y a los pocos segundos abrió sus ojos, pestañeo un par de veces y luego giro su cabeza para mirarte y sonreirte.






-hola mi amor--dijo con voz adormilada, vos sonreiste y te acercaste para besar su mejilla--

-buen día amor-- dijiste vos y el sonrió también-

-¿es verdad que voy a ser papá? ¿o lo soñé todo?-- pregunto haciéndote sonreír. Tomaste su mano que antes sostenía la tuya y la llevaste hasta tu vientre--

-la pura verdad --dijiste y el sonrió mostrando todos sus dientes. Esta mañana sus ojos tenían un brillo especial, y es que estaba feliz, al igual que vos....ambos libres de ataduras--

-te amo--dijo y tu corazón se detuvo por completo....ambos sabían que querían al otro, pero nunca te había dicho que te amaba. Tus ojos se llenaron de lágrimas y pronto sonreiste-- hey...no lo dije para que llores--dijo y reiste para luego acercarte--

-yo también te amo -- dijiste y el sonrió para luego acercarse y darte un beso--





Ese beso que fue el pié para dar comienzo a una hermosa mañana. Una llena de amor y sonrisas.




****



Vos te encargaste de preparar el desayuno para los dos mientras Pedro se daba un baño. Te sentías plena, feliz... Y querías gritarselo a todo el mundo, sim embargo no podias hacerlo como te gustaría, tu familia se había enterado que el casamiento no se hacía y si bien te llovieron mensajes y llamadas, apagaste el celular para no tener que dar explicaciones. Maia se había encargado de tu familia, pero sabías que necesitaban una explicación...

En ese momento escuchaste el ruido de la puerta, frunciste el ceño porque ninguno de los dos esperaba a nadie, o eso creías. Te acercaste para abrir la puerta y cuando lo hiciste te encontraste con la última persona a la que esperabas ver en el mundo.






-asi que sos vos...¡Sos vos!-- gritó Lucía, tu corazón se detuvo por completo y te quedaste muda, pero tenías que reacccionar--

-Lucia...¿que haces acá?-- preguntaste suavemente--

-¡con razón se suspendió el casamiento!....¡vine a ver con que puta fue por la que mi marido me dejó!-- grito empujandote y entrando al departamento-- ¿aca era donde se hacían los "almuerzos de trabajo"? -- pregunto con absoluta ironía--

-Lucia...-- --dijiste--

-¡Por tu culpa mi marido me dejó! -- gritó dejando escapar un sollozo. Tu pulso se aceleró y en ese momento Pedro apareció en boxer y con su cara pálida al ver a Lucía alli--

- Lucía...¿que haces acá? -- pregunto rápidamente poniéndose delante tuyo--

-¡¿con esta zorra me engañabas?! ¡era mi cliente por Dios! -- gritó y pudiste ver su espalda tensarse --

-para Lucía...Ya te expliqué cómo pasaron las cosas, no era necesario que vinieras--dijo el--

-¡queria saber quién era!...ahora entiendo el repentino mal humor al hablar del casamiento delante tuyo-- le dijo señalando a Pedro--

-Lucia... Me arrepiento mucho de haberte lastimado de esa forma...pero pasó así. No puedo hacer nada por cambiar las cosas-- dijo el, ella rió con ironía--

-se nota que te arrepentis....tanto que ya están viviendo juntos como un matrimonio-- dijo con gracia y tus ojos se llenaron de lágrimas. Debía de ser horrible estar en su lugar...ni siquiera te imaginabas estar en sus zapatos--


-Lucia no hace falta que hagas todo esto. Ya nos dijimos todo lo que teníamos para decir -- dijo Pedro--

-nunca me dijiste quien era tu amante-- dijo ella deteniendo su mirada en vos. Tu mano instintivamente fue hacia tu vientre y ella te miro a los ojos-- es tu hijo...-- dijo mirando a Pedro-- ¡Vas a tener un hijo con ella! -- grito volviendo a llorar--  todo este tiempo postergué mis deseos para anteponer los tuyos... Y en la primera oportunidad lo haces por tu lado-- dijo con su voz apagandose de a poco y todo el dolor del mundo, tanto que hasta a vos te dolieron sus palabras--

-Lucia... No se que decir-- dijo Pedro en susurro--

-creo que tampoco hace falta que digas nada....con lo que vi fue más que suficiente. Me hubiese encantado que me quisieras un cuarto de lo que yo te quise a vos...me hubiese encantado que me dijeras la verdad... Me hubiese encantado no haberme casado si sabía que no me amabas, tal vez hubiera encontrado a alguien que si lo hiciera-- dijo y seco sus lágrimas con sus manos-- no te imaginas cuánto te odio en este momento...pero aún así te deseo que seas feliz-- dijo sin mirarlos y simplemente saliendo por la puerta.


Lucía dejo el departamento a los pocos segundos, y cuando escucharon la puerta cerrarse, Pedro se dio la vuelta para mirarte, el tenía sus ojos llenos de lágrimas...sentía tanto como vos haber lastimado a dos personas que no se lo merecían y que debían de ser felices igual que ustedes lo eran ahora pero sin hacerlo a sus espaldas.

Su amor había sido un tanto repentino, pero aún así no fue en buenas condiciones. Ambos se abrazaron, al menos se tenían el uno al otro y con eso era más que suficiente. Sin embargo les quedaba un gran camino por delante, con un poco de culpa...Y con algunos detalles por resolver, como por ejemplo sus familias. Ni siquiera querías pensarlo, el único que lo sabia a medias era Gonzalo, y si bien tenias todo su apoyo, faltaban tus padres y estabas completamente segura de que no estarían de acuerdo, pero no te importaba porque tu lugar estaba al lado de Pedro. Tu felicidad estaba ahí con el.


Lo único que querías era poder estar bien, ser felices como querían. Poder amarse como  cualquier pareja...poder ser una familia. Esperabas poder cumplir con cada proposito, y lo harías de la mano de Pedro, con el a tu lado, amándote por sobre todo.


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lunes, 21 de noviembre de 2016

Capítulo 90



<Pedro>



Todo había pasado demasiado rápido, o quizás dejaste que sea el tiempo quien se ocupará de todo, aunque tu cabeza todo el tiempo estaba con la idea fija de que querías estar con Paula sin obstáculos, dejaste que solo sucediera, y ahora le tocaba a ella, y a vos consolarla como ella lo había hecho en su momento.

No sabías el porqué, pero simplemente no estabas totalmente feliz. Tal vez porque decidiste ponerte en el lugar de Mauricio e intentar sentir lo que el sentía en este momento. Debía de ser difícil que la mujer con la que ibas a casarte te dijera que no a un día del mismo casamiento, y más si esa mujer era Paula, debía de ser terrible, la piel se te ponía de gallina de solo pensarlo.

Habías ido a trabajar con la idea de poder patear los pensamientos o la ansiedad por un rato.  Pero eso no te era posible, porque en lo único que pensabas era en ella y en como debía de sentirse. Era la persona más sensible que conocías y no querías ni imaginar su carita en este momento.

Las agujas del reloj parecían no girar más, los minutos parecían horas y tu cabeza no servia para otra cosa más que para pensar en ella. Suspiraste y tu secretaria entró para poder entregarte unos papeles que debías firmar. Lo hiciste casi sin detenerte a leer pero no podías hacerlo. Desde que Paula había llegado a tu vida, todo giraba en torno a ella y es que querías que ella fuera parte del resto de tu vida...sonreiste, porque no faltaba absolutamente nada para que sucediera.

Por más que lo intentaras innumerables veces, tu cabeza no podía dejar de maquinar con lo que Paula estaría pasando en ese mismo momento, por lo que nuevamente guardaste trabajo en tu portafolio para llevarlo a casa, no ibas a poder hacer nada de todos modos.


Saludaste a tu secretaria y saliste rápidamente para dirigirte al estacionamiento y sacar el auto para dirigirte al departamento que compartía con Mauricio, obviamente existía la posibilidad de que estuvieras perdiendo el tiempo, pero por otro lado querías que ella supiera que estabas allí por cualquier cosa que necesitara , y si lo que necesitaba era escapar, entonces estarías allí para escaparte con ella.

Estacionaste el auto a unos metros más atrás de la puerta de entrada del edificio, aún era temprano pero sabías que Mauricio estaba allí, sabías que ya habia llegado, lo que necesitabas saber era si el ya sabía la verdad y sobre todo si Paula estaba bien con ello.

Llegó un momento en el que te habías cansado de cambiar las estaciones de radio, puesto que no encontrabas otra cosa con la que ocupar tu mente, sin embargo, la respuesta a tu mensaje llegó. Paula te decía que estaba bajando, suspiraste y bajaste del auto para dirigirte a la entrada, ni siquiera tuviste tiempo de reaccionar cuando la viste saliendo del ascensor con varios bolsos y una valija...tu pecho se apretó al ver sus ojos llorosos y su cara con rastro de haber llorado por supuesto.
Ella abrió la puerta e intento sonreír, pero su sonrisa no duró mucho, ya que a los pocos segundos dejo caer los bolsos y se refugió en tus brazos.




-soy una basura --dijo con la voz apenas audible--

-no sos nada de eso...sos la persona más hermosa que conocí en mi vida. Ya está mi amor...Ya paso lo Pepe--dijiste besando su frente reiteradas veces y acariciando su espalda también--

-traje todas mis cosas...le avisé a Maia que iba para su casa--dijo ella y la obligaste a levantar la cabeza--

-espero que estes haciendo un chiste... No vas a ir a otro lado que no sea conmigo-- dijiste y ella te miro--


-pero Pepe... no quiero molestar --dijo ella y sonreiste para luego besar su mejilla--

-quiero que me molestes el resto de mi vida --dijiste arrancándole una sonrisa. Una pequeña pero sonrisa en fin. Ella se acercó y dejó un beso en tus labios, para luego darse la vuelta y comenzar a agarrar sus cosas-- deja eso ahí...para eso estoy yo --dijiste y ella te sonrió. Esa sonrisa que se había convertido en tu vida...en tu bandera--




Tomaste todas las cosas y caminaste hasta tu auto con ella. Aún mostraba signos de angustia, pero podías notar que estaba esforzándose por restarle importancia. Cuando terminaste de cargar todo, cerraste su puerta y diste la vuelta para entrar.





-¿queres que vayamos a tomar algo?  -- preguntaste y ella arrugó su nariz para luego negar con su cabeza--

-no mi amor...quiero que estemos solos y que me abraces, nada más--dijo ella y le sonreiste para luego tomar su mano y besarla--

-Vamos al departamento entonces--dijiste y ella beso tu mano también--


Emprendiste camino hacia el departamento, y mientras tanto iban charlando sobre cualquier otra cosa. Tampoco quisiste tocar el tema, fuera lo que fuera que hubiese pasado, la había afectado y no querías volver a angustiarla, por lo que te propusiste hacerla feliz....porque esa era tu única meta desde ahora en adelante. El clima se había distendido por completo, ahora su humor era otro y no paraba de regalarte pequeñas sonrisas.

Ella jugaba con  los dedos de tus manos, habías descubierto hace poco tiempo que lo hacía cuando estaba nerviosa, lo que no entendías era porqué...O quizás solo fuera tu imaginación.

Una vez que llegaron, le entregaste la llave y ella subió primero mientras vos lo hacías después pero con sus cosas, las cuales dejaste encima de la cama en la habitación.

Por suerte todo estaba bastante ordenado, y también te habías encargado de hacerle lugar en el armario, porque hace días venias pensando en traertela con vos, iba a pasar de todas maneras...sonreiste al pensarlo pero así era.





-tengo un regalo para vos--dijo ella apareciendo frente a vos de repente. Vos sonreiste--

-mmm...¿que clase de regalo? -- preguntaste mientras te acercabas a ella y la rodeabas con tus brazos--

-uno que capaz te guste mucho o que no te guste nada--dijo ella frunciendo el ceño, vos también frunciste el ceño y la miraste con curiosidad-

-que miedo --dijiste y ella beso tus labios--

-voy a correr el riesgo de que me mates... Pero solo quería que todo estuviera en condiciones--dijo ella haciéndote confundir aún mas--

-¿de que estás hablando loquita? -- preguntaste y ella se soltó de tus brazos para buscar en su bolso una pequeña cajita con un moño pegado en la parte superior. Frunciste el ceño--¿es un reloj?-- preguntaste mientras lo sacudias, esperando adivinar con el ruido lo que había allí dentro--

-puede que cumpla esa función en unos meses --dijo ella encogiéndose de hombros y sonriendo a la vez--

-¿que es?  -- preguntaste y ella se encogió de hombros--

-decime vos-- dijo ella y no esperaste más para poder abrirlo.





Rápidamente abriste la pequeña cajita. Tu confusión fue en aumento cuando viste una especie de palito dentro de la caja, levantaste la vista y ella sus ojos estaban puestos en voz, con una mirada de expectativa.

Volviste tu vista hacia ese palito y lo tomaste entre tus manos...tu corazón se detuvo al mismo tiempo que tu cerebro intentaba encajar todas las piezas. Tu vista se nublo un poco y miraste a Paula, quien sonreía enormemente.




-Pau...  -- dijiste mostrándole el palito--

-creo que alguien va a ser papá -- dijo ella riendo y finalmente dejaste escapar las lágrimas acumuladas en tus ojos. Tu corazón latia con fuerza y sentias que te faltaba el aire, pero todo eso cambio cuando te fundiste en un abrazo con Paula....era verdad. Ella estaba embarazada, ¡Ibas a ser papá!....ni siquiera pudiste esperar a recomponerte que la besaste. La besaste con todas las ganas del mundo. Era el regalo más lindo y la noticia más linda del universo.

Esto era el principio de algo hermoso...Bah la continuación de ese principio que en realidad había comenzado hacia cuatro años...cuando viste esos ojos verdes por los cuales en ese momento creías morir, y por los que ahora mismo estabas muriendo....pero de amor. Y la dueña de esos ojos te estaba regalando lo más lindo del mundo.



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domingo, 20 de noviembre de 2016

Capítulo 89



<Paula>


Tuviste que irte muy temprano, Pedro iba a ir a trabajar, por lo que te dejo en tu departamento de pasada.

Mauricio estaba a punto de llegar, y tu corazón lo sabia porque no dejaba de latir con fuerza, y es que ya no podrías escapar de decirle la verdad, esta vez no. Se lo dirías como fuera ... Mañana era el casamiento por civil y al parecer tenían una cita con la wedding planner, es decir Lucía, así que no te quedó otra que pensar que no sabía con quién Pedro la había estado engañando.


Suspiraste, no querías imaginar que sucedería si se enterará que era vos, pero pateaste esos pensamientos muy lejos cuando escuchaste ruidos en la puerta, comenzaste a sentir calor, Mauricio había llegado finalmente.






-¡Mi amor! ¡hola!-- saludó alegremente y se acercó para abrazarte, vos le respondiste al abrazo pero no tan efusivamente--

-hola Mauri--saludaste y el se separó para darte un beso, pero vos te corriste antes de que lo hiciera. El te miro con el ceño fruncido, vos tomaste aire--

-¿que pasa?-- pregunto el, acariciando tu mejilla--

-tengo que hablar con vos --dijiste, y para ese momento ya se te había formado un nudo en la garganta--

-me estas asustando loca...¿que pasa?-- pregunto el--no, para...me voy a bañar primero, después hablamos, tengo que estar fresco para el gran día mañana, te traje miles de regalitos--dijo el, besando tu frente y haciendo el amago de pasar por tu lado, pero vos lo agarraste del brazo--


-No Mauri....ahora, tiene que ser ahora por favor --dijiste y sentiste que tus ojos se humedecieron al hacer contacto visual con los suyos--

-¿que pasa Paula?-- pregunto preocupado, vos suspiraste--

-no puedo casarme con vos-- soltaste cerrando tus ojos. Cuando los abriste nuevamente el te miraba fijamente--

-¿que?-- dijo el, haciendo una media sonrisa--¿es una joda?-- dijo el riendo, y tus ojos se llenaron de lágrimas, el borró su sonrisa--Paula--dijo y notaste que sus ojos comenzaban a humedecerse también, tu pecho te apretó y dejaste escapar una lágrima--

-no es una joda...no me voy a casar Mauri--dijiste sorbiendo tu nariz-

-¡¿que estas diciendo mi amor?! ¡nos casamos mañana!-- dijo el, frotando su cabello con fuerza, vos te cruzaste de brazos--

-no me voy a casar -- repetiste una vez más. El volvió a pararse frente a vos-

-¿por qué no? ¿que pasó? ¿es por mi familia? ¿pensas que te engaño? ¡¿que paso Paula?! -- dijo esto último gritando y tragaste saliva con fuerza. El respiro entre cortadamente y te miro a los ojos-- ¿hay otro?-- pregunto y bajaste la mirada para luego asentir. Lo próximo que escuchaste fue el ruido de vidrios. Y cuando levantaste la mirada había arrojado un florero contra la pared, tu pulso se aceleró-- ¡decime que es una joda! ¡por Dios Paula, Decime que es mentira!-- dijo agarrándose la cabeza y llorando, vos ya lo estabas haciendo tambien--

-es verdad...me enamoré de otro hombre --dijiste con toda la fuerza que tus cuerdas vocales permitieron. El se recostó contra el sillón, frotándose la cara, vos diste unos pasos acercándote a el, y levantó la mirada--


-¿Y así como si nada me lo decís? ¿por que Paula? ¡¿por que?! ¿que mierda hice mal?-- dijo llorando y vos sorbiste tu nariz--¿quien es? ¡¿quien es?!-- grito y casi que pegaste un saltito del susto--¿que tiene el que no tenga yo? -- pregunto esto último bajando la voz-- Decime Paula...por favor--dijo el volviendo a llorar--

-Mauricio...no hagas esto, yo... yo --dijiste y no te atreviste a seguir--

-¿por que esperaste tanto para decírmelo? ¡¿por que?! ¿querias humillarme?-- dijo y negaste con la cabeza-- ¿Desde cuándo pasa esto? Supongo que después de haberme dicho que sí a casarnos...






No te salieron las palabras, sólo negaste con la cabeza.







-De verdad no lo puedo creer.. ¿En qué momento ibas a decírmelo? ¿Para que carajo me dijiste que sí, si estabas enamorada de otro tipo? No lo puedo entender ¿Porqué me hiciste esto? ¿¡Porqué!? Podrías haberlo dicho antes sabes y no a un día de casarnos.

-No Mauri...te lo iba decir antes del viaje y no me dejaste, te fuiste-- dijiste y el rió-- no era algo para decir por teléfono -- dijiste suspirando-- no te pido que me perdones...porque es un poco difícil, pero quiero que encuentres a alguien que pueda hacerte feliz --dijiste sacando el anillo de compromiso que tenias guardado en el bolsillo y se lo entregaste-- yo me voy...no te preocupes que hoy mismo término de sacar mis cosas --dijiste secando tus lágrimas--

-Me lo podrías haber dicho antes de todas formas... y quiero entenderte porque no quiero perderte, se me hace muy difícil... No me dejes Paula-- dijo el, tomándote por la muñeca-- yo...yo me olvidó, me olvidó de todo pero por favor no me dejes-- dijo el y vos suspiraste--

-no hagas esto Mauri...por favor --dijiste --

-¿que es lo que tiene el Paula? ¡decimelo!-- gritó-- solo quiero escuchar eso--dijo--

-lo quiero-- dijiste y el dejo caer su cabeza--







No dijiste más nada, simplemente te dirigirte a la habitación para terminar de armar tu equipaje, porque ya lo habías empezado a hacer. El entro en la habitación y se encerró en el baño. Vos suspiraste.

Te sentías muy mal, te hubiera gustado que todo fuera de otra forma, hacer las cosas bien tal vez, pero lo tuyo con Pedro había sido así, sin aviso, sin permiso de nadie....Solo pasó y terminaste enamorándote

Segundos más tarde viste a Mauricio salir hecho una furia del baño, casi caíste redonda al suelo cuando lo viste sostener el test de embarazo que habías dejado bolso de cosméticos.







-¡¿estas embarazada?!-- pregunto gritando. Te quedaste dura por unos segundos pero luego asentiste, el rió sin gracia-- pensaba que eras distinta...resultaste ser igual que todas, que seas feliz con tu nueva familia --dijo arrojando el test a tus pies y volviendo a entrar en el baño-






Tus ojos volvieron a llenarse de lágrimas y te apresuraste a terminar con tus cosas. Pedro te envío un mensaje diciéndote que te esperaba abajo. Quisiste despedirte de el, pero sería peor. Simplemente dejaste la habitación y saliste del departamento.


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sábado, 19 de noviembre de 2016

Capítulo 88


<Paula>


Te quedaste dormida en brazos de Pedro, luego de haber hecho el amor de la forma más tierna posible, tenías tanto sueño que casi ni sentiste cuando el se fue, lo unico que recordabas era que habías sentido un beso en tus labios y en tu mejilla. Sonreiste y llevaste la mano a tu vientre, era verdad que el embarazo traía sueño desmedido, tu Pepito o Pepita  estaba haciéndose sentir por medio del sueño, y por supuesto que por medio de las náuseas y vómitos.

Agradeciste tanto que no te hubiera pasado mientras estabas con Pedro, de lo contrario no habias podido explicarle lo que pasaba. Solo un poquito más, necesitabas decir la verdad y por fin poder seguir con tu vida.

Suspiraste, faltaba apenas un día para que se llevará a cabo el supuesto casamiento por civil, el que de hecho no iba a hacerse, porque no ibas a casarte con Mauricio, solo estabas esperando a que volviera para poder decirle la verdad. El solo hecho de pensarlo te ponía triste, porque te ponías en su lugar y no debería ser lindo que la persona con la que imaginaste tu vida te dijera de un día para el otro que no compartía los mismos deseos.


Te desesperezaste un rato y te quedaste haciendo fiaca en la cama por unos cuantos minutos pensando como ibas a soltarle la verdad. finalmente abandonaste dichos pensamientos y te levantaste para luego dirigirte al baño y darte una ducha.

Intentaste relajarte, todo iba a estar mejor. Mañana volvería Mauricio y se lo dirías. Mañana se acabaría todo, mañana ibas a poder estar con Pedro sin ningún obstáculo. Ese pensamiento te hizo sonreír, pronto ibas a estar con Pedro, y con tu bebito creciendo en tu interior.

Saliste del baño y te envolviste con una toalla. Estabas toda arrugadita, al parecer te habías pasado un poco con el tiempo debajo del agua.


Rápidamente te cambiaste y te secaste el cabello, para luego ponerte a ordenar el cuarto y cambiar las sábanas por supuesto.

Después de hacerlo y dejar todo ordenado, tomaste tu celular para poder hablar con el un ratito.

Tu corazón casi se sale de tu pecho cuando leíste un mensaje de el, que había llegado hace más de dos horas.

"Ella ya lo sabe" decía perfectamente, de repente tu pulso se aceleró aun masby automáticamente marcaste su número, casi cuando ibas a cortar la llamada para volver a hacerlo, el contestó.


-¡Mi amor! ¿que pasó? -- preguntaste preocupada, lo escuchaste suspirar--


-habia sido que deje el celular en casa, no en la oficina como había pensado--dijo el, en forma de lamento. Vos cerraste tus ojos porque de seguro fue terrible para ella, se te formó un nudo en el estómago al pensar que ella por fin sabía la verdad-- cuando llegué, ella estaba llorando, y mi celular estaba abierto en nuestra conversación-- dijo el y suspiraste--

-¿se puso muy mal?-- preguntaste y tw sentiste una idiota por siquiera habérselo preguntado, por supuesto que iba a hacerlo, era su marido, te dijiste a vos misma, queriendo golpearte tambien--

-muy...no fui capaz de decirle mucho, solo le dije que me había enamorado. Supongo que mañana hablaremos bien, cuando esté más calmada...ahora estoy en el departamento de Federico-- dijo el y asentiste--

-no debe ser fácil para ella, me pongo en su lugar y... -- dijiste haciendo una pausa, ¿que podías decir?, Nada, vos eras el motivo de la separación--

-quiero verte mi amor...quiero que me abraces--dijo el y vos mordiste tu labio inferior. Quizás la situación no era la que te hubiese gustado para justamente consolarlo, pero era lo que te tocaba--

-¿queres que vaya amor? ¿o preferís venir?-- preguntaste, aunque por otro lado te sentiste mal al haberle dado a elegir cuando Mauricio podia llegar en cualquier momento--

-¿te molestaría venir?, Estoy acostado --dijo el y sonreiste. ¿pensaba que podría molestarte?, Estaba muy equivocado--

-para nada... Salgo en un ratito--dijiste--

-ya vamos a poder estar juntos como queremos...falta poquito mi amor--dijo él y sonreiste mínimamente. Eso era lo que más te pesaba, estsr feliz a costa de la infelicidad de otros...--

-te quiero--dijiste....esa era la única verdad alrededor de tantas mentiras. Era la única verdad que necesitabas para estar bien y feliz, era la única verdad que hacia más real a tu porotito que crecía en tu vientre.


Una vez que te cambiaste, llamaste a un taxi para luego emorender camino hacia el departamento en donde Oedro te esperaba.

Cuando llegaste, el te abrió por el portero electrónico y subiste directamente. La puerta del departamento estaba abierta y cuando entraste, todo se encontraba en silencio y a oscuras. Iban a ser las 21:30, así que te imaginaste que ni siquiera había comido.

Caminaste hasta el cuarto y lo viste acostado boca arriba y mirando el techo. El sintió tu presencia y tus ojos se encontraron con los tuyos.


-llegaste-- dijo el y sonrió al mismo tiempo que se sentaba y vos te acercabas para hacer lo mismo a su lado--

-si-- dijiste y finalmente lo abrazaste, el respondió fuertemente y te quedaste así, en silencio, solamente disfrutando de la cercanía-- ¿estas bien?-- preguntaste mientras acariciabas su cabello--

-pense que cuando finalmente se enterará iba a estar feliz porque podríamos estar juntos... Pero no estoy feliz, me siento culpable por haberle hecho eso --dijo el y suspiraste--

-iba a pasar en algún momento...y es lo que me pasa a mi, quiero pensar bien en como y qué le voy a decir...no es fácil y se que lo voy a lastimar--dijiste y lo sentiste suspirar--

-no quería que se entere así...pero supongo que era posible que pasara y paso, estaba confiado en que no iba a pasar. -- dijo el y besaste su frente-- lo único que me anima, es saber que de ahora en adelante vamos a ser solo los dos-- dijo el y sonreiste--

-falta poquito--dijiste. No quisiste mencionar la llegada de Mauricio, pero se lo habías dicho y el lo sabia, por lo que estaba al tanto de que mañana tendría que enterarse de la verdad por fin--


Pedro se durmió al poco tiempo a causa de tus caricias en su cabello, habías descubierto lo mucho que eso lo relajaba e intentabas hacerlo siempre que podías. Tu porotito se hizo sentir y rápidamente saliste disparada al baño para devolver lo poco que habías comido durante el día. Rogaste para que Pedro no despertara y por suerte no lo hizo.

Sonreiste al imaginar la cara de Pepe cuando le dijeras que iba a ser papá.  Faltaba poco, mañana mismo quizás lo sabría.

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No les debo una disculpa porque era mi obligación, pero si una explicación .  Estoy hasta el pelo con la Facultad, así que tenganme paciencia por favor.


Comenten comenten y mañana me tiennnnnen

jueves, 10 de noviembre de 2016

Capítulo 87




<Pedro> 

Te habías levantado con la idea fija, la idea de finalmente decirle a Lucía que querías separarte de ella, que querías pedirle el divorcio. Tu mañana en la oficina se había basado en pensar como y qué ibas a decirle, porque estaba perfecto que quisieras hacer las cosas bien y terminar la relación de una buena vez, pero eso no impedía que la lastimaras, y ella no se merecía eso cuando todos estos años te habia acompañado tanto, hasta en la misma locura de mudarse de ciudad.


Merecía más que un a explicación y por supuesto que ibas a dársela, otra mujer era dueña de tu corazón y lo era desde mucho antes de conocerla a ella, mucho antes de haber tomado la apresurada decisión de casarte....y decias apresurada porque no habias podido experimentar el amor realmente, o por lo menos, no hasta que Paula llegó nuevamente a tu vida.


Sonreiste al pensar en ella, como cada minuto del día, siempre aparecía un recuerdo que te hacía sonreír y simplemente ser feliz por un ratito.


Tomaste tu celular y sin poder aguantar más, la llamaste, tu corazón casi se salta de tu pecho al escucharla contestar, Bah, como siempre te pasaba.

Finalmente quedaron en almorzar, así que rápidamente te dispusiste a terminar tu trabajo para poder ir a verla.

Intentaste concentrarte lo más que pudiste, pero la verdad era que tus ganas de verla superaba todo lo demás, igualmente guardaste tus cosas en el portafolios para luego llevar trabajo a casa, era lo que solías hacer cuando las ganas de ver a Paula te mataban por dentro.

Antes de ir al departamento de Paula, pasaste por el tuyo para dejar unas cosas y poder buscar un regalo que habías comprado para Pau, no era nada de otro mundo, pero te encantaban los detalles y más si eran para ella.


Una vez que llegaste, ella se encargo de abrirte por el portero electrónico, así que no tuviste necesidad de esperar a que te abrieran para poder subir.

Cuando llegaste ella te recibió con un enorme abrazo y te sentiste en las nubes.




-Que lindo recibimiento--dijiste mientras escondias tu cara en su cuello y aspirabas su aroma--

-te extrañé--dijo ella para luego separarse y darte un lindo beso de bienvenida. Ella tomo tu mano y te hizo pasar dentro-- ¿trajiste el helado?-- pregunto ella y vos la miraste frunciendo el ceño--


-¿que helado?-- preguntaste vos y ella hizo un puchero--

-te pedí que trajeras porque tenía ganas de comer-- dijo ella y negaste con la cabeza--

-¿como que me pediste? ¿cuando? -- preguntaste confundido y ella te miro--

-mi amor... tenía muchas ganas de comer--dijo ella caminando hasta la mesa para buscar el celular, vos la seguiste y finalmente puso la pantalla frente a tus ojos. Leíste su pedido y reiste--

-Perdon--  dijiste comenzando a buscar en el interior de los bolsillos de tu saco, pero allíestaba--seguro deje el celular en la oficina --dijiste abrazándola, ello beso tu cuello--

-no importa...Ya estas acá --dijo ella rodeando tu cuello con sus brazos y dejando un beso en tus labios-- te prepare el almuerzo, así que espero que te guste. Quiero que me digas la verdad -- dijo ella haciendo trompita y vos reiste--

-de seguro me va a encantar -- dijiste acariciando su cintura por encima de su pijama--

-ojala--dijo ella sonriendote y tu corazón dio un saltito en tu inferior--





Paula se encargo de preparar la mesa y vos te sentaste mientras la veías hacer todo, era una escena tan cotidiana, y te imaginaste haciendo esto todos los días de tu vida, con ella. Ella te miro y te tiro un beso.




-sos hermosa-- le dijiste y ella se acercó para darte un beso--

-igual que vos-- dijo ella y a los pocos minutos sirvió la comida--




 rápidamente sirvió la comida y se sentó frente a vos, esperando tu veredicto acerca de su comida, ni bien probaste un bocado, pudiste ver su mirada puesta en vos, le sonreiste.



-esta riquísimo mi amor --dijiste y ella sonrio--


-¿de verdad te gusta?-- pregunto con ilusión, y aunque no te hubiera gustado su comida le habrías dicho que te encantaba para que no dejará de mirarte así, pero este no era el caso, estaba riquisimo-

-de verdad...la comida más rica que probé en mi vida después de la de mamá-- dijiste y ella río para levantarse y sentarse en tu regazo--

-¿no me mentís?-- pregunto con un puchero--

-jamas--dijiste y acariciaste sus piernas, su respiración cambio de repente y ella te besó--

-te quiero-- dijo ella y sonreiste para luego besarla como tanto habías esperado hacer. Sus labios eran tu adicción, ella entera era tu mayor adicción.




Y por supuesto que luego te encargaste de demostrárselo.




****


Cuando saliste del departamento de Paula, casi después de las 4 de la tarde, volviste a tu casa. Obvio que en el camino venias pensando en la decisión que habías tomado esta mañana y que ibas a llevar a cabo ni bien llegarás, es decir ahora mismo.

Abriste la puerta y soltaste un suspiro,  te llevaste una sorpresa al encontrarla sentada en el sillón, con lágrimas en los ojos y mirándote fijamente. En tu corazón temiste lo peor.




-Lu...¿que pasa? ¿por que lloras?-- preguntaste acercándote a ella. Ella se levantó bruscamente--

-¿como estuvo tu almuerzo de trabajo?-- pregunto y sentiste una especie de alivio-

-bien...¿porque? -- preguntaste con cuidado--

-¡¿hasta cuando?!-- grito de repente y tus ojos se abrieron con sorpresa-

-¿hasta cuando que?-- preguntaste frunciendo el ceño. Ella se secó las lágrimas para luego reír sin gracia--

-¡¿hasta cuando me ibas a ver la cara de estupida?!-- grito y tu corazón se detuvo, pronto tu vista se desvió hacia la mesa ratona del living, donde tu celular estaba desbloqueado y con la conversación con Paula abierta. Te quedaste mudo y no te animaste a levantar la mirada-- ¡¿hasta cuando ibas a seguir riéndote a mis espaldas Pedro?!-- grito esto último en medio de un sollozo, tu corazón se apretó, no te animabas a hablar--

-iba a decírtelo--dijiste y si bien decías la verdad, dudabas mucho que te creyera-

-¿cuando? ¿cuando termines de divertirte con tu amante? -- pregunto irónicamente--

-Perdon-- fue lo único que atinaste a decir--

-¡¿Perdon?! ¡¿Perdon es lo único que vas a decirme?!  -- pregunto volviendo a llorar-- ¿de que mierda me sirve tu perdón?....¿de que mierda ne sirve cuando deje todo por vos Pedro? ¡¿Porque me hiciste eso a mi?! ¡¿que te hice?!-- grito y sentiste que te apuñalaron. Vos suspiraste--

-me enamoré de otra mujer--dijiste y la viste sollozar --

-di todo por vos....porque te amo, porque te veía en todos los aspectos de mi vida conmigo....¡¿porque no pudiste hacer lo mismo?! ¡¿porque te casaste conmigo?! ¡¿porque me humillas de esta manera Pedro?! -- grito esto último, cayendo de rodillas. Vos tomaste aire--

-no me siento orgulloso de haberlo hecho de esta forma...pero se me fue de las manos....y me enamoré-- dijiste--

-eso quiere decir que nunca lo estuviste de mi-- dijo ella y sispiraste-



Ni siquiera tuviste el valor de contestar todo lo que estaba diciéndote, ella tenía toda la razón, la habías humillado como mujer....habías hecho las cosas mal y ahí estaban las consecuencias, tu madre te lo había advertído, tu hermano también, sin embargo dejaste pasar el tiempo y junto con el, que tus sentimientos por Paula se hicieran más fuertes, mientras que Lucía seguía creyendo que todo estaba bien.

No dijiste nada más, pero con tu silencio lo habías dicho todo. Lo único que hiciste fue pedirle perdon, y le dijiste que cuando ella no estuviera volverías para sacar tus cosas.

Ya hablarían luego. Cuando ella estuviera más calmada...O no.

Suspiraste y tomaste tu teléfono.


'ella ya lo sabe'

Enviaste y emprendiste camino hacia el departamento de tu hermano. Necesitabas estar solo, pero más necesitabas que Paula te abrazara...


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martes, 8 de noviembre de 2016

Capítulo 86




<Paula>


Hoy era el día, finalmente había llegado el momento para decir la verdad, en primer lugar porque en tu vientre estaba creciendo una vida que no era del hombre con quien estabas comprometida, y en segundo lugar porque la mentira ya no daba para más.


La fecha estaba pactada para dentro de tres días, más cerca de lo que esperabas e imaginabas. Sin embargo tu mente no podía pensar en otra cosa que en la carita que habia puesto Pedro al decirle que lo que el imaginaba no era cierto cuando era más real que cualquier otra cosa en el mundo, tu corazón se apretó al ver su expresión de desilusión pero era necesario, de lo contrario sabías que el mismo sería quien le diría a Mauricio que tendría un hijo con vos.


Sonreiste y llevaste la mano a tu vientre, un bebito estaba creciendo dentro tuyo, nunca habías pensado en lo mágico que esto podría resultar, hasta que te ocurrio a vos. Una partecita tuya y de Pedro, una personita. Tus dudas e inseguridad te habían llevado a guardar tus sentimientos hacia el, a quedarte callada cuando el se encargaba de decirte cuánto te quería...Sabías que eso se había terminado, esto era una prueba de que el amor que sentías por el era tan grande y Real...

El sonido de tu celular te saco de tus pensamientos y te levantaste para atender, era Mauricio, esperabas a que te invitará a almorzar, pero eso no sucedió, en su lugar te pidió como favor que preparas equipaje para el, porque dentro de unas pocas horas, emprendería un viaje hasta España, a uno de los clubes donde lo habían aceptado, lo que quería decir que tu mentira se acabaría en cuanto pusiera un pie en el departamento, es decir que tenías muy poco tiempo para pensar en lo que querías decirle sin lastimarlo demasiado.

Tal y como te dijo, Mauricio llegó poco tiempo después de cortar la llamada y lo hizo con la más grande de las sonrisas, tu corazón se apretó al pensar en que tendrías que borrar esa sonrisa.




-¡hola mi amor!-- entro el, abrazándote con enorme alegría, tu estómago se revolvió pero intentaste tranquilizarte-- estoy a punto de viajar a España para firmar el contrato... ¡no lo puedo creer! -- dijo el, emocionado, vos le sonreiste--

-¡felicidades Mauri! Por fin se dió-- dijiste y le sonreiste también--

-ya hablé con Lucía, la deje totalmente a cargo asi que habla con ella....voy a volver el martes recién --dijo el, eso era un día antes del civil, y de la fiesta también--

-si...pero Mauricio, necesito decirte algo --dijiste pero el se había perdido dentro de la habitacion. Tomaste aire y lo seguiste--

-¿que pasa?-- dijo el, sacando algunas de sus pertenencias del baño--

-es sobre el casamiento--dijiste y el siguió con lo suyo--

-¿si? ¿hay algo que no te gusta? Si es así, habla con Lucía Pau--dijo el y reventaste los dedos de tus manos--

-no...no es eso --dijiste y rascaste tu brazo--

-¿entonces?-- dijo el. Deteniéndose por fin y mirandote--

-que, no quiero lastimarte, pero todo se me fue un poco de las manos--dijiste levantando la vista, el tenia el ceño fruncido, tomaste aire y decidiste seguir-- no quiero casa...-- alcanzaste a decir cuando comenzó a sonar su teléfono. Tu corazón latia a mil por segundo y no podías creer que finalmente habías tomado valor y te interrumpieran en el intento--


-Pau, me están esperando abajo, te llamo cuando llegue y hablamos de esto, ¿si?, Te amo....cuídate --dijo dejando un beso en tus labios y saliendo de la habitacion.  Vos quedaste alli, parada y con tu corazón latiendo a mil--




No podías creer lo que había pasado, por fin te habías atrevido a decirle la verdad y el mundo conspiraba en tu contra para que siguieras con aquella mentira. Suspiraste y te acercaste a la cama....necesitabas pensar en cómo ibas a decirle por teléfono que no ibas a casarte. Sería aún más doloroso hacerlo por llamada, pero el no te había dejado otra opción.

Tu celular te aviso sobre la entrada de una llamada. Esta vez se trataba de Pedro, sonreiste mínimamente, era el único que podía hacerte sonreír en este momento, el, y su porotito que estaba creciendo en tu interior.





-¿hola? -- dijiste al atender--

-Hola mi amor--dijo él y sonreiste-- ¿como estás? -- pregunto el y suspiraste--

-bien...muy bien--respondiste luego de recordar lo que había en tu panza--

-me alegro hermosa...¿puedo hacer algo para que estés mejor que ese muy bien?-- dijo el y reiste . Ahi era donde comenzaba su juego de persuasión--

-si querés...me encantaría --dijiste y lo escuchaste reír-- Mauricio acá de salir de viaje, así que estoy solita-- dijiste informándole--

-uy...se viene un almuerzo juntos entonces--dijo y reiste--

-te espero entonces mi amor --dijiste--


-ya salgo para allá en un ratito-- dijo el y sonreiste-- además, quería decirte que hable con un amigo abogado para que iniciara los trámites de divorció, esta misma noche se lo digo --dijo el y sentiste un escalofrío--ya falta cada vez menos para estar juntos --dijo el con tanta ilusión que te hizo sonreír--

-te quiero --dijiste y quizás no era apropiado hacerlo por teléfono pero lo sentiste asi--

-que lindo escucharte decirlo...yo también hermosa, mucho-- dijo el y sonreiste-- bueno mi amor...te aviso cuando salgo para allá, te mando un beso enorme--dijo --

-te espero...yo también--dijiste y cortaste con la llamada--





Una vez que dejaste el celular de lado, te levantaste para ordenar un poco el departamento. Te encargaste también de preparar un almuerzo improvisado, habías descubierto que nunca te gustó la cocina, pero que si lo hacías para el, valía la pena.


De repente te agarraron unas enormes ganas de comer helado, así que sonreiste y rápidamente tomaste tu celular para mandarle un mensaje y pedirle que trajera antes de venir.


'mi amor, por favor, trae helado❤❤❤'


Ya estabas imaginando algunas posibles imágenes de ustedes dos compartiendo helado, tu piel se puso de gallina y tu mente comenzó a volar.



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