domingo, 31 de julio de 2016

Capitulo 19




Pedro seguía parado, sosteniendo la puerta y mirándote fijamente. Vos sonreíste y lo saludaste con la mano. Ahí fue cuando reacciono y comenzo a rascarse la nuca, habias notado que ese gesto, era de nerviosismo.








-Hola Pau, discúlpame, pasa—dijo,, corriéndose a un costado y dejándote entrar—

-¿llegue muy temprano?—preguntaste un tanto confundida, estabas segura de que te habia citado a esta hora—

-No, no…estaba ordenando unas cosas, ¿vamos?, estaba por buscar mi saco—dijo el, y asentiste. Te quedaste paradita mirando a tu alrededor, estabas a punto de dirigirte hacia donde se encontraba la cama, cuando el apareció frente a vos impidiéndote seguir—listo—dijo el, y te diste la vuelta. Una vez que estuvieron fuera, el tomo tu mano y entrelazo sus dedos con los tuyos—estas preciosa—dijo el, una vez dentro del ascensor—

-Gracias…pense que la habia pifiado con el look—dijiste divertida—

-¿Por qué?—pregunto el—

-porque no dijiste nada cuando aparecí—dijiste y el sonrió de costado—

-me dejaste sin palabras…siempre estas hermosa, pero, hoy lo estas mucho mas—dijo el, tomando tu mano y besándola—

-muchas gracias entonces—dijiste y el se acercó para besar tu mejilla—

-no te imaginas lo que me estoy conteniendo para darte un beso—dijo el y reíste—

-¿y porque te estas conteniendo?—preguntaste—

-¿queres que te corra el maquillaje?, si no tenes problema lo hago eh—dijo el y reíste mientras negabas con la cabeza—

-en ese caso, gracias por ser tan considerado…y tenes razon, quizás tengas que esperar hasta despues 
de cenar—dijiste divertida y el no sonrio, aunque te miraba divertido tambien—

-eso es ser mala persona—dijo el, y se acerco para besar tu mejilla, y luego bajar hacia tu cuello para dejar uno húmedo y sentido. Momento en el que el ascensor anuncio su llegada al lobby—

-eso tambien es ser mala persona—dijiste un poco afectada por ese corto, pero húmedo beso en el cuello—

-no mas que vos preciosa—dijo el y beso tu mano—







Pedro camino aferrado a tu mano hasta llegar al restaurant, donde la solto solamente para correr la silla y te sentaras. Luego volvió a tomarla nuevamente, no dejaba de mirarte y sonreírte. Te sentias hermosa, especial…una mujer.







-¿Qué te gustaría cenar?—pregunto y reíste. Siempre te preguntaba todo, aunque era un gesto muy lindo, a veces te gustaría que no preguntara tanto las cosas—¿Qué pasa? ¿dije algo gracioso?—pregunto el y negaste con la cabeza para luego sonreírle otra vez—

-no, nada…solo que me da gracia que siempre me preguntes que me gustaría a mi—dijiste encogiéndote de hombros—

-¿eso te da gracia? ¿Qué sea caballero?—dijo guiándote un ojo, vos mordiste tu labio inferior—

-si, un poco—dijiste y el se levanto sobre la mesa para besar tu mejilla—







El te sonrió y se acomodo en su asiento, para luego llamar al mozo y pedir la cena. El eligió por vos esta vez, al parecer habia tomado en cuenta lo que le habias dicho. Le sonreíste y el te tiro un beso.


La cena paso rápidamente, entre charlas y risas, el ambiente estaba muy distendido, y estaban siendo capaces de hablar de cualquier cosa, sin que los silencios se volvieran incomodos, además, no había habido lugar a silencios, Pedro era muy hablador, y le encantaba escucharte por lo visto, en ningún momento sentiste que lo estabas aburriendo, es mas, tambien participaba y hacia comentarios… una muy mala idea sacar a relucir esta cualidad cuando era la ultima noche, ¿verdad?...intentaste alejar ese pensamiento, y concentrarte en el, quien estaba frente a vos, sonriéndote como si fueras la única en el mundo.

La cena llego a su fin, y sabias lo que seguia. Pedro pago la cuenta y de la mano caminaron hasta el lobby que los conducía al ascensor. El te sonreía en todo momento.







-no quiero que esta noche se termine—dijo el, suspirando mientras bajaba la cabeza—

-yo tampoco, pero lamentablemente tiene que pasar—dijiste y el asintió para luego acercarse y besar tu mejilla—

-estas hermosa, ¿te lo dije?—pregunto y sonreíste asintiendo—

-sip, unas cuantas veces—dijiste—

-me alegro de habértelo repetido, estas preciosa—dijo y le guiaste un ojo. En ese momento el ascensor se detuvo y Pedro volvió a tomar tu mano para guiarte a su habitación. Abrio la puerta y con su mano en tu espalda baja, te llevo hacia adentro—tengo una sorpresita para vos—dijo el y te diste la vuelta para enfrentarlo, le sonreíste ampliamente—

-¿enserio? ¿Qué es?—dijiste y el te sonrio—

-sorpresa—dijo y se acerco a vos—espero no haberme desubicado, capaz te gusta, como tambien puede existir la posibilidad de que no, y si es la segunda opción, prefiero que no me lo digas—dijo el y sonreíste—

-okey, no te digo nada—dijiste y el camino hasta vos, para pegar sus labios con los tuyos y abrazarte por la cintura. Pego su frente a la tuya y clavando su mirada en la tuya…--

-quiero que disfrutemos, que seamos solo vos y yo, que no pensemos en el despues, ni en lo que esta pasando, ni en las circunstancias en la que esta pasando, quiero que dejemos de lado a mi mujer y a tu novio, solo por esta noche, la ultima,  ¿si?—dijo poniendo un mechón de cabello detrás de tu oreja, le sonreíste y besaste su mejilla—

-esta bien, lo voy a intentar—dijiste, y luego de darte un beso, te puso de espaldas a el, y te tapo los ojos con sus manos—

-yo te voy guiando…tranquila—dijo el, cerca de tu oído—

-okey—dijiste y caminaste hacia adelante—

-¿estas lista?—pregunto el—

-eso creo—dijiste—

-espero que no te parezca bizarro, pero me parecio lindo—dijo el, y segundos despues, saco sus manos de tus ojos, y vos los abriste--






Tu corazon dejo de latir….la habitación estaba hermosamente ambientada, habia globos de helio en color blanco por toda la habitación, y en el suelo, miles de petalos de rosa blanca. Todo parecia un cuento…uno bastante cursi por cierto, pero que Pedro lo hubiera hecho para vos, lo cambiaba todo.






-me pase de cursi, ¿no?—dijo el, y te diste la vuelta para mirarlo—

-¿Qué? ¡no!...esta hermoso, me sorprendiste—dijiste vos, y el sonrio—muchas gracias Pedro—dijiste acercándote para besar su mejilla—

-¿empezamos nuestra noche con un brindis?—pregunto el—

-acepto—dijiste y lo viste caminar hacia una mesita que contenia la hielera y una botella de champagne adentro, la abrio y sirvió dos copas, luego te paso una—

-Yo quiero brindar por haberte encontrado otra vez…por el destino que volvió a cruzarte en mi camino, y esta vez me dio la oportunidad de conocerte mejor—dijo el, mirándote a los ojos—y pido a Dios, que volvamos a encontrarnos—dijo, haciendo que tu pulso se acelerara, que tu respiración se cortara…y que te derritieras por dentro—


¿Cómo responderías aquello?





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Hola hola!!! presente aqui, cumpliendo con ustedes♥, espero que les guste la historia y que comenten.

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sábado, 30 de julio de 2016

Capitulo 18





Una vez que volvieron al hotel, el clima entre ustedes se había distendido bastante. Y es que en el fondo…sabían que esa sería la última salida.

Una vez que llegaste a tu habitación, te tiraste de espaldas en la cama, soltando un profundo suspiro, no sabias que estaba pasando, todo esto era muy abrumador, Pedro lo era en su totalidad.

Valeria salio del baño, con una toalla en la cabeza, sonreíste al verla, y acomodaste tu espalda contra las almohadas.





-¿y? ¿Cómo fue el dia?—pregunto ella, de forma picara—

-bien…bastante bien—dijiste y ella sonrio, vos suspiraste—

-¿Qué pasa?—pregunto ella, sentándose en su cama y mirándote—

-nada…solo que, pense que me lo iba a sacar de encima despues de esa noche, y hoy la pase re bien con el, y ahora…ahora no se lo que me pasa—dijiste, llevando tu cabello hacia atrás—

-apa…esto si que no me lo esperaba—dijo ella y sonreíste—

-sinceramente, yo tampco—dijiste—es súper atento, caballero, lindo…hace que los momentos valgan la pena, y de verdad hizo que meterle los cuernos a Mauricio valiera la pena—dijiste haciendo que Valeria riera—pero…posta que no se—dijiste—

-¿ahora no te queres ir?—pregunto ella y te encogiste de hombros—

-no se…y esta noche vamos a cenar—dijiste—

-ay, cierto que mañana nos vamos—dijo ella y la miraste—

-ya lo se—dijiste—

-¿el se va mañana tambien?—pregunto y volviste a encogerte de hombros—

-nada, no se nada….lo único que se, es que esta casado, vive en Mendoza, y se encapricho conmigo—dijiste y ella sonrio—

-disfruta de esta ultima—dijo ella y asentiste—

-lo voy a intentar…y mientras este sola voy a tratar de entenderme, que se yo—dijiste haciéndola reir otra vez—







Saliste al balcón y respiraste el aire puro una vez más, no tenías claro lo que querías, lo que sentías, y a esta altura, ni siquiera tenías claro quien eras. Porque mientras estabas con el, no eras vos… ¿o sí?

Sacaste tu celular del bolsillo, y miraste las fotos que él te había tomado, sonreíste, sí que eran hermosas y “casuales”, en todas habías salido riendo, y en algunas jugando a “ser modelo”, 

Recordaste su risa mientras te las tomaba y te estremeciste.

Decidiste tomar una ducha e intentar con todas tus fuerzas aclarar tus pensamientos. Hoy sería la última vez que lo verías, y mañana, tendrías que estar dispuesta a pasar de página. Y solo te preguntabas si te sería fácil hacerlo, si te sería fácil dejar esto atrás.

Una vez que saliste, te la encontraste a Valeria ordenando su valija, eso de alguna manera hacia mas real lo de que mañana partirían a Argentina nuevamente.







-¿Qué te vas a poner para tu príncipe azul?—pregunto ella y reíste—

-no se, ni me lo digas. No tengo idea—dijiste—

-¿no trajiste un vestido tira facha?—dijo ella y volviste a reir, y con “tira facha”, se referia a un vestido, ni muy formal, ni muy informal—

-tengo uno azul, pero no se—dijiste encogiéndote de hombros—

-a ver, mostramelo—dijo ella, y suspiraste para abrir la valija y buscarlo en el fondo, estaba un poco arrugado—¡es hermoso! ¡perfecto! ¡dame que te lo plancho!....le va a dar un bobaso—dijo ella y reíste—

-exagerada de mierda que sos—dijiste y la miraste frunciendo el ceo—¿estas segura que esta bien?—preguntaste una vez mas—

-es perfecto…ademas, con esas piernas eternas que tenes, te va a quedar increíble—dijo ella, y se levanto para buscar la plancha de la habitación—vos arréglate tranquila que yo me encargo de esto, pensate el streep tease  que le vas a hacer—dijo ella y le tiraste una almohada—

-no seas asi—dijiste riendo—

-si te moris por hacerlo—dijo ella y le sacaste la lengua--







Te paraste frente al espejo, y miraste la hora en tu celular, estabas citada a las 20:30 en su habitación, para luego bajar juntos al restaurante. Todavía tenías una hora  y cuarto para estar lista. Sonreíste y te pusiste manos a la obra con el maquillaje…te sentias una tonta, pero querías estar linda, querias impresionarlo…querias darle ese bobaso del que Valeria hablaba minutos antes.







-Gorda, esto ya esta, ¿queres que te ayude con el maquillaje?—pregunto ella desde afuera—

-dale, si no te importa…ayúdame—dijiste y ella entro en el baño—

-okey, voy a traer una silla para que te sientes, y ahí vemos que  sale—dijo ella y sonreíste. Vale era una genia en estas cosas— voy a tratar de hacerlo lo mas natural posible—dijo ella—

-me pongo en tus manos entonces—dijiste—






El cuarto de baño quedo en absoluto silencio, cerraste tus ojos, y comenzaste a imaginar las posibles variantes para esta noche, todo tipo de imágenes se cruzaban por tu cabeza, ¿Cómo sería esta noche? ¿seria especial? ¿seria tan inolvidable como el dijo?, quizás, deberias dejar de suponer lo que pasaría, 
y simplemente dejar que la vida te sorprendiera con lo que Pedro tenia para vos.







-Abri los ojos y decime si te gusta, y sino, lo cambiamos, ¿si?—dijo Valeria sacándote de tus pensamientos. Abriste los ojos y te miraste al espejo, te sorprendiste al verte, si que habia hecho un buen trabajo, vos no lo habrias hecho sola ni en un millón de años—¿no te gusta? ¡lo cambiamos!—dijo ella—

-No, no, ¡me encanta! ¡sos una genia!—dijiste admirando la forma en que tus ojos estaban sombreados, la forma en la que delineo tus labios, su trabajo era perfecto—

-gracias entonces…ahora llego el turno del peinado—dijo ella y reíste—

-no es necesario, asi nomas gorda—dijiste, ya se habia molestado en maquillarte, ¿para que el peinado?—

-si es necesario, el vestido y la noche lo ameritan—dijo ella, comenzando a peinarte—







Media hora después, el resultado fue un recogido sencillo. Tu amiga habia pensado en todo, y le estabas mas que agradecida. Te pusiste el vestido y los zapatos y te paraste frente a ella.







-wow…no pense que era tan grosa—dijo ella al verte y reíste—

-¿estoy bien?—preguntaste—

-¡¿Qué si estas bien?!, ese hombre no te va a dejar salir de la cama hasta dejarte sin caminar—dijo ella y reíste—

-¡Valeria!—dijiste retándola—

-¿ya es hora?—pregunto ella y miro el reloj—¡llevas tres minutos atrasada! ¡vola! ¡dale!—dijo ella, pidiéndote que cerraras los ojos para echarte un poco de perfume—disfruta…mañana me contas todo—dijo ella, y con tu bolso en tus manos, te empujo fuera de la habitación—






Respiraste profundamente, y comenzaste a caminar hacia su cuarto…la última noche había llegado. 

Una vez frente a su puerta, tocaste unas tres veces, antes de que la puerta se abriera. Pedro apareció tras ella,  sus ojos recorrieron tu cuerpo de arriba abajo…lo habias sorprendido.



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Y miren que avise ajajajjaa....que tengan linda noche, y espero que les guste.  Comenten, comenten♥

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viernes, 29 de julio de 2016

Capitulo 17





Ambos seguían besándose como si de ello dependiera su vida, sentados en el suelo, o más bien, Pedro sentado en el suelo y vos a horcajadas. Sus besos eran algo adictivo.

De a poco y con mucha suavidad, fueron separándose y dejando lugar al oxígeno. El sonrió y dejo un beso en tu barbilla para acomodar su espalda sobre el sillón, vos escondiste tu cara en su cuello, ese lugar donde se concentraba su aroma, su olor característico, a hombre, a Pedro.






-¿Tenes hambre?—pregunto el, mientras acariciaba tu espalda desnuda—

-No, ¿vos si?—preguntaste, mientras levantabas la cabeza para mirarlo. Tu corazón latió fuertemente al ver sus ojos, los mismos que brillaban por los rayos de sol que se colaban por la ventana—

-No…aunque un poco de frutas no estaría mal—dijo el, riendo, y contagiándote a vos—

-puede ser—dijiste y lo miraste, el beso tu mejilla. Vos, sin moverte de encima de el, te diste la vuelta y alcanzaste la pequeña bandeja llena de frutas y la pusiste a tu lado, tomaste un pedazo de melón y lo llevaste a su boca, el mordió y el resto te lo comiste vos—

-¿te gustaría salir a caminar?—pregunto el, su oferta era tentadora, te encantaría conocer los alrededores, puesto que por su culpa, casi no tuviste tiempo de hacerlo…el te habia robado las ganas de hacerlo.

-¿A dónde?—preguntaste, obviamente ibas a aceptar, te encantaría hacerlo y mas con el—

-quiero llevarte a conocer algunos lugares—dijo el, y sonrio. Que linda sonrisa tenia, una linda y compradora sonrisa—

-Acepto entonces—dijiste y el se acercó para besar tu mejilla nuevamente. Pedro se estiro para tomar una frutilla y ponerla en tu boca, pero esta vez no espero a que mordieras, se acercó y tomo el otro pedazo de tu boca. Luego te dio uno de esos besos que te dejaban tambaleando—







Los dos se cambiaron y salieron del hotel para recorrer un poco los alrededores. Todo era 
completamente hermoso, las vistas que tenías desde tu habitación no eran nada con mirarlo en persona y tan de cerca.

El se puso los anteojos de sol, y un sombrero, esa combinación era simplemente perfecta, perfecta y sexy, todo el lo era. Vos te pusiste los anteojos y te dejaste guiar por él.







-¿podemos ir a la playa? ¿o queda muy lejos?—preguntaste, y el te miro—

-no tanto, vamos—dijo y te tendió su mano para que la tomaras, aceptaste su agarre y comenzaron a caminar—tenemos que pasar por esos puestos de artesanos, ¿te importa?—pregunto el y negaste con 
la cabeza—

-no, vamos…dale—dijiste y esta vez te adelantaste para poder ver.







Mirabas todo fascinada,  podías ver como hacían las cosas en vivo y en directo, como los artistas pintaban concentrados, como los artesanos hacían pequeñas esculturas. Pedro te sonreía, y podías jurar que tu cara era digna de una fotografía.








-¡Buen dia señor!, ¿algún collar o anillo  para su novia?—pregunto uno de los vendedores que camina a su lado. Vos reíste por lo que dijo y lo miraste—

-si le gusta alguno, por supuesto que si—respondió el, mirándote—

-elija señorita—dijo el vendedor con una sonrisa—

-todo esta muy lindo—dijiste mirando y tomando un anillo de coco, muy lindo por cierto, pero si algo querias, te lo comprarías vos misma, y no habias traido la billetera—pero por ahora no, gracias—dijiste, poniendo el anillo en la cajita nuevamente—Vamos Pepe—dijiste volviendo a caminar nuevamente—





Pedro te alcanzo hasta volver a tomar tu mano nuevamente. Y finalmente llegaron a la playa, todo eras mas hermoso que en las fotos que habias visto. El agua cristalina, y la arena blanca.







-es hermoso—dijiste mirando, y sacándote las sandalias para acercarte a la orilla—

-igual que vos—dijo el, y reíste. Se quito las zapatillas y camino a tu lado hasta que tocaron el agua con sus pies—

-¡esta calentita!, pensé que iba a estar fría—dijiste y el sonrió—

-no, estas aguas generalmente son tibias, sobre todo en esta zona—dijo él y asentiste, luego tomo tu mano y entrelazo sus dedos con los suyos. Vos le sonreíste— me voy a arremangar mas los pantalones porque me los voy a mojar—dijo el y reíste—

-ay, sorry, se va a mojar—dijiste y reíste—

-vos porque tenes short, viva—dijo el y ambos rieron—

-¿y?, hubieses traído bermudas—dijiste encogiéndote de hombros—

-no pensé que la señorita iba a querer meterse hasta las rodillas—dijo él y le sacaste la lengua,  con la mano que tenía aferrada a la tuya, te acerco a su cuerpo y te beso. Rodeaste su cuello con tus brazos y te dejaste llevar por el momento, ¿y que más daba?, luego tendrían que despedirse—

-esta fuertísimo el sol—dijiste y el asintió para luego sacarse el sombrero y ponértelo a vos—

-que poco caballero fui, no me di cuenta—dijo el y mordiste tu labio inferior—

-hey, no lo dije para que me lo des—dijiste sacándotelo y devolviéndoselo—

-no, quédatelo, de verdad esta fuerte el sol—dijo el, y volvió a ponértelo, luego se acero y beso tu mejilla—hermosa—dijo y le sonreíste—

-quiero sacarme una foto—dijiste y el sonrio—

-puedo ser tu fotógrafo si no te importa—dijo el—

-mm no me importaría—dijiste y sacaste el celular del bolsillo de tu short para luego entregárselo—espero que salgan lindas las fotos eh—dijiste riendo—

-con la modelo que tengo, es imposible que las fotos salgan feas—dijo el y le sonreíste—¿Cómo la queres? Asi como, ¿casual?—dijo y estallaste en risas—

-pelotudo—dijiste y seguiste riendo—

-sos hermosa—dijo el y le tiraste un beso con la mano—a ver…hace una pose de modelo, dale—dijo el y lo obedeciste, levantaste los brazos sobre la cabeza y sonreíste—

-¿asi?—dijiste haciendo poses. El reia y te miraba como si fueras la única en el mundo, te sentias hermosa, y todo por el—

-creo que me voy a pasar algunas de estas fotos eh, son creación mia, asi que me las merezco—dijo el y reíste—

-despues lo podemos negociar—dijiste—

-tengo toda esta noche para negociarlo—dijo el, y te atrajo para besarte una vez mas—esta noche, no la vas a olvidar nunca….te lo prometo—dijo cerca de tu oído, logrando estremecerte por completo—




Aunque no lo hubiera mencionado siquiera, sabias que no lo ibas a olvidar…


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jueves, 28 de julio de 2016

Capitulo 16




Aún estaban en la habitación esperando el desayuno, las palabras de él seguían resonando en tu cabeza, no habías dicho nada en respuesta, pero no porque no quisieras, sino porque no sabías que decir.


Estaban a un dia y medio de partir, un dia y medio para que cada uno vuelva a su vida por su lado. Un dia y medio para que esto fuera pasado, para que nuevamente como cuatro aos atrás, quedara como un lindo recuerdo, pero no como uno que no llego a ser, sino que no solo llego a ser, paso mas que eso.

Ahora estaban ambos en el balcón, admirando las vistas que estas tenian para regalarles, el dia estaba precioso y el sol brillaba en un cielo azul, sin ninguna nube que molestara.

Pedro estaba parado a tu lado sin emitir sonido alguno, al igual que vos. Ambos parecían cómodos en ese silencio, aunque no lo estuvieran verdaderamente.








-Nunca me dijiste de que parte de Argentina sos—dijo el, de repente. Lo miraste y pensaste, ¿para que queria saberlo?—

-de Buenos Aires—respondiste, volviendo tu mirada al paisaje—¿vos?—preguntaste, obviamente sin admitirte a vos misma, que albergabas la esperanza de que el también fuera de ahí—

-Soy de Mendoza—respondió el, y asentiste. Sin hacer caso a ese “no se que” que se produjo en tu interior—

-Ah…que bien—dijiste y en ese momento, ambos escucharon los golpes que provenían de la puerta—

-debe ser el desayuno—dijo el y vos asentiste—







Entraste a la habitación y viste a Pedro poner la bandeja en la mesa ratona del living, lo viste correr los sillones y luego poner unos almohadones en la alfombra. El te miraba sonriendo, hasta que lo viste sentarse y luego tenderte su mano para que la agarraras y te acercaras tambien. Lo hiciste, aceptaste su mano y te sentaste en el suelo a su lado.







-¿con que te gustaría empezar? Nos trajeron muchas cosas—dijo el, con una sonrisa enorme que logro contagiarte—

-lo que sea…esas frutas tienen una pinta—dijiste y el tomo un pedazo de kiwi con su mano, para luego acercártela a la boca. El miraba cada uno de tus movimientos, hasta que luego sus ojos se desviaron a tu boca, vos aceptaste el pedazo y diste un mordisco lento. El sonrió y se comió el otro pedazo. Vos hiciste lo mismo, y agarraste un pedazo de ananá, lo acercaste a su boca, y luego de morderlo, vos te comiste el otro pedazo.

-te quedo un poco de jugo ahí—dijo el, y acerco su mano para limpiar con su pulgar la gota de la fruta. La limpio y luego se llevó el dedo a su boca. Tu corazón dio un saltito. Era un seductor nato—¿querés mas?—pregunto y negaste con la cabeza—¿Café? ¿te?—pregunto—

-te, por favor—dijiste y el se acerco a la mesa para tomar la tetera y llenar tu taza. Miraste sus músculos tensarse a través de la camisa celeste y tu boca se seco. Era hermoso, eso no ibas a negarlo jamas, y ya estabas empezando a creerte eso que dijo Valeria, Pedro era un hombre digno para meter los cuernos. Sonreíste ante tal pensamiento—

-¿Qué pasa?—pregunto el, de repente y sacándote de tus pensamientos—

-¿Por qué?—preguntaste—

-estas sonriendo—dijo el, sonriendo tambien—

-nada—dijiste y el te paso la taza de te—muchas gracias—dijiste—

-de nada—respondio el, y se sirvió un poco de café. Pero cuando iba a sentarse, su almohadón se corrió sin querer, haciendo que se sentara en el suelo y la taza dejara caer el café sobre su camisa—¡Ay!—dijo el, dejando caer la taza—

-¿estas bien? ¿te quemaste?—preguntaste preocupada, el café todavía largaba humo desde su camisa, asi que debia de estar muy caliente—sácatela—dijiste, ayudándolo a desprendérsela y luego agarrando la taza y poniéndola sobre la mesa –

-Gracias…estoy bien—dijo e y te sonrió. Volviste a sentarte en tu lugar…ahora habia una sola cosa que te incomodaba, y era el, con su torso desnudo—

-No vayas a quemarte otra vez—dijiste al verlo llenar su taza de café nuevamente. El sonrio—

-voy a tener cuidado—dijo el, arrancándote una sonrisa. Volvió a sentarse—¿queres comer algo?—pregunto el, señalando una bandeja llena de muffins y pedazos de tortas de chocolate y algunas variedades mas—

-quiero ese súper muffin, pero es enorme y no lo voy a comer todo—dijiste y el solto una risita—

-lo compartimos—dijo el, y asentiste. Lo viste tomar el muffin, y luego un cuchillo para partirlo a la mitad, pensaste que iba a darte una mitad, pero al parecer esa no era su intención. Le dio un bocado y luego lo acerco a tu boca, nuevamente sus ojos estaban clavados en los tuyos, tomaste todo el pedazo con tu boca, y masticaste lentamente. El sonrio y te paso el otro pedazo, dándote a entender que hicieras lo mismo…estaba comenzando a gustarte este jueguito tonto. Le diste un mordisco y luego se lo pasaste a el, quedo un poco de crema en tu dedo, y estabas por llevártelo a la boca, cuando pedro tomo tu mano y se metio tu de do en la boca, chupándolo suavemente, contuviste la respiración por unos cuantos segundos—que rica la crema—dijo el y asentiste. El sonrio con malicia y se acerco a vos, para luego tomar tu rostro y besarte.






Ese beso que comenzó siendo suave, y de a poquito se fue convirtiendo en uno salvaje. Pedro llevo su mano a tu nuca para intensificar el beso, y para ese entonces…ya te habias perdido en el beso, en su sabor…en Pedro.

Tus manos comenzaron a acariciar su torso y lo sentiste temblar bajo tu tacto. Pedro te fue recostando sobre la alfombra hasta quedar sobre tu cuerpo. Sus enormes manos comenzaron con la tortuosa tarea de acariciarte. Sus besos comenzaron a recorrer tu cuerpo.

De un momento a otro, la blusa que tenías puesta había desaparecido, al igual que el sostén, y ahora tu pecho estaba fusionado con el suyo, sintiendo su calor. Esto iba a terminar mal….vos ibas a terminar mal, porque ya no estabas siendo capaz de manejarte a vos misma.


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miércoles, 27 de julio de 2016

Capitulo 15






Tal y como te dijo Valeria, terminaste de cambiarte, y saliste de la habitación para bajar hacia el restaurante donde se suponía que Pedro estaba esperándote para desayunar. Ni siquiera sabía cómo te sentías, o bueno, sí, culpable, pero no por el hecho de que lo hubieras pasado mal, porque la verdad era que no, al lado de Pedro te sentías extremadamente bien….sino por Mauricio, quien no se merecía que le mintieras, no cuando él estaba esperando con ansias tu regreso.

Tu camino en el ascensor, fueron llenos de pensamientos. Por un lado querías darle fin  a esto, pero, ¿Cómo hacerlo?, si cuando lo tenías cerca eras incapaz de pensar con coherencia.

Caminaste hacia el restaurante, rodeando a la pileta y a todas las personas que estaban tranquilas tomando sol, charlando, disfrutando. Vos podrias estar haciendo lo mismo, pero tenias un problemita del cual encargarte, un enorme y hermoso problema, su nombre era Pedro y estaba esperándote.

Miraste a través de las ventanas  y pudiste verlo sentado mientras miraba hacia todos lados, ¿buscandote tal vez?, no lo sabias, pero al parecer era asi. Te quedaste embobada mirándolo por unos cuantos minutos, hasta que su accionar te hizo volver a la realidad, se puso de pie y camino hasta el camarero, el le sonrio y le dio unos cuantos billetes, luego lo saludo y camino en dirección a la puerta, ¿se iba?, frunciste el ceño y te acercaste a la entrada, lo viste salir con la cabeza gacha. 

Aceleraste tu paso hasta alcanzarlo, pero lo hacia rápido, por lo que casi estabas corriendo.

Finalmente lo alcanzaste llegando al lobby del hotel, lo tomaste de la mano haciendo que se detuviera, el se dio la vuelta.






-¿Por qué te fuiste?—preguntaste—

-Pau…hola—dijo el, rascándose la nuca—pense que no ibas a ir…no tenia sentido seguir esperando—dijo el, encogiéndose de hombros, y te sentiste una basura, lo dejaste plantado—capaz tendría que haberte preguntado antes—dijo sonriendo con cierta timidez, ¿Pedro timido?¿desde cuando?, pensaste—

-no, no…pasa que me llamo mi mejor amiga, y estuvimos hablando un monton, me colgué—dijiste en forma de disculpas—

-no pasa nada…pero no estaba demás preguntar, discúlpame vos a mi—dijo el y te sonrio. Vos le devolviste la sonrisa—

-No pasa nada—dijiste—

-¿todavia queres desayunar?—pregunto el esta vez—

-si, no comi nada todavía—respondiste—

-me daría vergüenza volver al restaurante….asi que, ¿te gustaría venir a mi habitación y pedimos ahí?—pregunto y tu corazon comenzo a latir con fuerza. Eso era una clara invitación a algo mas, ¿ o no? , ¿Por qué tenias que ser tan mal pensada?, pero sabias que habrían altas posibilidades de que ese desayuno terminara en otra cosa, y si asi era, ¿podrias negarte?, ya no te preguntabas si estaba bien o mal, sino si podrias resistirte a sus encantos, cosa que se te habia vuelto un poco imposible en estos últimos dos días que habían pasado. Estaban a penas empezando el tercero, y quedaba uno mas, ¿Qué pasaría despues?, ¿ y si tus amigas tenian razon y debias aprovechar esto?—¿si o no?—pregunto el, sacándote de tus pensamientos, el te sonrio y lo miraste—

-esta bien, vamos—dijiste y le regalaste una sonrisa, amagaste a pasar por delante de el, cuando sentiste que tomo tu mano, vos te diste la vuelta para mirarlo, pero en ese preciso momento, el te dio un beso, uno suave y pequeo, pero que no dejaba de …gustarte. El volvió a sonreir y esta vez tomo tu mano para caminar hasta el ascensor—







En ningún momento Pedro dejo de mirarte, sentias su mirada, pero sorprendentemente no te incomodaba, era algo raro de explicar.

Lo miraste, admiraste su perfil por unos cuantos segundos, era tan masculino, atento…caballero, tanto que no sabias a donde queria ir a parar con todo esto, puesto que ya habia conseguido lo que queria. Pero la verdad era que te intrigaba saber hasta donde queria llegar y hasta donde eras capaz de dejarlo llegar.

El ascensor se detuvo y el volvió a tomar tu mano, abrio la puerta y te dejo pasar primero. Todo 
estaba impecable, tal como lo recordabas.







-¿Qué te gustaría desayunar?, asi pido—dijo el, con el teléfono en la mano—

-cualquier cosa—dijiste y el te sonrio para luego darte la espalda—

-estas hermosa—dijo el, y te diste la vuelta, el te miraba con una enorme sonrisa—

-gracias—dijiste—

-¿no me vas a saludar?—pregunto el y lo miraste con el ceño fruncido, creiste haberlo hecho, ¿o no?—

-¿no te salude?—preguntaste y el negó con la cabeza—bueno, crei haberlo hecho—dijiste encogiéndote de hombros, el sonrio y se acerco a vos para luego rodear tu cintura con sus brazos y tomandote por sorpresa, se adueño de tu boca, y de una manera bastante salvaje—

-ahora si, hola—dijo el, separándose de a poquito y con su respiración un tanto acelerada—

-hola—dijiste bajando la mirada, el acaricio tu mejilla y beso tus labios una vez mas. En ese momento el sonido de un celular los saco del momento que habían creado, era el suyo—atende—dijiste y el suspiro para luego atender—

-Hola Lucia…si, estoy volviendo de una reunión—escuchaste que dijo y tu corazon se apreto…era su esposa, era ella y le estaba mintiendo, vos eras su reunión—te llamo despues, estoy ocupado—dijo el—si, no te preocupes, hablamos despues, un beso—dijo cortando la llamada y guardando el celular en su bolsillo nuevamente—

-¿era tu mujer?—preguntaste, ¿enojada? ¿Qué? ¿Qué fue eso Paula?—

-si, era ella—respondio y simplemente asentiste. Caminaste hasta el sofá y te sentaste alli, el ambiente se habia tornado un poco tenso, y no sabias que hacer ni que decir…el momento se habia roto, que su mujer lo llamara hacia que todo pareciera mas real…habias dejado ese pequeño gran detalle de lado. A ella tambien estaban mintiéndole, y no pudiste evitar ponerte en su lugar, seria horrible pensar que tu marido estaba trabajando cuando en realidad estaba haciendo todo lo contrario
—¿Qué pasa?—pregunto el, sentándose a tu lado y buscando tu mirada—

-nada, ¿Por qué?—preguntaste—

-te quedaste callada—dijo el—

-¿y que tengo que decir?—preguntaste—

-nada…no quiero que digas nada, no quiero que esto se arruine por una llamada—dijo el  y lo miraste—

-una llamada de tu esposa Pedro—dijiste--

-Paula…no quiero traerla aca, de verdad que no quiero….quiero estar con vos—dijo el—

-¿Cuántas veces se lo hiciste?—preguntaste—

-¿Qué cosa?—pregunto el—

-¡meterle los cuernos!—dijiste—

-es la primera vez…aunque no lo creas, es la primera—dijo el suspirando—nunca pensé en hacerlo, esa es la verdad, pero porque jamás imagine que iba a existir la posibilidad de volver a verte—dijo el, tomando tu mano y dejando un beso en ella—

-Pedro—dijiste—

-esta mal…pero no me importa, cuando estoy con vos, no hay nada que este mal para mi—dijo el y tu corazon dio un salto en tu interior. ¿Cómo no sentirte afectada con el diciendo esas palabras—no quiero que esto se termine…no quiero irme, ni tampoco quiero que te vayas—dijo el—

-tengo que hacerlo….y cada vez el momento de irme se va acercando mas, pasado mañana sale el 
vuelo para Argentina—dijiste—

-tengo un dia mas para demostrarte que hay algo entre nosotros—dijo el y sonrió--


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martes, 26 de julio de 2016

Capitulo 14






Despertaste una vez más, pero esta vez, sola, en tu habitación. Después de mil y un intentos por escapar de sus brazos, lo habías logrado, te había dejado ir, pero no por mucho, estabas segura. 


Reprimiste una sonrisa y suspiraste, Valeria dormía en su cama al otro lado de la habitación.


¿Qué se supone que tenias que hacer?, no encontrabas ni una sola respuesta a las miles de preguntas que se agolpaban en tu cabeza, preguntas que solo hacían aumentar la culpa en tu interior. ¿Por qué lo habias hecho?, no tenias ninguna necesidad de hacerlo, con Mauricio lo tenias todo, o eso creías…con es estabas bien. Pero Pedro habia aparecido de repente y se habia llevado todo, hasta a vos misma.


 Te levantaste y caminaste hasta el baño. Abriste el grifo del agua fría y luego de juntar un poco con tus manos te mojaste la cara para luego cepillarte los dientes. Te miraste al espejo y nuevamente volvieron esas odiosas preguntas que te hacían sentir una mentirosa, pero luego recordabas la forma en la que Pedro te sonreía y como se sentían sus manos sobre tu cuerpo y todo se disipaba. Suspiraste con frustración, ¿Qué era lo que estaba haciéndote?...tus ojos brillaban esta mañana, al igual que el enorme chupón en tu cuello, sonreíste…Pedro era salvaje.

Volviste hasta el armario para buscar ropa que ponerte, cuando escuchaste golpecitos en la puerta, frunciste el ceño, no habías pedido el desayuno todavía y Valeria seguía durmiendo. Caminaste confusa hasta la puerta y cuando la abriste, pudiste ver una rosa blanca en el suelo, junto a una notita, miraste a los costados y te diste cuenta que no habia nadie.  Te agachaste para agarrarla, y una vez con ella en tus manos, la acercaste a tu nariz para sentir su aroma.



“Buen día hermosa…espero que hayas dormido bien, aunque sin mí a tu lado. Te espero abajo para desayunar juntos, no acepto un no por respuesta, ponete más hermosa que muero por verte”




Sonreíste por inercia,  y respiraste mientras llevabas la mirada hacia el techo, ¿dirías que si?, en ese momento, la voz de Valeria te saco de tu batalla interior. La miraste y le sonreíste.





-¿Qué pasa tarada?—pregunto ella mientras se desperezaba y tomaba su celular—

-Nada, ¿Por qué?—preguntaste—

-porque parecia como si estuvieras decidiendo si tirarte por el balcón o seguir viviendo—dijo ella y reíste—

-estupida—dijiste y negaste con la cabeza—

-¿Qué pasa?—volvio a preguntar y me mostraste la rosa, para luego acercarle la notita que vino con ella—

-es el, otra vez—dijiste—

-la razón por la que no viniste a dormir ayer—dijo ella riendo y vos sonreíste—¿y que tiene?, te invito a desayunar—dijo ella encogiéndose de hombros. ¿Acaso no entendia?, ya estuvieron juntos una noche entera, y la mitad del otro dia—

-Pero, ya se sacó las ganas, ¿Qué mas quiere de mi?—preguntaste—

-¿Qué me preguntas a mi? ¡averigualo vos!, ademas…solo te esta invitando a desayunar—dijo ella riendo—

-no quiero ir—dijiste y ella solto una carcajada—

-si, mi culo que no vas a querer ir—dijo ella y te contagiaste con su risa—

-idiota…no quiero, me siento re culpable—dijiste sentándote en la cama—

-ya te dije, ese tipo es digno para meter cuernos—dijo ella y le tiraste la almohada. En ese momento, tu celular comenzo a sonar, ella te saco la lengua, y pudiste ver que era Mauricio, agarraste el teléfono y te pusiste de pie para salir al balcón—

-Hola gordo—dijiste una vez que atendiste—

-hola hermosa—dijo el y cerraste tus ojos—¿Cómo estas? ¿Cómo la estas pasando?—pregunto—¿ya estas lista para volver?—pregunto esto ultimo en medio de una risa—

-creo que si—dijiste riendo también, bah, actuando una risa—si, la estamos pasando bien, el clima esta hermoso, el dia tambien—dijiste, como si lo hubieras disfrutado, ¿no?, la mayor parte del dia de ayer, te la pasaste en la cama con un hombre que no era Mauricio—

-me imagino amor, yo me estoy yendo a entrenar, asi que te dejo….te extraño mucho—dijo el y tu corazón se apretó. El no lo merecía, no cuando había sido tan bueno con vos—

-ya voy a volver—dijiste y contuviste un suspiro—

-te amo—dijo el—

-nos vemos gordo—dijiste evitando contestar aquello, porque a pesar de que sentias que lo amabas, eso que hiciste no se le hacia a alguien por quien tenias tales sentimientos—





Susiraste y volviste a entrar, Valeria seguía en la cama y te miro.






-no te enrosques mas gorda…ya esta, lo hiciste y la pasaste bien, bah, por lo menos quiero creer que valio la pena, ¿no?—pregunto, haciendo esas típicas caras que te hacían reir—

-si, valio la pena, pero estuvo mal—dijiste—

-pero no vas a vivir con la duda toda tu vida—dijo ella, y sentias algo atragantado—yo me voy a bañar, y espero a que vayas a desayunar con ese bombon, disfrutalo mientras puedas, despues te olvidas—dijo ella levantándose y encerrándose en el baño. Claro, como si fuera fácil olvidarse de ese hombre—




Volviste a salir al balcón y respiraste aire puro. Necesitabas de un consejo de tu amiga, necesitabas sentirte mejor, que alguien te dijera que todo iba a estar bien. Y lo hiciste con esa esperanza, llamaste a Maia, quien te atendio a los pocos segundos con unas puteadas, en Argentina todavía era un poco temprano, o bueno, solo para ella.

Le contaste toda la historia, desde el principio al final…y algunos detalles mas, hasta el ultimo que habia sucedido esta mañana.




-¿ y que se supone que tengo que decir?—dijo ella—

-No se…algo que me haga sentir mejor—dijiste—

-bueno…no te voy a decir que esta bien, pero teniendo en cuenta que no me lo trago a Mauricio, y con el recuerdo que tengo de ese bombon…valio la pena, y creo que fue mejor que quedarte con la duda toda tu vida—dijo ella—

-pero gorda, ¿Qué hago cuando vuelva?—preguntaste—

-tratar de remarla…hasta donde puedas y sientas. Pero conociéndote, vas a terminar diciéndole la verdad—dijo ella—

-No se lo merece—dijiste—

-Ni vos te mereces seguir reprimida como lo estas desde que estan juntos, y no te atrevas a decirme que no porque te corto la llamada…desde que estas con el, no salis, no tomas, no nada. Te convertiste en una mina que ama las rutinas y nunca fuiste asi, hasta estabas pensando en dejar tu trabajo por el—dijo ella—pienso que por una vez en tu vida, y sacando las circunstancias en las que pasaron las cosas, hiciste algo bien—dijo ella—cuando vuelvas, la remaremos juntas, mientras tanto, disfruta de ese bombon que por lo visto tiene muchas cosas para ofrecerte. Despues no se ven mas en sus vidas….aprovecha—dijo Maia-




Siguieron hablando por unos minutos mas, hasta que Valeria salio del baño.





-¿no fuiste a desayunar?—pregunto ella—

-No—dijiste y ella te fulmino con la mirada—

-¡ya te cambias y vas! ¡andate de aca!—dijo ella empujándote hacia el armario y sacando un poco de ropa—llegas a dejar plantado a ese bombon y te juro por mi vida, que te fusilo el culo—dijo ella y reíste—



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lunes, 25 de julio de 2016

Capitulo 13





Abriste los ojos porque sentiste tu celular vibrar debajo de tu almohada, era de día, la luz del sol que entraba por la ventana, te pegaba de lleno en la cara. Pestañeaste varias veces hasta acostumbrarte a la luz y miraste a tu alrededor, los recuerdos de la noche anterior te cayeron como un balde de agua fría. 

Respiraste unas tres veces, antes de girar tu cabeza y ver la cara de Pedro, quien dormía plácidamente aferrado a una de tus manos. ¿Qué tenia que no pudiste resistirte a el?, ¿Por qué lo hiciste?, miraste 
sus labios, y luego sus ojos cerrados, sus largas pestañas, su respiración pausada…y lo más curioso de todo, te encontrabas sonriendo.


Cerraste tus ojos y respiraste, ya no había lugar para arrepentimientos…no debería haberlos tampoco, porque todo había sido con tu consentimiento.

Decidiste que era hora de volver a la realidad, con tu mano libre, tomaste tu celular y miraste la hora, eran las 10:00 am, y tenías miles de mensajes de Mauricio, tu corazón se apretó, ¿Qué fue lo que habías hecho?, él no se merecía esto. Podias esperar esto de cualquier hombre, pero…la realidad era que lo habías hecho vos misma.




“Buen dia mi amor, ¿estuvo buena la fiesta?, no hay señales de vos jajaja, háblame cuando despiertes, te amo”





¿Cómo encarar una conversación despues de esto?, bah, ni siquiera era un despues del todo, porque aun seguías en su cama, con el al lado y aferrado a tu mano. Dejaste el celular nuevamente y suspiraste para luego comenzar con la tarea de soltarte de su agarre.

Tarea que no tuvo mucho éxito, porque minutos después comenzo a moverse, y finalmente termino despertando.  Viste los músculos de su cuerpo tensarse mientras refregaba sus ojos, tu boca se seco, y en ese momento, tu corazón dejo de latir también, porque sus ojos se clavaron en los tuyos, los rayos del sol le pegaban en la cara al igual que vos, haciendo que sus ojos color miel se volvieran más claros con la luz.







-Buen dia—dijo el, sonriendo con una de esas sonrisas que te revolvían el estomago—

-buen dia—respondiste vos, intentando sonreir, pero la verdad, es que no podias hacerlo de una forma sincera, no cuando hace pocos minutos habias recibido un mensaje de tu novio—

-¿Cómo amaneciste preciosa?—pregunto el, acercando su mano a tu mejilla y acariciándola por unos breves segundos, para luego llevar un mechon de pelo detrás de tu oreja—

-bien creo—dijiste, y el sonrio—

-¿creo?—dijo el, y desviaste tu mirada, sus ojos…eran un poco intensos, tanto que lograban ponerte nerviosa en cuestión de segundos—¿Qué pasa?—pregunto el—

-nada, ¿Por qué?—dijiste, y tomaste coraje para sentarte en la cama mientras intentabas al mismo tiempo tapar tu cuerpo con las sabanas—

-estas nerviosa, un poco tensa—dijo el, y negaste con la cabeza, intentando demostrarle desinteres total, no sabias si habia funcionado o no, pero lo cierto era que tenias que salir de allí….y urgente—

-No, nada que ver—dijiste, poniéndote de pie y caminando unos pasos hasta tu ropa interior. Pero algo te detuvo, Pedro estaba sosteniendo una parte de las sabanas impidiéndote seguir—

-¿A dónde vas?—pregunto el—

-¿a mi cuarto?—dijiste de manera obvia—

-¿Por qué?—pregunto el, acercándose hasta el borde de la cama y sentándose con los pies apoyados en el suelo. Desviaste tu mirada de su cuerpo desnudo, era un completo Dios, pero no debias caer, no podias ni debias dejar que pasara de nuevo-

-Porque tengo que irme Pedro—dijiste—

-¿tan rápido? ¿ni siquiera vas a dejar que te invite a desayunar?—pregunto el, con esa cara….con esa cara que estaba comenzando a generar cosas dentro tuyo, a “poderte”—

-No…Valeria me mando un mensaje recién, me esta esperando en la habitación—dijiste, y lo viste sonreir—

-no te creo nada—dijo el, y tiro de las sabanas, vos las apretaste mas contra tu cuerpo. El volvió a tirar y vos te agarraste a ellas con mas fuerzas, lo hizo una vez mas, pero solo te acerco mas a el, y segundos despues caíste en la cuenta de que ese era su cometido…caíste cuando ya te habia rodeado con sus brazos, caíste cuando volviste a perderte en su mirada—

-de verdad me esta esperando—dijiste un poco nerviosa, el lo noto y luego sentiste sus manos escabulléndose debajo de las sabanas y comenzar un recorrido por tus piernas….esas grandes, peligrosas,  y a la vez suaves manos.

-pero yo no quiero que te vayas—dijo el,  y segundos despues, se puso de pie tomandote por sorpresa y pegando su frente a la tuya—quédate conmigo un ratito mas—pidio mirándote a los ojos—






Lo mas sensato era decir que no…pero estabas dentro de un terreno peligroso, uno en el que los “no” 
no eran aceptados, y donde no tenias poder sobre vos ni de tus decisiones.






-Pedro….ya esta, ya nos sacamos las ganas…ya nos sacamos las dudas de lo que hubiera pasado hace cuatro años, me tengo que ir—dijiste y el cerro sus ojos—

-todavia no me saque las ganas…todavía tengo mil dudas también—dijo dejando un beso en tu nariz—

-esto esta mal—dijiste y se separo de vos suspirando con fuerza—

-¡¿que me importa si esta mal?! ¡ya lo hice! ¡ya lo hicimos!—dijo el caminando nuevamente hacia vos y abrazándote por la cintura—¡¿y que si quiero seguir haciendo las cosas mal?! ¡¿eh?”—dijo el y vos te quedaste sin habla--

-Tengo que volver a mi habitación…necesito pensar….necesito estar sola—dijiste de repente, el te miro—

-¿Para que queres estar sola? ¿para poder arrepentirte?—pregunto tenso—

-y si asi lo quiero hacer, no es tu problema—dijiste y te diste la vuelta para tomar tu ropa interior, y caminar hasta donde estaba el resto de tu ropa, pero nuevamente sentiste que algo te detuvo….nuevamente era el—

-¡No voy a dejar que te arrepientas!—dijo el, y tomando tu rostro, te beso…--





Te beso de manera que te olvidaste de la existencia del mundo y de la tuya propia si es que era posible, estaba apretándote contra su cuerpo de una forma salvaje…pero estaba claro su cometido….no iba a dejarte ir. Y una vez mas…ese algo, estaba entre ustedes nuevamente.




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